SANDRA BARNEDA
La publicación en el BOE de la ampliación del permiso de paternidad pone en alza la práctica de la corresponsabilidad en una tarea tan importante como la de tener hijos, educarlos y cuidarlos. Correlativamente y en un periodo de tres años, ambos permisos se igualarán a dieciséis semanas, no pudiendo ser transferidos, si el Congreso lo ratifica en treinta días. Pero todo esto podría ser sólo un espejismo si se bloquea la medida.
Suenan campanas del posible bloqueo en la Cámara Baja a los últimos decretos leyes del Gobierno enfocados a recuperar derechos sociales tan necesarios como la regulación de los alquileres. No lo ha tenido fácil el PSOE, con 84 escaños, en sus breves nueve meses de mandato para sacar adelante políticas. Sánchez avisó de que gobernaría hasta el último día, incluidos estos últimos decretos con temas tan importantes como la igualdad de derechos y los alquileres.
Los socialistas se la han jugado, a riesgo de perder la batalla en la Cámara Baja. Curiosas las acusaciones del presidente del PP: “El PSOE ha pasado de prácticas caciquiles a mafiosas, con una guerra sucia”, pues el PP durante el gobierno de Mariano Rajoy posee el porcentaje récord de esta práctica. El 33,4% de las leyes de su primera legislatura se aprobaron mediante decretos. En aquel momento, y aprovechándose de la ventaja, los populares gozaban de mayoría absoluta en el Congreso. Pablo Casado, practicando la memoria del olvido, ya ha interpuesto la denuncia a la junta electoral. Albert Rivera no se ha mantenido al margen y ha criticado la práctica de Sánchez de sacar la chequera por meros fines electorales. “Ningún gobierno puede ir dopado a unas elecciones, se tiene que ir en igualdad de condiciones”, se ha pronunciado Ana Pastor, la hasta ahora presidenta del Congreso, a la que el PSOE acusa de bloquear hasta cincuenta leyes.
Cierto es que la tramitación de decretos leyes en periodo electoral es inédita en nuestro país, pues con todas las cámaras disueltas, se deberá encontrar fórmulas para ejecutar las enmiendas necesarias. Cierto es que, a la espera de que Podemos se pronuncie, el resto de los partidos, incluidos los nacionalistas, no apoyan la ejecución de los últimos decretos y podrían ofertar una derrota política de Sánchez a las puertas de las elecciones. Pero la política nunca ha brillado por sus aguas limpias, sino por encontrar las rendijas, dentro de la legalidad, para ganar la partida. “No siempre las buenas acciones son oportunas y eficaces”, es una frase de Maquiavelo que viene al pelo con toda esta polémica desatada.
Puede que al final quede todo en agua de borrajas, y tristemente, en temas tan importantes como la igualdad en permisos de paternidad y maternidad o la regulación del precio de los alquileres, donde sólo en la ciudad de Barcelona han subido un 25% en los últimos cinco años. Puede que no haya sido el modo, pero tampoco lo fue que con el rodillo popular se consintieran la subida de impuestos y la reforma laboral que significó una pérdida de derechos no recuperada. Discrepando de Pastor, cada partido acude a las urnas con la cosecha hecha, y según las lluvias que hayan caído en su campo llegará con más o menos cultivo. A estas alturas, nadie golpea el balón con una bota que no sea electoralista.