05 / 05 / 2008 CORRUPCIÓN POLÍTICA  

Los expertos, los politólogos, los comentaristas y en general la opinión pública murciana hemos llegado a la conclusión de que la corrupción en nuestra Comunidad Autónoma alcanza altos niveles políticos que ensombrece la vida económica, social y urbanística.

La corrupción económica que barre a Murcia como un huracán tampoco se debe generalizar pero a la vista de los errores judiciales y el impacto negativo que conmueve la ética ciudadana, se imponen soluciones drásticas, regenerativas. El que ésta corrupción esté tocando la vida misma, la supervivencia de diecinueve Ayuntamientos, nos hace pensar y sugerir que el Consejo General del Poder Judicial, a instacias del Tribunal Superior de Justicia de Murcia, designe con la máxima urgencia el nombramiento de un solo juez para investigar las instrucciones incoadas, y las que caigan en el futuro.En exclusividad, porque un juez o los jueces murcianos que llevan los casos de corrupción tienen que instruir numerosos casos delictivos. Hay incluso un juez, que le ha tocado un tema de corrupción, que lleva dos juzgados. Están sobrecargados. Naturalmente que el Tribunal Superior de Justicia de la Región no está por la labor, a la vista de lo que está lloviendo, pero ciertamente tenemos la ligera esperanza de que modifique su criterio dada la personalidad de su presidente, jurista intachable aunque excesivamente modoso. Esto de nombrar un Juez Único para perseguir la corrupción política en el mundillo económico regional, no sería un caso excepcional, ya ha habido un precedente. Lo que decimos está en la calle, en las redacciones de los medios de comunicación, en los despachos, en los bufetes y en la vida política regional. Los escándalos se suceden, y aquí nadie toma medidas drásticas y justicieras, y cuando un juez joven, valiente y recto toma decisiones duras, se le insulta, se le vitupera e incluso se le injuria, sin que nadie mueva un músculo, incluyendo sus propios compañeros de los Tribunales. Nadie, absolutamente nadie busca soluciones reales para investigar profundamente este mundo seduceo que huele a cloaca. Los responsables miran para otro lado. Los fiscales están desbordados y faltan medios humanos y técnicos para intervenir quirúrgicamente un cáncer que ha hecho metástasis por todos los organismos del cuerpo social de ésta Región que lo aguanta todo. Quizás crean que atajar la corrupción urbanística puede suponer un parón, más paro. Sería una curiosa actitud de que el fin justifica los medios, axioma que vendría a aumentar esa corrupción política, social y económica de la que hablamos al principio de este comentario.

Probablemente habrá que recurrir a procedimientos excepcionales para alcanzar los objetivos que apuntamos. Empezando con un encierro impactante o la publicación de un manifiesto que despierte las dormidas conciencias de unos murcianos acostumbrados, secularmente, a ser manejados por el caciquísmo de siempre. Yo me apunto. 

JOSÉ JUAN CANO VERA