Y pensé, parafraseando a un gran cantautor: pongamos que hablo de Mazarrón. “Cuando la burra arranca y toma la linde, la linde se acaba y la burra sigue”. Y al final se acaba despeñando. Está claro que en todos los pueblos hay borric@s, pero en política, señores, no nos podemos permitir ese lujo. Que dicho en panocho majaero del lugar viene a ser: ”ca uno en su bancal, y la burra por la linde”. Pues eso. Cierto es que, las sesiones plenarias de la nueva corporación han empezado como acabaron en la anterior legislatura, tensas, sucias y cansinas actuaciones de la apasionada bancada popular, representando las mismas escenas, la propia indecisión e idéntica dependencia de manejos secretos.
Verdad es que, para gustos, hay mil colores, pero!Cuidao!, en muchas ocasiones somos nosotros mismos los que ayudamos a que la imagen del dirigente público, la visión de la política, se vea distorsionada y cuestionada. Y ese color, siempre es muy oscuro. Era natural que el nuevo Gabinete no gustase a la oposición. Procedente como el anterior, de la mayoría formada tras el “Pacto de Bahía”, y van tres. El nuevo “Equipo de Gobierno”, representa las mismas ideas, la misma entereza frente a las grandes conspiraciones y el mismo proyecto político-económico-social, para cambiar los viejos vicios adquiridos y corruptelas inoculadas por el “clientelismo bipartidista”.
La todavía lideresa popular fija su estrategia: demagogia, trolas, populismo y el ”tú más” sin límites, ella sola tira del carro y el “gobierno del pacto” es su único rival. Empezó tal cual acabó, “como un disco rayado de quita y pon” con el manido tema de los remanentes de tesorería, que va a hacer más famosos que los fondos reservados de la transición. La primera y ridícula intervención, machacona e inoperante, la deja en el disparadero de una larga agonía política que durará no se cuantos meses y pico. Acaba de empezar el principio del fin de su amplísimo bagaje político. Los demás ediles populares hacen lo que pueden, para enganchar a una militancia desencantada, dividida y resignada, lo que se de dice enganchar, pues como que no.
Si le sale mal la estrategia, se cae ella sola; pero si le sale bien, algo improbable, tendríamos lideresa para rato. Es un vendaval desbocado que arrasa con todo. Ella sabe que aquí su partido no está para tirar cohetes, que reeditar los éxitos de antaño queda aún algo o muy lejos, pero debe insistir lo que dure al frente de la oposición. El “Pacto de Bahía”, y van tres, le recuerda otros tiempos, tiempos gloriosos de vítores, despilfarros, devaneos y francachelas en los que sus coleguis de farras, Valcárcel y Blaya, hacían desde el poder absoluto de “su capa un sallo”, dibujando un Mazarrón y una Región de Murcia donde llovía “maná del cielo”. Ni por asomo.
Pero en estas que la jefa de la oposición sube las escaleras, ajusta el micrófono y vocifera: “Que sepáis todos que el 28 de Mayo ganamos las elecciones y el 23 de Julio vamos a ganar en España. Y vamos a ganar bastante bien”. Así que adios al sanchismo. Tiene claro que estará ella sola contra el mundo. A unos les parecerá soberbia, a otros les parecerá valentía, pero el vendaval Jiménez se muestra como una figura capaz de tirar de carros y carretas, de su partido y de lo que haga falta. Pero la estrategia tiene más elementos: es medir los tiempos, es alzar la voz solo cuando se precisa, es echar mano al populismo mayúsculo sin excederse y, sobre todo, es dejar claro de una vez a quién se enfrenta.
POST SCRIPTUM: “Cuando somos inmunes a las opiniones y actos de los demás, dejamos de ser víctimas de un sufrimiento innecesario. Perdona pero no olvides, o saldrás herido de nuevo. Si perdonas cambias las perspectivas, si olvidas no aprendes la lección”.
COLECTIVO “EN CLAVE TRANSPARENTE”