El ya llamado Eje separatista Cataluña – País Vasco se venía preparando, desde el pasado mes de febrero, las juventudes de Bildu y de las Cup catalanas, un conjunto, una serie de actos de violencia callejera del tipo de los viejos años de la Kale Borroka, que desde hace dos semanas ha empezado a agitar la vida de ambas comunidades rebeldes en manos de los mandos de una sedición evidente y clara, que en otro país de la Unión Europea y ya no digamos en otras naciones de corte latino o musulmán, suelen ser cortados de raíz, siempre de acuerdo entre los gobiernos respectivos y en la mayoría de los casos pactando con la Oposición. Eso se llama política de Estado algo totalmente desconocido en España, en la que la guerra sucia y tierra quemada responde al objetivo de echar a patadas al adversario, que en ocasiones ayudan subterráneamente con los agentes subversivos de la tierra o del exterior.

En las cancillerías europeas se sigue con estupor la deriva separatista que se mueve al menos en cuatro comunidades autónomas. Cataluña, Euskadi, Galicia, Islas Baleares e incipientemente en la región vecina valenciana. Nada extraño será que en cualquier momento se sume a la cola rupturista nacional las Islas Canarias, pionera allá en los años sesenta con el partido en el exilio CANARIAS LIBRE, que dirigía Cubillo, que fue víctima de un atentado en Argelia, dicen que preparado por los servicios secretos españoles. El dato seguro de que operaban desde Argelia, con emisora propia se confirmó posteriormente dando Argel cobertura y preparación a la banda terrorista etarra, y en este mismo país, una delegación del Gobierno socialista de Felipe Gonzalez, negoció con la banda vasca, en la delegación figuraba el delegado del Gobierno en Murcia, que luego fue nombrado ministro de Industria, posiblemente uno de los dirigentes socialistas de mayor categoría política y humana que han pasado por esta Región nuestra. Filtrada la noticia, que entonces fue explosiva, allí fueron enviados especiales de la prensa española, entre ellos el director de un medio de prensa murciano.

El creciente forcejeo entre un Gobierno confiado en el ejercicio punitivo de un Poder Judicial con excesos de huecos, un colador en estas comunidades en rebelión progresiva, y el equipo independentista de la Generalidad que apoyan la extrema izquierda de la CUP aliado a la derecha corrupta catalana, y los antisistemas, roza el ridículo y a veces hasta la indignidad, es una penosa imagen de un Estado debilitado, de un Gobierno desacreditado y una Oposición más atenta al futuro de sus líderes que a los intereses del pueblo español. Sin duda también el partido socialista catalán manejado por Iceta, partidario de una nueva táctica como la retirada calculada, como dejar que se celebre el Referendúm, porque está seguro que será un fracaso como el último del once de noviembre. Esta sugerencia, hasta hoy, nos parece una torpeza monumental encaminada a fortalecerse personalmente de cara a las próximas elecciones catalanas y a potenciar a su partido, en sus horas más bajas. Pedro Sánchez no parece muy convencido, pero sigue insistiendo en dos errores. El eslogan de Somos la Izquierda, y la propuesta de una España de nacionalidades. Los socialistas catalanes no están por la labor. La inmensa mayoría forman parte del mundo del trabajo, de una clase media castigada y hasta marginada por la burguesía y el separatismo de élite que inventó las familias corruptas como los Pujoles y su amplia base de empresarios colaboradores, puro clientelísmo. También Izquierda Republicana de Junqueras, el artista que tira piedras contra unos y otros, y esconde la mano.


Está muy claro que Rajoy tiene miedo, que la vicepresidenta Soraya es una tecnócrata muy lista pero sin valores políticos y que el equipo de asesores y juristas de La Moncloa, la mayoría de ellos procedentes de la Abogacía del Estado, maquinan instalados en una nube, cuando debieran tener los pies en la tierra, pegados a la tierra, a una realidad cada día más cruda y que se refleja en un «modus operandi» que las castas independendistas han descubierto, y es que el Gobierno no se atreve a llegar hasta lo que permite la Constitución en su artículo 155. Peor sería las fotografías y telediarios con los policías, guardias civiles y la mayoría de los mossos de escuadra entrando en los colegios electorales llevándose las urnas que han vendido los chinos o los lituanos. El discurso separatista daría la vuelta al mundo. Rajoy es una dictador y en España es imposible una Democracia estable. Puestos en esta tesitura, lo más grave sería ver desfilar los carros blindados por la Diagonal de Barcelona con Rajoy montado en un arma de guerra y en la mano una paloma de la paz o un ramo de olivo cristiano.

Para este Colectivo la conclusión a la que se ha llegado, a la opinión pública, es que puede ser tarde, que se ha jugado cobardemente con nuestras libertades, que para los partidos son más importante ellos y sus jefes que el pueblo, que el diálogo no es el camino elegido por los sediciosos y que la violencia callejera aumentará hasta culminar el próximo día 11 de septiembre, con una Diada explosiva.
Solución casi imposible. Un Gobierno de coalición, un pacto de Estado y medidas inmediatas antes que la crisis estalle como una bomba. Es una solución siempre posible en una nación con todo tipo de valores incluyendo los humanos, en nuestro país tenemos lo que nos merecemos, lo que hemos votado y permitido, una permisividad casi total, desde el terror etarra, el extremismo separatista y desde la agitación callejera, caiga quien caiga, el turista que viene a dejar sus dineros o romper la unidad nacional lo que nos arrastraría a una crisis económica y social completa.

Efectivamente, son los objetivos que alientan los otros yihadistas, hacer un butrón a las espaldas de Europa. Entre tanto nuestros grandes líderes, pasan de nosotros, olímpicamente y, lo peor, nos ignoran. Ellos con tener las espaldas cubiertas, les basta. ¿Quiénes son esos cuarenta y cuatro millones de desgraciados, los dos millones restantes, son los españoles de primera, con sus castas, tribus, clientes, militantes, pesebristas y empresarios forrados en paraísos fiscales? Ellos se irán, aquí nos quedaremos los sufridores. Pasó con el franquismo. Esta no es la Democracia con la que soñabamos. Se ha esfumado en la aerofagia política. ¿Se está fraguando un «Golpe de Estado» o provocando un estadillo social de imprevisibles consecuencias?.

COLECTIVO «OPINIÓN PÚBLICA»