LA GUARDIA PRETORIANA

 

Nadie en su sano juicio va a creer que Ramón Luis Valcárcel, cuando ejercía, majestuoso, el mando supremo de las tribus de Murcia, y lo sabía todo y lo controlaba todo, no se enteraba del jolgorio económico, urbanista, turístico y financiero, la apoteósica juerga de sus tres benditos consejeros y delegados del Gobierno ¡¡qué sagacidad, qué sabiduría, qué audacia!! la de ellos, llamados los tres, en fila india, a sucederle en el Trono del Palacio de SAN ESTEBAN, ya bajo el ojo inquisidor de Pablo Iglesias, el arquitecto político nacional de los chalets a repartir entre sus bases. Ellos, todavía no PODEMOS, pero los nuestros jugaban a la ruleta rusa. Todo supuestamente, claro.

 

Los psicólogos niegan que la amnesia sea una enfermedad común, sino de élites políticas, que lo ignoran todo. La imprudencia temeraria solo se da en las empresas privadas, en los negocios institucionales, tiene baraka, suerte y carisma.Y según los jueces del Tribunal Supremo la ignorancia consentida puede ser pecado, y hasta mortal. En estos asuntos internos de las investigaciones se puede llegar hasta los ajustes de cuentas, y hay multitud de murcianos y murcianas, que no tragan esa historia de la llamada DEFENSA MURCIANA, una jugada de ajedrez, que termina en jaque mate, aunque se tarde DOCE AÑOS en tirar del hilo o asome la punta del iceberg.

 

 

El desmadre corrupto regional está en manos de fiscales que juran en arameo y han jurado que no solo anda en estado crítico el Mar Menor, corrompidas sus aguas verdosas, sino también la guardia pretoriana y sus adláteres que son falanges macedonias. Los jueces oyen y hasta tienen pesadillas con los viejos fantasmas del cacicato. Los jueces Abadía y Calero sufrieron lo suyo y a los fiscales les llamaron de todo, menos bonitos. Al ex fiscal-superior, rojo, expresión propia del neofascismo de un sector pepero y de los socialistos del personal de confianza, militantes de toda la vida.

 

Creemos, queremos creer, opinamos, que la batalla de Jartum no ha dado fin, sino que ahora se tienen que mojar los guerreros del Tribunal Supremo, porque solo a la vista de lo publicado y recogido por la heroica jueza, Valcárcel debe sabe algo más. Hay tres tesis sobre su opaca actuación como gran jefe de la Comunidad Autónoma. Primera, no se enteró de nada. Segunda, miró para otro lado pasando revista. Y tercera perdió, la legendaria memoria. En todo caso los incrédulos, que pasen revista a las hemerotecas. Se llevaran las manos a la cabeza mareada por el estruendo jurídico. Caído Zaplana, todo será coser y cantar en el resto de España. El efecto dominó hará caer la última ficha de La Moncloa. Paciencia, todo llegará. Caerá la breva. 

 

Y se teme que el PP caiga en las redes que destruyó a la UCD  El magma es distinto pero en el fondo hubo corrupción, porque la ideología se habia viciado.

 

                           

 

 

MURCIA TRANSPARENTE