Para la CUP, la independencia de Cataluña es solo el pretexto que permite acelerar el proceso revolucionario con la fractura del orden social reinante. La Candidatura de Unidad Popular se contempla en el espejo de Salvador Allende y pretende establecer un sistema de anticapitalismo feroz, con salida de la Otan, de Europa y del euro. La Rusia actual, que maniobra para fragilizar a la Europa pujante de Merkel, ha contribuido a la farsa del referéndum del 1 de octubre, como ha subrayado el sagaz editorialista del Washington Post. La CUP desarzonó al pobre Arturo Mas e impuso al mequetrefe Puigdemont, al que maneja a su antojo.

Juan Luis Cebrián redactó el impecable comunicado en favor de la libertad, de la democracia, de la legalidad constitucional y de la integridad territorial de España, que fue aprobado el pasado jueves por unanimidad en el Pleno de la Real Academia Española. Mario Vargas Llosa estaba con nosotros y ha demostrado la sinceridad de su voto incorporándose en Barcelona a la manifestación de la mayoría silenciada por el sectarismo de Carlos Puigdemont, apoyado por Oriol Junqueras, el pobre Arturo Mas, el presunto traidor José Luis Trapero y la taimada Carmen Forcadell. Con más de 80 años a las espaldas, el autor de La fiesta del chivo permaneció durante cerca de tres horas en pie al frente de la manifestación para pronunciar con notable energía un discurso en favor de la libertad y en contra de la conjura golpista. Le respaldó el buen sentido del líder socialista Josep Borrell, que sería, por cierto, un magnífico presidente de la Generalidad.

Admirable Vargas Llosa. El escritor es peruano y adquirió la nacionalidad española en su día para escapar de la vidriosa situación política en su país. En España se alzó con el premio más prestigioso que se concede en nuestro país, el Príncipe de Asturias de las Letras. Ganó también el Cervantes para la literatura iberoamericana. Y, como periodista, el Cavia, en el que sucedió a otros tres premios Nobel: Octavio PazBenavente y Cela. La coherencia ideológica y política de Vargas Llosa no conoce fisuras. Siempre apostó por la libertad. Supo condenar sin veladuras la dictadura de Pinochet y también la de Castro. El espíritu de la moderación ha presidido su vida, en la que ha demostrado, como el domingo en Barcelona, una admirable fortaleza en la afirmación de sus ideas. A pesar de su estrellato circunstancial en la prensa del corazón, que hubiera destrozado a cualquier intelectual, Vargas Llosa es el escritor en español más influyente del mundo.

Luis María Anson, de la Real Academia Española.

 

 

 

FUENTE: ELMUNDO