Hoy desgraciadamente ya, las extensamente mencionadas consecuencias del putrefacto «sistema clientelista» que asola Mazarrón se han hecho realidad, cada vez son más casos de corrupción los que aparecen y trascienden a la opinión pública, destruyendo la credibilidad de las instituciones  y creando mayores problemas en la población para recuperar el pulso económico de un pueblo a merced de políticos inservibles, que sucumbe dando bandazos por los excesos realizados desde un urbanismo a la carta en favor de los «lobbys insaciables», sin abordar el deterioro de la oferta turística convenida y decayendo con empresas cada vez menos competitivas o al borde de nuevas suspensiones de pago. Un Ayuntamiento quebrado en claro y acelerado deterioro de la calidad democrática, corrupción a raudales, mayorías maniqueas de diseño siciliano y aplausos cobardes de una anestesiada ciudadanía subvencionada, y….pese a quien pese, si no se ponen soluciones urgentemente, será inevitable la llegada al poder de otro dictadorcillo populista, aprovechado y descontrolado que provoque un inminente enfrentamiento ciudadano.

Para desdicha de todos, vivimos momentos en los que prolifera una total anarquía moral. Sálvese el que pueda. El abuso del más fuerte sobre el débil es el deporte local, se practica a todas horas y se aplaude y fortalece en la corte municipal, por la casta inmersa en esa anarquía moral. A nadie se le puede negar la legitimidad de actuar en política, pero los guardianes del “Sanedrín Fáctico”, bien podrían escoger condiscípulos más decentes, mejor preparados y con honestas convicciones acerca del bien común. Desde luego, a esta sociedad nuestra le falta la fidelidad a los compromisos. Desatenderse del  régimen establecido y alimentar corrientes de pensamiento responsables en favor de la mayoría social. Luchar contra un uso incorrecto del poder, cuando lo normal de ese viciado poder es el abuso y el sectarismo, porque las consecuencias son irreparables y van contra el propio destino de la ciudadanía en la vida misma.                                        

No reside todo exclusivamente en la “red clientelar” de los partidos. No basta la explicación de que el voto es algo emocional o interesado y la gente vota a quien ha votado siempre, se vota con el corazón o la cartera, casi nunca con inteligencia y la mente fría. Todo eso influye, claro, pero me pregunto si por encima de todo eso no será cierto que la sociedad mazarronera, ante el tamaño moral, económico y político del desastre, de los delitos y su alcance e impunidad, ha llegado a la conclusión de que nada hay que se pueda hacer y, por tanto, ante las calamitosas condiciones en las que vivimos, lo mejor es tirar del egoísmo traicionero inoculado, ocuparse de uno mismo y punto final. Ya que no se puede cambiar el sistema, intentar sobrevivir como sea. Si ese es el estado, si de verdad el pueblo se ha rendido, entonces es que hemos aceptado la condición de súbditos y renunciado a ser ciudadanos libres. La aparición nuevamente en el escenario político de otros «caudillos de trapo» resucitadores de regímenes feudales todavía más absolutistas y teledirigidos por los JERIFALTES DE LA LOGIA CACIQUIL, en este caldo de cultivo, será solo cuestión de tiempo.       

 

«INFORMES PRÁCTICOS DE URGENCIA EN MAZARRÓN CUANDO SE PASA POR CAJA»

 

RUBEN GONZALEZ