LOS BLINDADOS DE EUROPA SON EL ESTADO DE DERECHO Y BIENESTAR SOCIAL Y ECONOMICO
CRONICA DESDE BARCELONA. «Esta es mi bandera» alzó la voz Josep Borrell y mostrando la enseña azul con las estrellas de la Unión Europea, la tercera potencia del mundo civilizado que hizo nacer una democracia para todos, perfeccionable, utilizando la vía del diálogo.»No queremos que se levanten más fronteras ni regímenes que tratan de hundir el Estado del Derecho y el de Bienestar, ni líneas rojas ni trincheras en las calles que generan violencia y hacen sangre». Allí estaba hablando posiblemente el dirigente político español con mayor talla del país. El ex ministro que trató de resolver el grave problemas del agua para distribuirla, por igual, en toda España. El que fue excelente presidente del Parlamento europeo y el luchador incansable para elevar el nivel de cultura política de un pueblo como el nuestro, arrinconado por los viejos demonios de nuestra historia. No daba una lección partidista. Aquella concentración de cientos de miles de españoles catalanes y catalanes españoles o como nosotros, hispanos europeos no se trataba de un apoyo multitudinario al Gobierno o a Rajoy, sino a la unidad de España en el marco de una Europa imperfecta que necesita un largo camino por recorrer con el objetivo prioritario de construir un continente en la igualdad, la paz y la justicia, hoy tan castigada por el golpismo civil que trata de amañar dictaduras, que son los otros paraísos que nos ofrecen para remodelar el capitalismo salvaje que mata. Pero que es una alternativa en la que hay que elegir. Una sociedad social liberal o una comunidad sectaria financiada por las turbas religiosas y los estados que pagan un terrorismo inhumano. Una democracia social.
Los cientos de miles de manifestantes han rechazado el desafío independentista, no piden, un suicidio social colectivo drogado por las élites que pretenden convertir la actividad política y sus partidos, en lobbys bajo el paraguas del Estado totalitario o el del dinero convertido en arma sumergida.

Solo faltaba el separatismo o el nacionalismo casposo como salvadores del brazo de un populismo que ha acumulado fracasos y guerras civiles. La chispa la puede prender Puigdemont, el factotúm Junqueras o la CUP guerrillera. Así ocurrió en Yugoslavia como ha contado el periodista y escritor RAUL DEL POZO, «cuando el futbolista Bóban inició la desintegración de aquel hermoso país con seis repúblicas, dos alfabetos, cuatro culturas, tres religiones y un pelotón de partidos que se odiaban, hoy, una vez más, en peligro de estallar. Se jugaba el partido entre el Dinamo y el Estrella Roja, con dos hinchadas patrióticas. Empezó la batalla en un campo de fútbol abarrotado de fanáticos y terminó en las trincheras y campos de exterminio racista. Un policía agredió a un croata, Boban le dio un puntapié al agente y en un debate sobre presupuestos regionales estalló la guerra más sucia y sangrienta, civil, desde la nuestra del 36 que se quiere continuar. La vida en los Balcanes si no es un infierno si es en estos tiempos seis fronteras levantadas por el rencor y la incompetencia de una multitud de políticos endemoniados en sus respectivos parlamentos.¿Les recuerda algo estas escenas, les recuerda la incapacidad de llegar a un pacto de Estado o levantar una coalición para evitar ser encarcelados o tiroteado en las calles?
El cisma se ha convertido en una locura como dijo el premio Nobel de Literatura Vargas Llosa que sabe por experiencia propia, en Perú, su país de origen y español de vocación, como el terrorismo de Estado es una posibilidad que suele amenazar frecuentemente a las democracias y ejecutar un magnicidio con las libertades del pueblo.
No es momento de utilizar un lenguaje críptico o ayudar a que los apagones informativos nos confundan por falta de luces. Hoy lunes o mañana martes, la locura separatista puede pasar al ataque. Los gritos de la masa por las calles de Barcelona han sido un clamor «Puigdemont a prisión». Un grito exigiendo al Gobierno y al Estado mano dura, pero dentro de la ley. Contra la Ley más Ley.

