ISABEL VEGA

 

El extesorero del PP Luis Bárcenas ha asegurado este lunes ante la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que cuando en el año 2013 sus anotaciones contables sobre la caja B del partido vieron la luz, «un interlocutor» de la formación le ofreció medio millón de euros a cambio de confeccionar nuevos documentos para generar confusión y que los primeros pareciesen manipulados.

«Fui convocado a una reunión a los pocos días. Me plantearon que volviese a repetir esos documentos pero variando los conceptos y cantidades de cara a hacerlos públicos y crear la duda en la opinión pública de cara a cuáles eran los buenos y los malos y si había una manipulación de alguien para perjudicar al PP», ha explicado en respuesta a la Fiscalía Anticorrupción, para añadir: «Se me ofrecieron 500.000 euros que aportarían empresarios».

Conforme a su relato, la reunión tuvo lugar en el despacho de Javier Iglesias, que viene negando estas afirmaciones del extesorero desde que las verbalizó por primera vez en 2013 ante el instructor del caso Gürtel, Pablo Ruz, en la Audiencia Nacional. Asegura que es directamente una «mentira».

El extesorero le ha definido como «abogado del PP y muy vinculado como interlocutor del partido» en lo que a él respecta. «Me dijo, ‘no habrá ningún problema porque hay empresarios que aportarán esa cantidad’. Yo le contesté que no quería los 500.000, que la cantidad eran 975.000 y que los quería oficialmente y no en b», ha añadido. Esa era la cantidad que, según dice, le correspondía como indemnización por el despido del partido, mismo litigio que, conforme a los términos del acuerdo que le ofrecían, se extinguiría si él aceptaba.

Reivindica la veracidad de la caja B

Como acusado en el juicio por el presunto pago con dinero de la caja B de parte de la reforma de la sede del PP en Madrid, Bárcenas ha optado por someterse sólo a preguntas de la Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía del Estado, además de su propia defensa. En esta primera parte de la sesión, el Ministerio Público se ha centrado en el funcionamiento de esa caja y en el cotejo de las notas de su contabilidad y las diferencias halladas entre los manuscritos desvelados por la prensa y los formularios mecanografiados que él aportó junto con los originales durante la investigación.

El extesorero ha reivindicado la autenticidad del sistema que reflejan sus apuntes. «La caja B o es verdadera íntegramente o es falsa íntegramente, pero lo que no puede ser es una cosa sí y otra no, porque al final las cantidades van cuadrando», ha señalado.

En este sentido, ha incidido en que la contabilidad paralela se cruza con la oficial en determinados momentos, lo que «acredita», en su opinión, que es veraz. En concreto, cuando la caja B estaba en negativo, cogía prestado de la caja oficial. Y a la vez, cuando la primera tenía un exceso de remanente, se hacían donaciones por la vía formal a la cuenta del partido. Las anotaciones de estos movimientos constan en ambas contabilidades.

También se ha referido a los complementos salariales que supuestamente pagaba con dinero de esa caja y ha explicado en que el origen está en los «gastos de representación» con que se complementaba legalmente la nómina de altos cargos que además, eran diputados. Cuando esos altos cargos entraron en el gobierno en 1996 ya no podían mantener ese ingreso por la ley de incompatibilidades, lo que «les supone una merma muy importante en la retribución».

«La propuesta que recibe el tesorero es que, a partir de ese momento, se nivele. Que no perciba menos neto. Había que complementar con fondos de la contabilidad extracontable hasta llegar a esa cantidad, que igualase la que venían recibiendo, periódicamente», ha apostillado, tras facilitar una lista de nombres: Rodrigo Rato, Jaime Mayor Oreja, Javier Arenas y Mariano Rajoy.

Pero, con los años, no serían los únicos. En sus papeles, cuya autoría ha reivindicado, figuran por lo mismo los exsecretarios generales Francisco Álvarez Cascos y Ángel Acebes, si bien ha matizado que a ellos nunca les ha «entregado personalmente» los sobres con efectivo, además de Javier Arenas, Federico Trillo y María Dolores de Cospedal, entre otros.

El fin de la contabilidad paralela

Según ha afirmado, la mecánica se mantuvo invariable. La caja se alimentaba con donaciones de empresarios que no siempre recibían algo tangible a cambio y se utilizaba para esos complementos y para otros gastos, como apoyar económicamente a miembros del partido víctimas de ETA, que sólo se podían afrontar en cash.

El punto de inflexión se produjo, conforme su relato, en 2010, fecha que sitúa como «el final» de la caja B cuando, tras recibir una donación de 50.000 euros de un empresario que debía compensar una deuda previa del PP de Pontevedra con la nacional, partió en dos la cantidad y la introdujo en sendos sobres: «Como desde el último apunte del 2008 ni la secretaria general María Dolores de Cospedal ni el presidente Mariano Rajoy habían recibido nada porque habíamos dejado la caja a cero, le doy un sobre a cada uno con la mitad y ellos saben lo que hacen con ello».

Precisamente, con Rajoy pedía un careo la defensa del extesorero, pero el tribunal lo ha rechazado al inicio de la sesión «por tratarse de una diligencia excepcional que se practica en la fase de instrucción y que cobra sentido cuando no hay otros medios de prueba de un hecho», tal y como ha explicado el presidente del tribunal, José Antonio Mora Alarcón.