RICARDO ANGOSO
En apenas unos días, los Estados Unidos han dado al mundo una impresión absolutamente desfavorable y una sensación de descrédito de sus servicios de inteligencia, la CIA, y su propia administración. La precipitada decisión de la retirada de las tropas norteamericanas de Afganistán -que era una medida previamente anunciada por el ex presidente Donald Trump- ha causado la caída del ejecutivo afgano como si fuera un castillo de naipes, la vergonzosa huida del corrupto ex presidente, Ashraf Ghan, y una estampida masiva de afganos hacia el exterior, huyendo del nuevo régimen talibán.
Estrategia occidental para Afganistán
La estrategia occidental para Afganistán, que tenía como objetivos la instalación de unas autoridades democráticas en este país y la conformación de un Estado moderno, funcional y capaz de cumplir con los anhelos de millones de afganos, ha fracasado y se ha estrellado con la fuerza militar de los talibanes. Mientras que las fuerzas afganas armadas por los occidentales estaban absolutamente corrompidas, sin moral alguna y poco estimuladas para el combate tras el anuncio occidental de la retirada total sobre el terreno, los talibanes mostraron unidad de mando, alta capacidad de resistencia y conocimiento del terreno.
La rápida caída de Kabul y el vertiginoso avance de los talibanes en todo el país, sobre todo porque la victoria militar se precipitó en apenas unas semanas, es, además, un fracaso para los servicios de inteligencia occidentales que tras más de veinte años sobre el terreno tenían que haber previsto esta contingencia y haber advertido a sus gobiernos sobre el escenario que se precipitaba irremediablemente sobre Afganistán. En lugar de advertir sobre la crisis en ciernes, los Estados Unidos y los países occidentales se vieron atrapados por la estrategia talibán y tuvieron que improvisar un plan -caótico, mediáticamente dañino ante los ojos de todo el mundo y funesto para miles de afganos- de evacuación de sus fuerzas, colaboradores, policías, militares y funcionarios del régimen anterior y también de simples ciudadanos susceptibles de ser perseguidos en el futuro por los talibanes. Las impactantes imágenes del aeropuerto de Kabul, donde se agolpaban miles de personas en un desorden brutal con el único deseo de escapar al horror talibán, dieron la vuelta al mundo y revelaron el fracaso