La autopista Cartagena – Vera lleva mucho tiempo siendo motivo de controversia entre los vecinos de Mazarrón. Ya hubo muchas voces que hablaban de ella como un elemento inmerso en un trasfondo de muchos euros, cuando todavía no se había siquiera movido una paletada de tierra e, incluso, algún colaborador de este periódico la calificó como ‘la autopasta’.

 

Una vía de comunicación, que en su día se nos vendió como otro elemento más que venía a reforzar las comunicaciones del municipio lo cual, dicho sea de paso, había sido uno de nuestros caballos de batalla porque el mal estado y la carencia en los accesos al municipio era una deuda pendiente, de esas que sí podemos decir históricas, y arrastrada desde mucho tiempo atrás.

 

Durante lo que nosotros calificamos como la ‘Era Blaya’ se nos vendió la construcción de la autopista como esa mejora de comunicaciones que tanta falta nos hacía aunque, el ruido de fondo, en realidad, de lo que nos hablaba era de un enlace viario que uniría el aeropuerto internacional de Corvera con la que iba a ser el mayor enclave turístico del Mediterráneo y que se estaba construyendo en Vera. Pero claro, lo que nadie pensó es que la burbuja inmobiliaria se quebraría tan pronto y el proyecto turístico dio al traste. De resultas de todo aquello, el pago de esta infraestructura… ¿dónde vino a parar?. Pues como todos sabemos, porque lo hemos sufrido durante años, en los municipios de cabecera, siendo Mazarrón uno de los más perjudicados.
 
Ante esta situación lo único que hemos visto año tras año ha sido cómo subía la tarifa por el uso de la autopista y, a la hora de la verdad, los mazarroneros teníamos que hacer uso de las vías de siempre en el estado en el que se encuentran, que todo el mundo lo sabe. Si elegimos la ‘opción A’, digamos el Cedacero, la carretera atraviesa numerosas zonas de población con la consiguiente reducción de velocidad y los famosos pasos elevados para hacer ese tráfico más lento. