El futuro de Íñigo Errejón pende de un hilo. Su golpe a Podemos fue todo menos un calentón. Una estrategia fraguada durante meses, que tenía como primer escalón el sorpasso en las elecciones autonómicas de mayo, para luego avanzar hacia un proyecto nacional. Pero, como a menudo pasa en política, el guión ha cambiado de manera inesperada. El naufragio de Pedro Sánchez y el adelanto electoral obliga ahora a Errejón a decidir si respalda a Pablo Iglesias, y se resigna al papel de segundón, o emprende una guerra sucia. En ambos casos, el precio que puede pagar es el fracaso de su ‘opa’ a Podemos.

“Si Errejón apoya a Iglesias está muerto”, sentencian algunos en Podemos, «porque si lo hace para luego intentar pescar el electorado en las autonómicas, habrá que recordarle por qué se diferenció en su día”. Y si se pone de perfil, o habla de candidaturas alternativas, la confrontación será “letal”, añaden otros. Las dos opciones representan un cajón de difícil salida para el dirigente díscolo.

En Podemos creen que el ex secretario de Análisis Estratégico “se quemará”. La dirección de Podemos sabe que el contexto electoral no es favorable, pero la opción de desarmar a Errejón, quitándole foco mediático en unas generales anticipadas, es gasolina para su sed de venganza. Sobre todo para el núcleo duro que lleva tiempo con el deseo de devolverle al ex número dos el golpe recibido.

«Votaré a Podemos»

Errejón lo sabe. En su primera salida pública tras el fracaso presupuestario del miércoles –ayer en televisión– se apresuró a apagar las llamas. Dijo que votará a Podemos: «El partido del que fui fundador y en el que sigo militando”, añadió. Se agarró a la imagen del aglutinador con la que pretende lanzar el ataque a Podemos y rechazar la tesis del traidor.

Pero en Podemos desconfían de la honestidad de sus palabras. La relación entre Errejón e Iglesias está rota desde hace meses. Y la decisión del ex secretario de Análisis Estratégico de sumarse a la plataforma de Manuela Carmena hace tres semanas hizo desenvainar los espadas.

Errejón y los suyos aseguran que su proyecto es “local” y que no presentarán una lista a nivel nacional. Organizar una plataforma nacional en tan poco tiempo y sin liquidez sería, de todas formas, una empresa titánica. Podemos es consciente de ello. Así que de cara a una implosión de la legislatura domina la lectura optimista. La lista electoral ya está redactada y en ella no figuran miembros de la corriente errejonista.

«Plata o plomo»

En este complicado escenario la única salida plausible para Errejón pasa por relanzar, aunque sea de manera encubierta, el conflicto contra Iglesias, reconocen algunos dirigentes. O sea, lanzar lo que se conoce como una “guerra sucia”.

Algunos aseguran tener ya indicios de ello y dibujan como posible estrategia un respaldo a una “nueva plataforma” que pivotaría alrededor de Actúa, el nuevo partido lanzado por Baltasar Garzón y Gaspar Llamazares. Ayer, el propio Llamazares anunció que Actúa se presentará a las generales. Carmena podría apoyarles.

Aun así, todos reconocen que es pronto para sacar conclusiones. Lo único cierto es que el adelanto electoral mueve a Errejón en un terreno resbaladizo, del que saldrá solo cuando sepa resolver este dilema: ¿apoyar a Iglesias si hay elecciones anticipadas, y a qué precio? La respuesta, para algunos, está escrita: “Es plata o plomo”, afirman citando a Narcos, quizás la nueva serie de referencia en Podemos después de Juego de Tronos.

 

 

FUENTE: VOZPOPULI