Pablo Casado quiere un PP unido. Un partido hegemónico de centroderecha en el que quepan desde los que se han ido a Ciudadanos, hartos de la corrupción, hasta los que ha perdido más por la derecha y han dado su confianza a Vox. El vicesecretario de Comunicación y aspirante a la presidencia del PP, que este fin de semana ha recalado en Euskadi, ha apostado por un PP fuerte en el que «se vuelva a ver juntos a Rajoy y Aznar». A ambos ha agradecido que mantengan una relación de neutralidad en este proceso. Aznar dijo en 2015, sobre un hipotético remplazo: «Que me renueve Pablo Casado, que es un tío fantástico».

Acompañado por los populares vascos Javier Maroto y Borja Semper, Pablo Casado ha visitado Ermua, San Sebastián y Bilbao y se ha trasladado a Navarra al cuartel de la Guarda Civil de Alsasua, para solidarizarse con este cuerpo, dos de cuyos agentes, junto a sus parejas, fueron agredidos en un bar en 2016.

Casado ha apostado por un PP fuerte, en el que nadie insinúe su debilidad y en torno al cual vuelva a articularse una alternativa fuerte. «Me gustaría ver a Aznar y Rajoy, por ejemplo, en un mitin o en un acto a los pies del monolito que homenajea al concejal del PP asesinado por ETA, Miguel Ángel Blancoporque en ese momento el partido será aún más fuerte y ningún otro partido hará insinuaciones sobre nuestra debilidad», ha dicho en la localidad vizcaína cuyos vecinos protestaron de forma multitudinaria contra ese crimen en julio de 1997.

El candidato quiere convertir su formación «en la casa común de cualquier español que no se sienta de izquierdas, un proyecto integrador que también incluya nuestra historia». «No tengo problema en reivindicar la historia reciente de Rajoy o de Aznar», ha añadido, aunque ha reconocido que será muy difícil abarcar el espacio electoral perdido sin «antes fortalecer el espacio que tenemos».

«Mi objetivo es luchar por quienes formaban parte del PP y no han estado cómodos en algunos tiempos», y entre ellos ha citado «a la base electoral de Ciudadanos» y a la de Vox. Tampoco «parará» hasta que José Antonio Ortega Lara «vuelva al PP» y con ellos recuperar el techo electoral de los 11 millones de votos que conviertan al partido de la gaviota en el partido «hegemónico en el centroderecha».

Acercamiento de presos

Casado, que por la mañana ha participado en Ermua en un homenaje a Miguel Ángel Blanco ha asegurado junto a su monolito que no le dan pena las familias de los presos de ETA, «sino las de las víctimas» del terrorismo, y ha rechazado cualquier flexibilización de la política penitenciaria cuyo resultado sea el acercamiento de los reclusos.

En vísperas de la reunión entre el lehendakari Urkullu y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. en el que podrían abordar este tema, ha advertido que el independentismo «no ha parado en Euskadi», ayudado por «las condiciones pactadas» para la moción de censura. «España tiene que escribir un relato a favor de las víctimas en el que quede claro que ha habido vencedores y vencidos. En mi candidatura queremos poner como pilar de nuestra historia y futuro la reivindicación de esa derrota sin concesiones, sin ignominias hacia las víctimas. Sin ningún tipo de acercamiento de presos, de chantajes en gobiernos de minoría como el actual», ha resaltado.

 

 

FUENTE: ELPAIS