La dirección prepara una planta en el Rosell al triplicarse el número de casos de gripe y porque se espera en los próximos días un nuevo aluvión
Desorden, camas en los pasillos, familiares de pie o sentados en sillas de plástico y pacientes sin intimidad. Esa es la imagen que presentan últimamente los corredores de Urgencias del Hospital Santa Lucía y que con toda probabilidad tendrán también este fin de semana, cuando se espera que se alcance el pico máximo de casos de gripe de este año, aseguraron fuentes sanitarias. El colapso vivido ayer en el servicio fue total: por la mañana había 71 personas esperando que le asignaran una habitación en una planta.
De ellos, unos quince aguardaban encamados en los pasillos, ya que en la zona de boxes y en la sala de sillones no quedaba ni un solo hueco disponible. Además, la Unidad de Preingreso (UPI), que tiene 30 camas, y la Unidad 25, con 28, se encontraban completas. Ambas estancias solo se abren excepcionalmente, cuando hay una alta presión asistencial.
Numerosos ancianos y otras personas con problemas respiratorios, de diabetes y de infección de orina, como principales patologías, acusan estos días la bajada de temperaturas y demandan los servicios sanitarios. Pero, al llegar al hospital, se encuentran con que no hay espacio suficiente para atenderles en condiciones adecuadas. Como pasó ayer.
Ambiente de caos
Este ambiente de caos se reflejaba en la cara de cansancio de muchos familiares que aguardaban noticias en la sala de espera, donde apenas quedaban asientos libres. Allí se encontraba Alejandro Martínez, que tenía a su suegro en uno de los boxes desde por la mañana. «No queda ni un solo sitio libre en todo el hospital. Al menos eso es lo que nos han dicho. Él está bien, pero estamos esperando a que nos avisen porque se va a quedar ingresado», comentó.
Por la tarde, la situación empeoró, a pesar de que la dirección del hospital aceleró el proceso de altas. Sobre las cinco de la tarde, el número de pacientes ubicados en los pasillos llegó a la veintena. Se trata de una situación que se repite desde el pasado lunes. Ese día, hubo media docena de enfermos que tuvieron que esperar una cama en los pasillos. El número fue en aumento conforme avanzó la semana.
«Tengo a mi madre desde esta mañana en un pasillo. Ella está bien, pero hay otros que están justo en el pasillo de entrada a Urgencias y ahí sí que hace frío. No entiendo cómo los pueden tener de esa forma. Es que no tienen habitaciones libres», se preguntó la hija de un paciente del Santa Lucía, que pidió que su nombre no fuera publicado.
El colapso obligó a principios de semana a contratar a trabajadores para ampliar la plantilla de Urgencias, de la Unidad de Preingreso y de la U-25. Hasta ayer se habían incorporado noventa sanitarios en los tres turnos de trabajo.
Fuentes del hospital apuntaron que la gripe está teniendo una incidencia inusual en el Área de Salud II (Cartagena, La Unión, Fuente Álamo y Mazarrón). Concretamente, hasta ayer a mediodía, ya se habían atendido esta semana más de mil casos, el triple que el año pasado en el pico más alto registrado durante la epidemia de gripe. Además, destacaron que la particularidad de este año es que el repunte ha llegado de manera seguida y no paulatina, como en 2017.
Protesta a nivel regional
A pesar de las contrataciones de personal sanitario para reforzar los servicios, los trabajadores del Santa Lucía se quejan de la alta carga de trabajo que tienen que soportar. Desde la Junta de Personal (donde están representados los principales sindicatos), su presidente, Antonio Martínez, reclamó la apertura de una planta en el Hospital del Rosell para acabar con el colapso del Santa Lucía.
La Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública Salvemos el Rosell también se sumó a la petición de los trabajadores y exigió que se abra de manera inmediata una o dos plantas de hospitalización. Su portavoz, Leandro Sánchez, anunció que la semana que viene mantendrán una reunión con representantes del colectivo Marea Blanca, para estudiar la convocatoria de una manifestación para protestar no solo por lo que ocurre en Cartagena sino también en toda la Región. «No sé a qué está esperando la Gerencia del Área de Salud II para abrir el Rosell. Prefiere mantener a los pacientes en los pasillos antes de cumplir con su deber», protestó.