Vivir para ver. Cuando “coristas y trompeteros cambian de banda” dejan de ser bálsamo democrático para convertirse en brebaje intoxicador. A toque de «música celestial» venden su alma al mejor postor. Con pocas fórmulas de margen dos personajes que han logrado el máximo lustre en el altar político – Gaspar Miras y Ginés Campillo – ven cómo muchos incondicionales asistentes a los actos públicos en los que intervienen les arrugan el morro y cuchichean criticando los contraproducentes “gurigays” que montan gratuitamente.

Cabe recordar que tanto quien antes ya ocupó el cargo de Primer Edil con suma experiencia en la dirección del “Equipo de Gobierno” como quien ahora está al frente de la Alcaldía en Mazarrón son figuras públicas que alcanzaron el estrellato de la política protagonizando sonados desaires y dolorosas rupturas en una y otra acera de C/Progreso. En ambos casos, preguntando con contundencia “dónde estaba el cambio y el progreso” y reclamando honradez y eficacia a sus predecesores.                               

Claro está lo que Alcalde y Vicealcalde en disputa del “sillón de tersssiopelo”, con intrepidez, perseverancia e indudable vasallaje procuran consolidar en el municipio, a saber, el sistema engendrado hace más de tres décadas en que el interés de determinados conglomerados privados prevalece sobre el medio ambiente, la educación, la salud y los derechos sociales de las mayorías, incluso sobre el mismísimo progreso económico, sin límites morales ni legales, transita impune en Mazarrón.                                    

A mi juicio, una viciada forma de hacer política y, en última instancia, de proteger todo un Régimen corrupto que se sostiene de ordeñar lo público para engordar lo privado que, si muestra cualquier parecido con una democracia digna de tal nombre, es mera coincidencia.

Un “nudo gordiano” imposible de desatar, cuyo cabos se esconden en su interior desde que Valera y el PP sucedieron, al frente del Consistorio, a un PSOE cuyo proceder antes de ser relevado del poder facilitó la irrupción de una oscura manera de gobernar sin parangón en la localidad, situando aventajados partidarios en la red clientelar, partidos políticos y despachos influyentes conviniendo con el “Gran Sanedrín Fáctico” para favorecer a la gran propiedad y haciendo que dirigentes y fuerzas del orden miren hacia otro lado tapándose oídos y nariz.

A Miras, director principal de la nueva obra maestra, no se le ocurrió pensar en una trilogía para todos los públicos y apostó por el “arte y ensayo”, pero cuando la cosa se pone seria, crecen murmullos e insinuaciones, uno lo empieza a comprender como todo el mundo. Es fácil estar a merced de los pájaros pero no de los lobos, que ya afilan sus colmillos preguntándole dónde está el cambio y el progreso político que alardeaba.                                               

Campillo, rodeado de ciertos personajes que deben “mear colonia” a juzgar por el tratamiento mediático que reciben de casi todos los periodistas, colonia que supongo se restriegan por el cuerpo gustosamente, demuestra haber olvidado la promesas de interpelar justicia e igualdad al bipartidismo con el que convive en “buen provecho”, eso sí, sin disimular su cabreo.                                  

Ambos socios de gobernanza parecen haber descubierto ahora que los seguidores sin causa ni ideología que votan con la billetera o el interés, sientan mal en carne propia, y acusan a quienes no besan su mano de “traidores y provocadores que regalan titulares a los medios”. Lo cual anima a reflexionar sobre la impostura de fondo de estos mandamases políticos que tanta tensión y tanto ruido han introducido en el sistema. Que vayan tomando nota quienes todavía les aplauden y siguen la corriente.                                                                                                                                                                                           

POST SCRIPTUM: Los dirigentes políticos se rodean de corifeos lameculos porque les gusta ser adulados y ninguna persona honesta de espíritu libre les adulará. “Los aduladores tienen forma de amigos como los lobos tienen apariencia de perros”.

COLECTIVO “EN CLAVE TRANSPARENTE”