Murcia (EFE).- El exalcalde de Murcia Miguel Ángel Cámara y el exdirector de la Gerencia de Urbanismo Pedro Morillas han dicho hoy al declarar como acusados en el caso ‘Nueva Condomina’, de presunta corrupción urbanística, que el convenio suscrito en 2001 con el entonces dueño del Real Murcia Jesús Samper para la construcción de un nuevo estadio fue beneficioso para el ayuntamiento.

El primero en declarar en esta primera sesión de la vista oral que se desarrolla en un Juzgado de lo Penal de Murcia ha sido Cámara, quien en todo momento ha dicho que actuó siempre de acuerdo con los criterios mantenidos por los servicios técnicos municipales y los servicios jurídicos del ayuntamiento.

El exalcalde ha negado que el contenido del convenio se hubiera preparado de forma que beneficiara a los intereses urbanísticos de Samper, ya fallecido, para añadir que él no planteó la edificabilidad de los terrenos adquiridos por este promotor, ni dio instrucción alguna a los técnicos del consistorio para que redactaran informe en la dirección que deseaba.

Cámara ha recordado que en el pleno municipal en el que se aprobó el convenio urbanístico, de los 29 concejales que integraban la corporación votaron a favor 27, incluidos los ediles socialistas,»que lo apoyaron fervientemente».

Y ha añadido que el entonces presidente de ese grupo municipal, José Salvador Fuentes Zorita, llegó a decir que «lo había estudiado hasta la última peseta y que lo consideraba muy positivo».

El segundo en declarar ha sido el que fuera director de la Gerencia de Urbanismo, Pedro Morillas, que también ha defendido la legalidad a la que se ajustó todo lo relacionado con este convenio urbanístico.

Ha comentado que jamás recibió indicación alguna de sus superiores, «lo que nunca habría permitido», aseveró, y que la decisión inicial de no obligar al promotor a la entrega del diez por ciento del aprovechamiento urbanístico fue porque éste aportó una cantidad muy superior a la que habría supuesto ese porcentaje, ya que entregó dinero y el nuevo estadio.

Como había hecho antes Cámara, Morillas se ha referido también a las tres sentencias de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia que consideraron ajustado a derecho el texto del convenio, con excepción de lo referido al 10 por ciento, que determinó que el consistorio debía exigirlo.

El que fuera gerente de Urbanismo ha reprochado al fiscal Anticorrupción. Juan Pablo Lozano, que confundiera las siglas SMI, que figuraba en un escrito suyo que le fue incautado y que se referían al Servicio Municipal de Información, con las de una empresa de Samper, para concluir de ello que aquel estaba supeditado a lo que dijera el empresario.

«Fue una auténtica mentira, y aún estoy esperando una disculpa», ha comentado visiblemente dolido, porque, ha añadido, era todo lo contrario a lo real, «porque Samper no me podía ni ver».

La vista continuará la próxima semana con la declaración del exjefe de Planeamiento Joaquín Peñalver, pero su recorrido en este proceso será corto, ya que el fiscal ha expuesto en esta primera sesión que los hechos que le atribuye han prescrito.

En cuanto a la solicitud de prescripción reclamada por los otros dos acusados, ha dicho que todo estará en función de que el delito de prevaricación que se les atribuye se entienda que fue continuado o no.

Lo que sí ha dicho también el fiscal Anticorrupción es que retiraba su petición de que se declarara la nulidad del plan parcial correspondiente y del programa de actuación, proyecto de reparcelación y licencias residenciales.

Igualmente, ha retirado otra de sus solicitudes, la referida a que se entendiera que la Junta de Compensación no tenía derecho a percibir indemnización alguna por aquella nulidad inicialmente reclamada al considerar que había actuado con mala fe.

