HOLA AMIGAS/OS OTRO DÍA MÁS EN EL CAMINO DEL CIELO, día 17 de Octubre del 2017.

Hola amigas/os aquí estoy y soy el mismo pero distinto. Tengo otros valores, otras prioridades e incluso otro look.

Nos guste o no el cáncer forma parte de nuestras vidas. Es una epidemia que no distingue entre ricos y pobres, jóvenes y mayores, mujeres y hombres y niños…Todos estamos expuestos. Y si no que levante la mano el que no tiene a alguien cercano que tenga o haya tenido cáncer. Cuando te toca es una desgracia, se te desgarran el alma y el cuerpo y piensas ¿por qué a mi si yo no he hecho nada? y no hay respuesta. No es tu culpa ni la de nadie y no sirve de nada darle vueltas. El cáncer ha llegado y lo único que puedes hacer es plantarle cara.

De eso va mi escrito de hoy. ¿Qué puedo hacer yo?

La respuesta es MUCHO; Cuando te diagnostican todo son temores: miedo a morir, miedo a la quimio y a sus efectos secundarios, miedo a perder el pelo, miedo a hablar del tema, miedo a lo desconocido… miedo, mucho miedo. Y los médicos se convierten entonces en tus mejores consejeros. Te guían, te ofrecen el mejor tratamiento posible y pasas a depender de ellos para todo. El oncólogo es el gurú que todo lo sabe y el que va a marcar tus pasos porque sientes que tu vida está en sus manos. No harás nada sin consultárselo.

Es tal la dependencia que se crea que te olvidas de que nadie te conoce mejor que tú y que, aunque necesitas la medicina para curarte, puedes y debes poner de tu parte para que el tratamiento sea lo más efectivo posible.

Tu aportación al proceso debe empezar por la PREVENCIÓN: autoexploración, revisiones periódicas, alimentación sana, deporte y estar bien con uno mismo son claves para prevenir el cáncer. Aún así nadie es infalible y por mucho que cumplas con los consejos anteriores te toca. Es entonces cuando tienes que tomar consciencia de lo que pasa y poner toda la carne en el asador.

Es muy importante escucha a tu cuerpo. Aunque no lo creas te habla. Comenta con tu médico todo lo que sientas y lo que te pase por la cabeza. No te quedes con las ganas de preguntar por tonto que te parezca lo que vas a decir.

Y si crees oportuno consulta a otros médicos. Pide una segunda opinión si lo crees necesario, una tercera y una cuarta si hace falta. Te parecerá caótico, pero te ayudará mucho a encaminar tu tratamiento a tu manera y con quien tú quieras. Es también muy importante leer, investiga y únete a grupos para hablar del tema y también compartir experiencias es una de las terapias más enriquecedoras que existen.

Y nunca, nunca bajes la guardia. No te obsesiones y VIVE EL MOMENTO, pero mantente alerta.

Te lo pide un amigo.

 

Alejandro Ahumada