Cs pasa página de su crisis interna y afianza su giro a la derecha a pesar de los críticos

Cs pasa página de su crisis interna y afianza su giro a la derecha a pesar de los críticos

El pasado lunes tres dimisiones y una tensa votación en la sede de Ciudadanos desencadenaron una crisis interna en el seno del partido. No todas hicieron el mismo daño, ni los tres dimitidos tenían el mismo peso político dentro de la Ejecutiva, pero sí compartían motivos: Ciudadanos les había dejado de representar. Una crítica a la dirección que pasaba por denunciar el giro a la derecha que, a su juicio, había experimentado la formación en los últimos meses, sumada a la «incomprensible» decisión de establecer un cordón sanitario a Pedro Sánchez.

El que fuera secretario de programas y portavoz económico del partido naranja, Toni Roldán, anunció su dimisión en una dura comparecencia contra Rivera en el Congreso. Le siguió el todavía eurodiputado Javier Nart, que abandonó su cargo en la Ejecutiva, y el cabeza de lista de la formación en Asturias, Juan Vázquez. Otros destacados dirigentes, como el vicepresidente económico de Renovar Europa, Luis Garicano, el líder del partido en Castilla y León, Francisco Igea, o el responsable de Fomento, Fernando Maura, se han mostrado públicamente en contra del criterio decidido mayoritariamente por la Ejecutiva de votar ‘no’ en la investidura de Sánchez.

El número dos de Cs, José Manuel Villegas, persona de la máxima confianza de Rivera, trataba de zanjar este lunes la crisis interna, frente a algunas informaciones que apuntan que habrá cambios en la cúpula directiva: «Las decisiones en la Ejecutiva son colegiadas. Hubo más de una votación que se saldó con mayoría. Algunos que perdieron decidieron dejar el cargo o dar un paso al lado. Las dos posturas me perecen igual de coherente y válidas», ha subrayado Villegas en rueda de prensa.

El destino de los críticos —encabezados por Garicano—es, de momento, incierto. Fuentes de la dirección señalan a Público que Rivera no les ha informado de ningún cambio que, a corto plazo, dudan que se produzca. Sin embargo, admiten que ahora mismo Ciudadanos necesita una dirección sólida ante las presiones cada vez menos sutiles de quienes demandan que los ‘naranjas’ se abstengan para que el PSOE no gobierne de la mano de Unidas Podemos.

El pasado viernes, ante el Consejo General de Ciudadanos reunido en Madrid, Rivera desafió a quienes le piden que facilite la investidura del ahora presidente en funciones: «Si algunos piensan que el sanchismo tiene que campar a sus anchas, que presenten un partido político», aseveró, en referencia a la «patronal, sindicatos o bancos que le dicen lo que tiene que hacer», asegurando que su  partido toma sus propias decisiones y que deben ser «libres y sin tutelas».

La intención de Rivera: ‘sorpassar’ al PP

El presidente de Cs quiere dejar claro quién lleva la iniciativa entre los partidos de la oposición para «liderar la oposición» y se ve legitimado tras el resultado del 28-A, al pasar de 32 escaños en 2016 a 57. En su interés de consolidar su posición en el espacio de la derecha, Rivera trata de disputarle a Casado el espacio hegemónico que tantos años ha ostentado en solitario el Partido Popular. Su resultado a nivel municipal y autonómico no ha sido el que los ‘naranjas’ esperaban pero ha logrado que su formación sea clave para gobernar en algunas comunidades y municipios.

Sin embargo,la marcha de Toni Roldán, que tenía un peso orgánico importante en las filas ‘naranjas’, tanto en la dirección como en el grupo, supone verbalizar una estrategia que Rivera no ha admitido nunca públicamente: la de tratar de erigirse como líder de la derecha para no ser percibido como un «partido bisagra» aunque suponga alejarse de esa imagen de «líder centrado». Roldán, antes de su marcha, dejó algunas frases que todavía escuecen dentro del partido: «No me voy porque yo haya cambiado, sino porque Ciudadanos ha cambiado. Éste no es el contrato que yo firmé» o «¿Cómo vamos a superar la dinámica de confrontación de rojos y azules que vinimos a combatir si nos convertimos en azules?»

El crecimiento electoral de la formación sirve, de momento, como escudo frente a estas críticas, y el argumento del “aval de los electores” es el más repetido por los afines a Rivera. Sin embargo, el hecho de no haber sobrepasado al PP en su momento de mayor debilidad, aleja la posibilidad de que los críticos puedan desistir en su afán de conseguir el anhelado pacto PSOE-Cs.

 
 

FUENTE: PUBLICO

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