Las grabaciones intervenidas por la Guardia Civil a investigados por el proceso separatista muestran el deseo de los secesionistas de que hubiese disturbios el 1-0, día del referéndum ilegal, y muestra el odio y supuesta superioridad de algunos independentistas hacia lo que ellos llaman España. «El día 1 de octubre se tiene que liar, se va a liar”.
En una conversación registrada el pasado 29 de septiembre entre un interlocutor que se hace llamar “Xiscu”, y que se halla entre los investigados, y el experto informático de la Generalitat y responsable del voto electrónico Joan Manel Gómez (uno de los 14 detenidos en la operación del día 20 de septiembre), ambos dan por hecho que el 1-0, día del referéndum ilegal, «se tiene que liar, se va a liar: tenemos que salir todos a la calle con urnas y sin urnas”, describe el informático. E ironizan con que el Gobierno va a llevar “los tanques» a Barcelona. “Al paso que va esta mierda de puta España, vamos a acabar mal”. Xiscu le advierte: “Ey, que vienen con los tanques, que estos payasos de Rajoy de mierda han declarado la guerra…”.
Joan Manel comenta a Xiscu que va a seguir trabajando con el referéndum, aunque el juez le ha prohibido relacionarse directa o indirectamente con el proceso, por lo que señala: “Tendré que ir con cuidado”. Joan Manel asegura en las grabaciones que tras su detención fue recibido en el Palau de la Generalitat por el presidente, Carles Puigdemont; el vicepresidente, Oriol Junqueras, y consejeros del Govern, y que ese día estos le “ovacionaron”. «Fue espectacular, el presi, vicepresi, consellers; nos han ovacionado, después hemos pasado a una sala y al lado estaban todos los consellers, delante mío; nos han agradecido el trabajo y luego cada uno para su casa».
Las grabaciones del desafío independentista revelan el odio que mantienen algunos secesionistas por «lo español». Hay una larga conversación fechada el pasado 27 de septiembre en la Joan Manel Trasseras, catedrático y exconsejero de Cultura y Medio de Comunicación de la Generalitat, en la que este enmarca a los secesionistas como personas superiores a los españoles. Se lo dice así a Francesc Sutrias Grau, director general de Patrimonio. «Estos días, en las imágenes que salían de los furgones de la Guardia Civil saliendo de otras provincias hacia Cataluña, me di cuenta de la distancia mental tan grande que hay, y que vivimos en mundos diferentes». También arremete contra los «guardias civiles que son de Cataluña». «No hablan ni una sola palabra de catalán en público, pero que se dirigen a mí en catalán para hacer el gesto, pero inmediatamente volvían al castellano, son el 99,9% de encefalograma plano», suelta.
En la misma grabación, Sutrias cuenta a Trasseras las fricciones de la revuelta de la madrugada del 20 al 21 de septiembre, cuando se hicieron registros de la Guardia Civil en distintos puntos de Barcelona. Y, especialmente, en la Delegación de Economía que dirige el vicepresidente Oriol Junqueras. Ese día tres vehículos de la Guardia Civil fueron destrozados por manifestantes a las puertas de la Consejería de Hacienda y varios agentes y una secretaria judicial quedaron bloqueadas dentro del edificio.
En la conversación, ambos coinciden en que “la presión popular” es la que impidió que las detenciones alcanzaran ese día al presidente Puigdemont y al vicepresidente Junqueras. Los agentes sabían que, si los detenían, podían tener problemas”. Y señalan que era imprescindible mantener la tensión hasta el día 1 de octubre, día del referéndum, «por lo que hay que movilizar a la tropa». «Veo a la gente súper motivada, también hay derrotistas, pero son muchos más los que están motivados», describe Joan Manel. Estas diligencias las instruye el titular del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona, Juan Antonio Ramírez Sunyer.