La Alcaldesa y lideresa popular Alicia Jiménez, lleva casi veinte años alcanzado cotas insospechadas en política con el mínimo esfuerzo. En resultados, intemporalidad y beneficios. Para conseguirlo, en su camino, tanto ella como sus colegas de la terna en el conciliábulo popular, se han ido cargando a muchos de sus valiosos competidores del partido que no tragaban sus veleidades y oscurantismos. Alicia, sigue bajo la alargada sombra de Blaya y el control exhaustivo de Román, que nunca fueron «trigo limpio» en sus cargos. No debe ser fácil para ella volver a competir con esa carga, pero tanto ellos como los benefactores fácticos que representan, tienen puestas muchas esperanzas en su continuidad como Regidora sin reparar en gastos ni martingalas.                                                                                                

A pesar de todo, el controvertido trío, más el itinerante «factotúm gavioto» que canaliza el «hotmoney» de las campañas, han tenido un porcentaje de aciertos y victorias elevado, algo que no se puede considerar malo o negativo para los intereses del PP y la logia caciquil que sirven. Anteriormente, otros líderes más significativos, con más medios y expectativas mucho más favorables, sin tantos partidos ni distensiones, no lograron nada parecido. Ahora bien, a este prototipo de caprichosos personajes que nos malgobiernan, tarambanas travestidos de la política «con faldas y a lo loco», debemos mostrarlos tal como son y actúan,  desenmascararles y explicar a la ciudadanía los intereses bastardos que persiguen.

El principal empeño de estos «mindundis tuneados», aquello que buscan por encima de todo, por supuesto, con la intención de obtener el mayor beneficio posible para continuar con la » dolce vita» en el Antro Institucional», es la consolidación del «Régimen Clientelista» en donde seguir disfrutando entre algodones, soñando grandezas y sintiendo emociones que solo el poder transmite, y con ello, mantenerse alejados de su triste vida diaria al margen de la política. La desencantada población cuestiona enormemente su integridad. Unidos tienen que expresar su enfado y tristeza en las urnas, es justo y necesario, lo más sensato, ya que los más mediocres del terrible cártel impostor que defiende el pervertido modelo institucionalizado desde la ignorancia e impunidad, asumiendo y provocando vicios inaceptables, son culpables de latrocinios inefables contra la maltratada gente de bien, son culpables de tanta corrupción.                           

La oposición asume que la planificación política no ha sido la correcta, conviene también exigirles responsabilidades pues vienen ofreciendo un rendimiento nada acorde con escasas pero elogiables trayectorias mostradas en el pasado, aunque jamás nadie «levantó la alfombra». Porque si hay unos partidos que se niegan a vivir de posicionamientos trasnochados e intentan repudiar hábitos absolutistas, son precisamente I.U. y PSOE. O quizás si, a lo mejor piensan seguir tapando las sangrantes bestialidades administrativas, laborales y urbanísticas de corporaciones anteriores como si nada. Por eso todo indica que como no enderecen el rumbo al final de ésta estéril legislatura que agoniza, se producirá otro envilecido cambalache electoral, mucho más arriesgado y tramposo.    

 

 

RUBEN GONZALEZ