La llegada de Pablo Casado a la presidencia del PP supuso una convulsión en el partido que el nuevo presidente intenta reconducir. En el inicio del curso político, apuesta por tejer lazos de reconciliación, restañar heridas. Casado, que ayer acudió a Cotobade (Pontevedra) para celebrar el primer mitin del curso donde lo hacía Rajoy, ha ofrecido al ex presidente tener despacho en Génova. Además, ayer hizo especial énfasis en reivindicar su legado: «Me acuerdo mucho de él. Admiro mucho todo lo que hizo». Y añadió: «Me llena de orgullo poder seguir reivindicando lo que él hizo, porque se puede seguir haciendo. Tenemos que sentirnos orgullosos de su labor al frente del Gobierno. Se ha sido injusto con él».

Mariano Rajoy podrá mantener un despacho en la sede del PP, según el acuerdo al que se llegó tras el congreso en el que se eligió a Pablo Casado como su sucesor, aunque no está previsto que ejerza ninguna función. El cargo de presidente de honor había quedado vacante después que José María Aznar renunciara a él en 2016. Pero Rajoy rechazó este nombramiento antes incluso de conocerse quién lo relevaría.

El ex líder del PP optó por volver a su plaza de registrador de la propiedad en Santa Pola apenas unas semanas después de perder el Gobierno, y se ha acogido al estatuto de ex presidentes lo que, además de pensión vitalicia, le proporciona una oficina personal y dos asistentes. La petición se encuentra en tramitación. Pero, además, podría disponer de despacho en Génova.

Casado ha dado orden de que se le proporcione todo lo que necesite. De hecho, tanto su secretaria personal en Moncloa como uno de sus asistentes más directos están acudiendo a trabajar a la sede popular con regularidad, a la espera de que el Gobierno resuelva conceder a Rajoy su oficina de ex presidente.

En la sede del PP, la nueva dirección se encuentra ahora reorganizando el espacio. Rajoy mantiene allí todo su archivo personal, a expensas de cómo decida organizarse.

El ex presidente ha pasado unas semanas en Sanxenxo, su destino de vacaciones desde hace décadas, donde ha recibido a muchos amigos del partido y a dirigentes que se han acercado a Galicia. Fuentes populares aseguran que a lo largo de agosto no ha mantenido ninguna conversación con Casado o el resto de integrantes de la dirección. Ayer, antes del mitin en Cotobade, Casado se reunió con Rajoy y «despacharon» sobre cuestiones de actualidad. En el último mes, el nuevo presidente ha desplegado una intensa actividad y se ha pronunciado sobre temas como Cataluña o la inmigración.

Fuentes cercanas a Rajoy indican que por primera vez en muchos años ha disfrutado de unas vacaciones de verdad aunque, pese a esta calma, está un poco «abrumado». Después de su estrepitosa salida del Gobierno, por el triunfo de la moción de censura socialista, el ex presidente, según relatan personas próximas a él, ha recibido cálidas muestras de apoyo de ciudadanos anónimos, tanto en sus paseos como en sus visitas a restaurantes de este municipio.

El ex líder popular ha demostrado estos años una gran capacidad de adaptación y, señalan fuentes populares, se ha acoplado a su nueva situación. «Vacaciones y amigos», resumen. Aunque, añaden, «sigue de cerca todo, pero desde la distancia».

Su marcha del Ejecutivo se vio agravada por un congreso interno, el primero en que votaron primero las bases y luego los compromisarios, muy convulso. El PP trata de recuperarse de las heridas que ha generado este cónclave en el que Casado se impuso con el respaldo de María Dolores de Cospedal y Alberto Núñez Feijóofrente a Soraya Sáenz de Santamaría. Fuentes del grupo parlamentario consideran que ha sido un proceso «emocionalmente muy traumático», que ha abierto un tiempo nuevo en el PP donde personas sin méritos suficientes, experiencia o trabajo han alcanzado puestos de responsabilidad. «Da igual lo que hayas trabajado, lo relevante es a quien apoyaras en el congreso», apuntan. Además, continúa abierta la herida sobre la forma tan fría, tensa, en que se despidió a Rajoy.

El ex presidente llegó al cónclave tremendamente preocupado por la división que se había generado, molesto por las críticas de Casado y Cospedal a su actuación en Cataluña, aunque confiado de que iba a vencer Soraya Sáenz de Santamaría. Él no se inmiscuyó de manera directa en el congreso pero sí intentó evitar que Cospedal, tras quedar apeada en la primera fase en la votación de las bases, constituyera un frente anti-Soraya, que fue lo que finalmente pasó y lo que permitió la victoria de Casado.

Las imágenes del congreso pusieron de manifiesto de manera evidente la complicidad entre Rajoy y su vicepresidenta y la absoluta rigidez y frialdad en su manera de comportarse con Cospedal y Feijóo. Con la ex ministra y ex secretaria general la distancia ya había sido cristalina en la clausura de la convención de Sevilla, donde ella arropó a Cristina Cifuentes, en contra del criterio de Rajoy. La sucesión de gestos serios, de tensión, con Cospedal y con Feijóo, que se produjo en el congreso de julio forma parte ya de la historia reciente del PP. Fuentes del partido admiten que estas cuestiones personales también protagonizan la adaptación del ex presidente a su nueva vida.

 

 

FUENTE: ELMUNDO