La fiscalía, en sus conclusiones provisionales, reclama para Cámara y Morillas diez años de inhabilitación, y para Peñalver, ocho años y siete meses, en el caso de los dos últimos, como cooperadores necesarios y por inducción. EFE

CARDUMEN DE GAVIOTAS

Ayer miércoles me enteré del meollo por misiva recibida por palomas blancas, y otros por señales de humo porque algo se viene quemando en nuestra Región, no se sabe si es la vergüenza o el miedo a una prescripción que sería un morterazo en la línea de flotación de la patera murciana repleta de inmigrantes fenicios en busca de un horizonte pleno de luz, y la prueba del nueve de que por estas tierras se esconde o se trata de ocultar la tronaera mortal. La clave de la OPERACION LIBRILLA -podemos señalar otra localidad bañada por el mar- es la palabra CARDUMEN, que quiere decir algo así como concentración de pajarracos o de peces de la clase tiburón. Entre los pájaros podemos destacar a la gaviotas que han penetrado al Mar Menor, la gran chapuza de los gobiernos regionales, la fechoría de matar un mar con forma femenina, peor que ese machismo en el que meten casi a la mitad de los varones españoles-no se si así mismo a los extranjeros, casi cuatro millones-esa masa asquerosa que vive a costa de sus esposas, amigas, compañeras sentimentales o queridas a la vieja manera, y no pegan golpe. Gaviolas, como suena, que suelen visitar los vertederos municipales, regionales y nacionales situados en media España. En vuelos rasantes o en picado emitiendo graznidos histéricos como aquellas famosas meigas celtas con sus aquelarres mefistofélicos escupiendo fuego lujurioso que calientan a varones enfermos.

Los otros cantares desagradables me atormentaron durante toda la mañana en el espetable Palacio de Justicia tan presionado por los fariseos del Derecho a la espera de un cheque o de los políticos camuflados con esa mantequilla buenista producida en las fábricas del tierno Maduro y exportada para hacernos resbalar o patinar en las calles proletarias de una España encanecida de tanto soportar ataques sin castigar, cuando la moral o la ética se transforman en armas de mierda arrojadiza de unos contra otros, y a los que nos han robado, a nuestro Estado que es nuestro, y a la sociedad, que somos todos.

Allí en aquel enorme lugar tan grande como el ayuntamiento de Las Torres, pronto declarado monumento de bien cultural estaba siendo juzgado MIGUEL ÁNGEL CÁMARA y otros caballeros de lanza en ristre de la Orden del Ladrillo aunque faltaba otro cadáver. Pero en realidad estaba solo, dando la cara dura y tersa sin la presencia amiga del interfecto R.L. Valcárcel Siso, que como es sabido a conciencia dirigió la Orquesta de las Chapuzas Reales, durante decenios inmortales y la prórroga actual ahora a las puertas del taller de reparaciones que han venido regentando gentes de Lorca, incluidos socialistos conspiradores que lancearon al vecino, en una guerra de frangollos que han hecho escuela ante los tribunales de Justicia con la manoseada defensa de no saber nada, de no enterarse lo suficiente, los culpables son ellos o los otros. A Murcia la han violentado en exceso los tuercebotas y los gafes monclovitas producto de una degradación presuntamente delictiva que no sabemos si terminará siendo castigada o condecorada o con la mano extendida allá abajo en un rincón de la vieja España, en el que los desastres humanos del alcoholismo y el consumo bestial de drogas son aparcados por los partidos alcoholizados de poder que nos cuesta miles de millones. O silencian adrede el grandioso disparate de tener a una nación funcionando a base de opiáceos como resultado de una depresión nacional. Más de veintitrés mil fallecidos al año por drogas y sus dramas familiares ¡¡y esto que coño importa !!. Ahora me sopla al oído mi esposa teóloga que mantiene la tésis de que si Judas no se hubiera levantado ebrio de la Ultima Cena y traicionado a Jesús, otro gallo nos cantaría hasta en Murcia. Con perdón. No, no es una broma, va en serio.