En la cúspide de la trama del Canal de Isabel II, Ignacio González, lo controlaba todo: quiénes llevaban el negocio, la cuantía de las comisiones y la parte de cada uno en el reparto. Es la confesión del exdirector de negocios de Inassa, Diego García Arias, en diciembre de 2017 en la cárcel de La Picota, en Bogotá (Colombia) ante el juez y fiscal que instruían entonces el caso Lezo, Eloy Velasco y Carlos Yáñez. Es la confesión más completa conocida hasta ahora de la operativa que afecta directamente al expresidente de Madrid.

El exempleado de Inassa, Diego García Arias, detenido en agosto de 2017 tras la explotación del caso, relató desde prisión, cómo se llevó a cabo la compra de Emissao por parte del Canal. En la declaración, a cuya grabación ha tenido acceso la Cadena SER, arrancó directamente por las presuntas mordidas. «Ignacio González dio el siguiente reparto». Y comienza el relato. «Edmundo me dice en Barranquilla, ‘Diego, se ha acordado que la comisión es de 6 millones de dólares por la operación de Emissao'», convencido de que el expresidente madrileño «tenía información de lo que iban a pagar de comisión con la empresa Essentium y se la trasladó a Edmundo».

El exnúmero dos de Ignacio González en Colombia y gerente de Inassa, Edmundo Rodríguez Sobrino, continuó. «Esa es la comisión que deben pagar, ya está hablado, solo te tienes que reunir con él. Tres millones de dólares tienen que ser para España y tres millones para Colombia, yo me encargo de repartir esta parte. De la parte de España son dos para mí, es decir, para Ignacio González, y otra parte para la persona que me ha ayudado mucho y me trajo el negocio, Luis Vicente Moro (exdelegado del Gobierno del PP en Cetuta). Dos y uno -en referencia a los 3 millones de euros-«.

El arrepentido asegura que González preguntó a Edmundo Rodriguez cómo iba a repartir la parte de Colombia y se preocupó por el papel de Diego García. «Le dijo, es de mi total confianza. Edmundo me lo contó como cosas clave de la conversación».

Mordidas sin IVA

En la compra del Canal de Isabel II de la sociedad local Emissao por 30 millones de dólares, Diego Arias explica al juez Eloy Velasco cómo el empresario brasileño y dueño de la empresa Emissao, Sebastiao Cristovam, rebajó la comisión a 5,4 millones de dólares. Él le llegó a decir: «Sebastiao esa es la orden que tengo yo, tú me tienes que cumplir. – No Diego, además yo tengo que pagar impuestos (en Brasil) – ¿Qué tienes que pagar de impuestos? – El 10%. – Vale, descuenta los seis millones de ahí». Y continúa «Esa decisión la tomo yo, a estos les digo que hay que descontar los impuestos». Finalmente, el empresario brasileño pagó todas las comisiones en un plazo de seis meses.

Las cuantías de las mordidas quedaron presuntamente de la siguiente manera. «1,8 millones para Ignacio González y 900.000 para cuatro personas, que éramos Diego García (en referencia a él mismo), Edmundo Rodríguez, Luis Vicente Moro y Ramón Navarro. Entonces Edmundo me dice: la parte de Ignacio González la voy a recibir yo porque Ignacio está de mierda hasta aquí, no tiene cómo procesar dinero y no tiene como sacar, no tiene como hacer nada y me ha pedido que sea yo quien lo tenga». En 2014 Ignacio González, al frente de la presidencia del gobierno de Madrid, ya estaba siendo investigado por un delito de blanqueo en la compra del ático de lujo en Estepona.

El fiscal, Carlos Yáñez, pregunta al investigado si conoce el acuerdo interno al que llegaron Ignacio González y Edmundo Rodríguez sobre cuándo o cómo se lo iba a devolver. «A Ignacio González desde que sale de la Comunidad de Madrid y le investigan por lo del ático le saltan todas las alarmas. Edmundo estaba desesperado por tener ese dinero, eso me consta a mí. En la conversación que tuvimos en la oficina personal de Ignacio González, nos sentamos en la cocina. Edmundo le dice a Ignacio -Tenemos que hablar del tema de Emissao, dime qué hago macho». Y concluye «No tengo ninguna duda de que haya dinero para Ignacio González».

Sobre Ignacio González el fiscal preguntó expresamente qué papel le atribuía. «El jefe, el que organizó todo, el que dio la orden, el que trajo a la empresa desde Emissao, el que repartió las comisiones, el que dio la orden a todo el mundo de todo». El fiscal insiste «- ¿Lo sitúa usted en la cúspide de la organización? – Si» remata.

¿Y sobre el papel de Edmundo Rodríguez? continúa el fiscal. «El segundo de Ignacio González, mi jefe. Ellos no eran amigos. Se hicieron amigos a raíz de la salida de Javier Soler (consejero de Extensia hasta el año 2009), el verdadero amigo de González, ellos lo hacían todo juntos».

Suiza y Panamá

En noviembre de 2013, Diego García, con autorización y los poderes de Edmundo Rodríguez, firma la compra de Emissao por 30 millones de dólares. La financiera de Inassa, Rosario Pérez, le dio las instruccciones sobre la forma de pago ya que el dinero para comprar Emissao salió de Inassa. Para depositar las comisiones, todos los participantes, a excepción de él mismo (que usó, según relata, su propia cuenta corriente), utilizan sociedades instrumentales. Los ingresos irían «el primero a Suiza, el segundo a Brasil y el tercero a Suiza, en estas cuentas».

Edmundo Rodríguez Sobrino abrió «dos cuentas en la entidad Helm Bank de Panamá», escriturados a nombre de las empresas tapadera. Supuestamente una para guardar su parte y la otra para el dinero de Ignacio González.

El empresario brasileño simuló los pagos a través de contratos de prestación de servicios para eludir la los controles de blanqueo. En total, en el desembolso de la operación 26,6 millones de euros fueron supuestamente para Sebastiao Cristovam por la compra de Emissao y 5,4 millones en comisiones.

Declaración en la Audiencia

En este momento procesal, tanto Diego García Arias como Edmundo Rodríguez, han reconocido la operación fraudulenta, las mordidas en Brasil y la vinculación del expresidente madrileño. Esta mañana (11 de mayo) el arrepentido vuelve a declarar en la Audiencia ante el juez Manuel García Castellón para ratificar su confesión.

 

 

FUENTE: CADENASER