Hace ya bastantes años, el británico Anthony Burgess publicó un libro muy ameno e instructivo. Se titulaba “El Reino de los réprobos” y aludía a la persecución del cristianismo durante sus primeros tiempos en Roma. Porque para el mundo romano, un mundo decadente en cuestiones morales, los cristianos eran unos réprobos.

Bueno, la cosa no ha cambiado, pues para muchos comunistas o socialistas, algunos disfrazados de populistas, su máxima aspiración sería acabar con el cristianismo, pues les pica en la cartera y en la poca conciencia que aún les queda. Pero antes de nada, veamos los sinónimos de reprobar, que son muchos: censurar, desaprobar, criticar, reprochar, condenar, vituperar, suspender, catear, descalificar, revolcar y puede que algunos otros. Sin embargo, pocos son los antónimos, como alabar o aplaudir y poco más. Ello significa que reprobar es demasiado fácil en comparación con alabar. Basado en esa facilidad, el señor ministro del Interior ha decidido que no se fía del coronel Manuel Sánchez Corbí. ¿Y por qué? ¡Ah…!

¿Será por ser hijo y nieto de Guardia Civil? Tal vez no sea eso muy elegante, aunque sí muy honrado. No creo que ese sea el motivo. ¿Será porque detuvo a “Txeroqui”, el jefe del aparato militar de ETA o a Mikel Carrera Sarobe, alias “Ata”, ídem? Puede ser que los independentistas vascos exijan su cese. O tal vez por rescatar de su cautiverio a Ortega Lara. O por sufrir una injusta condena por defenderse a palos de una bestia parda etarra cuando lo detenían, en un juicio lleno de cambios de opinión, con una sentencia infumable de la Audiencia de Bilbao, reducida notablemente por el Tribunal Supremo, gracias a las vacilaciones del fiscal, de la que fue indultado por el Gobierno, pues el proceso era de una calidad más que dudosa. O puede que por solucionar los casos de Diana Quer o Gabriel Cruz “pececito”. O a lo mejor por ser condecorado cinco veces con la Cruz del Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo, distintivo que se otorga a quienes se han jugado la vida en defensa de España y de la paz. O tal vez porque el estado Francés le concedió la Legión de Honor, por su lucha contra la derrotada ETA.

Señor ministro del Interior, en mi opinión se equivoca enormemente en destituir al coronel Sánchez Corbí como jefe de la UCO. O puede que le hayan influido otros colegas políticos e incluso que se lo hayan exigido, pues la UCO ha descubierto un sinfín de tramas de corrupción política. ¿Qué pasa, que quieren libertad de acción, con “manguis” descontrolado? ¿Molesta lo de los ERE o lo del 1 de Octubre y el “afane” de la Generalitat y compinches? ¿O es lo del Gürtel? Mire, señor ministro, la política en España es repugnante y cada vez más. Se han convertido los partidos en “bandas” de saqueadores presupuestarios y hay que acabar con ello o va a ser peor, pues según la física esto va a generar más pronto que tarde una reacción tremenda de la gente.

Hay mucho incapaz en el mundo de la política y, como dijo claramente La Rochefoucauld, “los espíritus mediocres condenan todo aquello que no está a su alcance”. Señor ministro, me consta que usted no es mediocre; no se deje guiar por mediocres que no le harán ningún bien. No se deje engañar por quienes solo van a por “la guita”, que dicen por Andalucía. Tenga en cuenta lo que decía la Reina Cristina de Suecia, que “algunos necios desaprueban aquello que son incapaces de hacer”. Señor ministro, usted no es necio, no se deje engañar por los ídem. Y no se fie de quien le elogie por haber tomado tal decisión, pues probablemente sea su peor enemigo, aunque se camufle, porque hace muchísimos años el gran Lao Tsé dijo en China que “no vayas contra lo que es justo para conseguir el elogio de los demás”. Porque es muy fácil que le mientan, aunque ya sabe lo que dijo Baltasar Gracián: “el mentiroso tiene dos males, que ni cree ni es creído”. No se fíe usted de los embusteros habituales, tan abundantes entre los políticos, especialmente los “progresistas” (de su bolsillo, fundamentalmente). Por mucho que le prometan o le paguen por hacerles el “caldo gordo” a sus valedores políticos, sepa usted que, como ya señaló Noël Coward hace tiempo, “el dinero no nos proporciona amigos, sino enemigos de mejor calidad”, lo cual es altamente peligroso. Y es que “la calidad nunca es un accidente; siempre es el resultado de un esfuerzo de la inteligencia”, que dijera John Ruskin. Y me da la impresión de que tener enemigos inteligentes no conviene mucho.

En fin, procure usted evitar estos patinazos, señor ministro, que cantan mucho acerca de lo controlado que está usted por incompetentes, cuando no ambiciosos.

Y en cuanto al coronel Don Manuel Sánchez Corbí, pues ¡qué vamos a decir! Cuenta usted con todo nuestro respeto y cariño. En el Círculo Ahumada tiene usted su casa. Como antiguamente se decía bromeando: “disponga usted de nosotros como de un paraguas viejo”. Un abrazo muy fuerte, mi querido coronel y piense en lo que dijo el Gran Capitán (por cierto, pariente lejanísimo mío): “estas son las luminarias de la victoria”. Esto no ha hecho más que empezar. “Take’t easy”, que dicen por ahí fuera. Nos veremos celebrando un nuevo éxito suyo pronto.

 

 

FUENTE: LATRIBUNADELPAISVASCO