“Yo no le di mucha importancia hasta que vi que se la daban los investigadores de la Unidad Central Operativa [UCO] de la Guardia Civil, que investigaban la muerte de mi compañero en Llanes”, asegura. Tanto ella como su compañero de partido y concejal en Riosa, José Manuel Pello, tienen protección policial. El coche de este apareció rayado el pasado sábado con la inscripción “D.E.P.” (Descanse En Paz).
Pello, ganadero, es concejal “de rebote” porque sustituyó recientemente a un compañero que dejó su puesto. “Nunca antes había tenido ningún problema en el pueblo”, señala un compañero de partido. Pello rechazó hablar con EL PAÍS. Su amenaza ha llevado a la alcaldesa a hacer pública la que ella había sufrido y a la Coordinadora de IU en Asturias a convocar una concentración mañana en la delegación del Gobierno: “Queremos que se convoque la Comisión de Seguridad”, dice Ramón Argüelles, coordinador general de IU en Asturias. “Decidimos mantener un perfil bajo para no entorpecer las investigaciones pero lo de Pello es la gota que ha colmado el vaso”.
“Está muy tocado”, asegura la alcaldesa, que ha preferido no saber qué tipo de protección policial le han puesto. “Yo siempre he vivido tranquila y quiero seguir haciéndolo, no alcanzo a imaginar qué clase de persona puede hacer algo así”.
Díaz es desde 2015 la primera alcaldesa de Riosa y de la llamada comarca del Caudal. Con ella cambió por primera vez de color político un concejo en el que ha gobernado el PSOE históricamente. Fue una campaña “muy crispada”, recuerda. “Llena de descalificaciones personales, pero pensé que todo acabaría después de las elecciones”, cuenta. “Luego comprobé cómo mis propios vecinos nos retiraban el saludo a mí y a mi familia”. Izquierda Unida sacó cinco concejales, otros cinco el PSOE y uno, Foro de Asturias. Pero la de IU fue la lista más votada. Desde entonces el pueblo está dividido, “más o menos al 50%”, dice.
Ana Díaz dejó su trabajo en una empresa y pasó a cobrar 1.088 euros al mes tras recibir el bastón de mando de las manos de José Antonio Muñiz, el alcalde socialista que llevaba 24 años consecutivos en el Ayuntamiento de Riosa y con el que Díaz tenía una “estupenda relación”. “Incluso llegamos a ser socios una legislatura y yo fui concejal de igualdad”, cuenta.
Clima bronco
Muñiz ha dejado de ejercer como líder de la oposición y el azote político de Díaz es otra mujer, la segunda de la lista socialista, Ana García Suárez, que ayer no respondió a las llamadas ni a los mensajes de este periódico. En las actas de los plenos, colgadas en la web del Ayuntamiento, se percibe el clima bronco.
No obstante, García Suárez, condenó públicamente las amenazas de muerte recibidas por sus adversarios políticos e hizo públicas otras recibidas por ella: “Como portavoz del grupo municipal socialista he transmitido nuestra solidaridad y apoyo a la alcaldesa y al concejal afectado. Conozco de primera mano la impotencia que debe estar sintiendo, porque yo he pasado por ello; primero cuando me empapelaron el coche con adjetivos ofensivos y después cuando pincharon las ruedas de mi coche, el de mi hermano y el de mi hermana”.