El Ministerio de Exteriores ha enviado esta semana una carta a la Conselleria d’Acció Exterior para recordarle la obligación del Govern de solicitar un informe previo al Ejecutivo, ahora presidido por Pedro Sánchez, por cada nueva delegación en el extranjero que quiera abrir. La emisión del informe, preceptiva aunque no vinculante, equivale a la expedición de un tácito visto bueno. Es decir, es una manera de tutelar la acción en el extranjero de las sedes de la Generalitat para velar por que este se ajuste a la ley.

Fuentes de la ‘conselleria’ de Ernest Maragall confirmaron la recepción de la misiva.

Ningún informe solicitado

Según fuentes de Exteriores, el Gobierno catalán no ha solicitado nunca ningún informe antes de abrir sus ‘embajadas’, a pesar de que asi lo estipula la ley en aras de que la acción exterior de las autonomías no choquen, competencialmente, con la del ministerio, así como para mantener una línea diplomática homogénea.

La ausencia de peticiones por parte del Govern derivó en una actuación judicial del Gobierno de Mariano Rajoy que, con el cierre de las oficinas exteriories al amparo del artículo 155 de la Constitución, la jurisdicción contencioso-administrativa dejó en suspenso. Ahora, el Gobierno exige que la Generalitat pida este dictamen y, por tanto, el visto bueno del Gobierno, tanto para la reapertura de las ‘embajadas’ que el 155 cerró como para aquellas que sea de nueva creación. En caso contrario, advierte al ministerio que dirige Josep Borrell, el Gobierno central podría retomar las acciones judiciales contra la Generalitat.

Con todo, y tal como manifestó Maragall en su comparecencia parlamentaria del jueves, lo que más preocupa al Govern es el coste que tiene el cierre y la reapertura de las legaciones en el extranjero. El ‘conseller’ estimó en 485.000 euros lo que tildó de «daños» causados por el 155 en su departamento.

Maragall ha comparecido en la Comisión de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia para exponer la acción de gobierno que desea impulsar en su departamento, y ha anunciado su compromiso de preservar «el legado rico y potente» de Romeva pero adaptado a las condiciones de la actual legislatura.

Detalló que que las delegaciones exteriores de la Generalitat serán restablecidas y aumentadas en tres fases, la primera de las cuales ya se ejecuta con la reapertura de las cinco primeras: Londres, Berlín, Roma, Ginebra y Estados Unidos.

«Habrá una segunda fase de consolidación, en la que se reabrirán oficinas que ya existían anteriormente y quizás alguna más -explicó-, y luego en una tercera fase se producirá una expansión y pensamos crear figuras nuevas en ámbitos específicos».

«También habrá -añadió- un nuevo modelo de coordinación de las delegaciones, y trataremos de aplicar un nuevo criterio de cobertura de plazas por concurso público de méritos, para obtener una estructura capaz de recoger los talentos de las nuevas generaciones de personal ya formado especializado en asuntos exteriores».

 
 
 
 
 
FUENTE: ELPERIODICO