Nadie, civil, militar o monje se puede librar de ser castigado cuando cometen graves delitos y ponen el peligro la seguridad nacional y la ciudadana. Si se permite que la pasividad, la permisividad, la cooperación y la transigencia sean razones para alimentar esperanzas de sedición, periódicamente, no se llegará a buen puerto. Las escuelas, los institutos y las Universidades catalanas se han convertido en canteras o academias de instrucción soberanista. Hasta ya cuentan con un ejército con diecisiete mil soldados, la mayoría alineados y advertidos de que les paga la Generalidad, lo que es mentira, el riesgo se transforma en un peligro si ya no lo es. El montaje separatista, con ayuda exterior, hay que desmontarlo pieza a pieza, pacíficamente, y el único medio posible, es la redacción de una nueva Constitución que sea fiel a los deseos del pueblo español y sus instituciones democráticas, negociar para parar el golpe y salvar a Rajoy de su responsabilidad o culpabilidad, sería una traición que pagaríamos caro. Esta expresión o petición las hemos visto reflejadas en la multitud que hoy, como ayer en Madrid, no se equivoca, porque el Estado de las Autonomías necesita urgentes modificaciones. Nos cuesta doscientos mil millones de euros y esos euros son los blindados de los españoles que pueden ser movilizados sin los cañonazos del general Batet o la galopada de Pavía. La disyuntiva que nos han planteado los separatistas, sus socios, colaboradores y cómplices es fácil de entender. O guerra callejera ácrata y disturbios o rendición por etapas. Elegimos la paz pero una paz justa y sin condiciones al Estado. Más estafas y chantajes, nunca jamás. La fantasmada blanca está bien como espectáculo podemita en las calles y los platós. Ha terminado el plazo. La fantasmada política es una fuga buenista. Es la hora de cerrar el teatro o el ring con pucherazo incluido. Los fantasmas, a los castillos escoceses separatistas, y encadenados. Me dan miedo hasta en los días del Hallowen. Terminamos con una confesión triste de un matrimonio que proyecta regresar a Murcia: LA SOCIEDAD CATALANA ESTA MUY FRAGMENTADA. HAY DIVISIONES EN FAMILIAS QUE YA NO CELEBRAN NI LAS NAVIDADES JUNTAS. HAY DISCUSIONES ENTRE VECINOS, EN LAS IGLESIAS Y ENTRE AMIGOS DE TODA LA VIDA.Y EN LOS COLEGIOS, ES LAMENTABLE. ENTRE LOS MOSSOS DE ESCUADRA LAS DIFERENCIAS SON ABISMALES. LA VILEZA DE LOS POLITICOS NOS ESTA ARRUINANDO.
La concentración ha tenido matices festivos pero se podía observar en los rostros, sobre todo en los mayores, como gestos de amargura contenida. No es para menos cuando he leÍdo en un periódico de tirada nacional, que el Ministerio de Interior ha puesto escoltas a políticos del PP, PSC y CIUDADANOS. Nos recuerda el pasado cuando lo de Eta, que quizás resucite en Cataluña, en Euskadi y hasta en Murcia. Siempre tienen argumentos para violentar las crisis, hasta las aldeanas. Es su trabajo, abriendo grietas y heridas, las armas a mano pasando la frontera y la kale borroka golpeando a guardias civiles y policías. En la fotografía que tengo, la mayoría de los golpistas callejeros, no pasaban de los treinta años. Están envenenados. Y el Delegado del Gobierno en Cataluña, pidiendo perdón por el atrevimiento de los policías defendiéndose. Sigue en su puesto como si tal cosa, salvo que se lo hayan ordenado. Los comunicadores mantienen la tesis de que la impunidad que disfrutan los golpistas, siguiendo órdenes de arriba, propiciará el paso del separatismo a una violencia que crece.
Lo sentirán los bancos a partir de este lunes. Habrá colas en todo el «territorio» catalán.
JOSE LUIS R. FONT.