JOSÉ APEZARENA

 

Jesús Cintora se despidió el jueves en TVE, donde se dio carpetazo al programa que presentaba y dirigía desde el mes de noviembre, Las Cosas Claras. Una despedida a lo grande, vistos el enorme eco en las redes sociales.

Esa noche, los tertulianos que nos encontrábamos en Madrid le montamos una pequeña fiesta sorpresa, en la que compartimos amistosamente tantas anécdotas y buenos recuerdos. Lo pasamos en grande.

Cintora ha protagonizado una hazaña periodística, consistente en tomar un programa nuevo, de cero, sustituir a otros que en ese horarioarrojaban índices de audiencia del 5%, y dejarlo por encima del 10% en solo siete meses. Con tendencia claramente al alza. Y eso, sin ningún apoyo promocional de la propia cadena donde se emitía.

Las Cosas Claras empezó pronto a pisar los talones a su principal competencia, el espacio Al Rojo Vivo, que presenta Antonio García Ferreras, y en los días finales le superó en no pocas ocasiones.

Si le hubieran dado más margen, muy probablemente habría batido definitivamente a quien ha sido durante este tiempo rey de las mañana informativas y políticas, como ya logró Jesús Cintora en el pasado, cuando presentó Las Mañanas de Cuatro.

Por segunda vez, pues, superaba a su principal rival, y, también por segunda vez, ha visto cómo le apartaban bruscamente del programa.

Yo me he convertido de alguna manera en testigo directo de los dos episodios, porque era contertulio en Las Mañanas de Cuatro cuando se ganó a Al Rojo Vivo, y lo he sido en este momento, cuando de nuevo le estaba batiendo.

Cuando participaba en Las Mañanas de Cuatro, en dos ocasiones trataron de echarme del programa por indicación de la cúpula de Mediaset. Motivo: no les gustaban las informaciones que se publicaban en Confidencial Digital sobre la cadena y sobre su consejero delegado, Paolo Vasile.

Cintora me defendió las dos veces, pero a la segunda me pusieron en la calle de modo definitivo. Nunca lo he contado, porque creo de verdad que las cadenas, las emisoras, los directores, tienen todo el derecho a fichar a quien quieran y a prescindir libremente de ellos cuando lo vean conveniente. Lo recuerdo ahora solo para destacar el comportamiento de Jesús Cintora.

En cuanto a lo ocurrido con Las Cosas Claras, las preguntas son muchas e inquietantes. He de confesar que pocas veces se ha asistido a una cacería periodística como la que se ha practicado con su presentador. Él se ha despedido diciendo: “Aquí hacemos periodismo. Otro hacen otras cosas por detrás”. Pues eso.

¿Estoy de acuerdo con todo lo que dice y defiende Jesús Cintora? No. ¿Está él de acuerdo con lo que yo pienso y afirmo? No. Y, a pesar de eso, ¿es posible compartir un mismo programa, poder expresarse con libertad y, sobre todo, respetarse? Sí.

Coincido con él en el amor al periodismo, la pasión por informar y la búsqueda del trabajo bien hecho. Que no es poco.

Como se ve, tengo por Cintora toda consideración y respeto profesional.

Y estoy seguro de que habrá una tercera oportunidad.