1. Deje hablar. ¡No interrumpa! Y escuche de vez en cuando. A veces –sorpresa– las mujeres tenemos cosas que decir.
2. Contenga la apertura de piernas en el transporte público. No se machoespatarre (salvo que la próstata le obligue, y previa presentación de certificado médico).
3. Procure no acaparar las reuniones de amigos o trabajo ni abrumar con su sabiduría. No machoexplique las cosas. Sea humilde. ¡Y breve!
4. Cuente lo que gana a sus compañeras de trabajo si le preguntan. Nadie le va a bajar el sueldo por eso. Se trata de que cobremos igual, no de que usted cobre menos.
5. No acuda a reuniones, debates o charlas si no son paritarios. Y si va, dígalo. Hágalo notar.
6. Procure evitar la condescendencia. No somos niñas pequeñas.
7. Las tareas domésticas son de los dos. No diga que “ayuda” en casa. Simplemente está haciendo su parte.
8. Si los niños se ponen malos, se puede usted quedar con ellos sin problema. No le van a echar del curro por eso. (Y si le ponen problemas, compartirá los que tenemos todas las mujeres.)
9. Aunque podemos y sabemos defendernos solas, si un compañero se pone agresivo con una mujer, dígaselo. Llámele la atención. A veces las relaciones de poder hacen difícil a las mujeres responder a las agresiones como es debido.
10. Puede opinar sobre feminismo, pero recuerde que es un movimiento que existe desde hace más de 100 años. La rueda ya se inventó en Sumeria. Quizás podría hasta leer cosas sobre feminismo. No, no son solo para mujeres.
FUENTE: CTXT
¿Te vienes?
Los muros del poder económico, político y su consecuencia feroz, la autocensura, ensombrecen cada vez más el periodismo y a sus profesionales. El oficio más bello del mundo no goza de buena salud en una sociedad donde la violencia institucional se ceba con los más débiles y sirve reverencialmente a ricos y poderosos. En un país donde el poder se empeña en mantener sus privilegios a costa de extender oscuridad donde los periodistas queremos y trabajamos por arrojar luz y claridad.
En Público creemos, sin embargo, que donde hay compromiso, profesión y honestidad, hay esperanza. Donde hay Periodismo, hay verdad, criterio y conocimiento, hay poder de cambiar las cosas. Porque hay libertad.
La presión política y económica es nuestra batalla diaria. La mayor de las satisfacciones cuando llega la hora del cierre es constatar que, una jornada más, hemos dado a nuestros/as lectores/as una información exenta de cualquier tipo de sombra: una información veraz y verdadera; una información rigurosa, no construida para ser creíble, sino siendo cierta. Pese a quien pese. Caiga quien caiga (y, creedme, han caído).
Los lectores y seguidores que defendéis y apoyáis el conocimiento de la verdad, por un lado, y los periodistas que trabajamos con compromiso y sentido de servicio público, por otro, tenemos cada vez más en nuestras manos la responsabilidad de impulsar ese Periodismo, velando por preservarlo. Nada más y, sobre todo, nada menos.
En Público nos esforzamos siempre para arrojar luz donde los poderes ponen sombra, cada día, minuto, segundo… Y nuestra motivación por el trabajo bien hecho nos lleva ahora a pedirte que ocupes un sitio a nuestro lado; aquí, en la redacción. En la Comunidad de Público. Te necesitamos para ser más fuertes, para crecer en investigación, en exclusivas, en destapar injusticias, para ejercer más Periodismo valiente, ése donde cuentas tú por encima de todo.
Ese Periodismo que va contigo a los lugares donde no quieren que vayamos: ministerios opacos, la Casa Real y otras instituciones carentes de transparencia, empresas explotadoras, mafias policiales, paraísos fiscales, oscuros cuarteles, lobbies patriarcales, lugares de culto religioso, sedes de explotación y trata de mujeres y niñas/os, industrias implacables, insalubres y maltratadoras de humanos y animales, prisiones de refugiados inocentes y aterrorizados, cementerios en el mar de nuestras fronteras, lugares de tradiciones sangrientas, sepulturas en cunetas, pazos y edificios robados por el franquismo y mantenidos con la complicidad del poder… Tantas y tantas zonas oscuras, impunes y cargadas de dolor e indignidad.
Te necesitamos, lector/a, para trabajar codo con codo por esta sociedad con tantas posibilidades para todos/as y, sin embargo, desbordada con trampas, desigualdades, manipulaciones y esclavitudes. Vamos a destaparlas. Vente. Comprueba con hechos e información que el Periodismo y una comunidad que lo respalde son un arma cargada de pasado y memoria, presente y denuncia, futuro y progreso.
Si denunciamos, caerán. Si informamos, se irán y acatarán. Si nos unimos, se acaban las mordazas y la ley de ‘mano dura’. “Un buen periódico es una nación hablándose a sí misma”, decía Miller; porque un buen periódico no son sólo sus periodistas sino también y ante todo, sus lectores, la vida que viven o les quieren hacer vivir, sus inquietudes, dudas y deseo de contar y ser informados sobre un mundo que abrimos y diseccionamos en canal cada día.
Tú eres Público, estamos aquí para ti y, por eso, necesitamos tenerte más cerca. Vente con nosotros/as. Te esperamos con toda la ilusión y las expectativas de construir una comunidad que haga grande todo lo que la rodea. Ven.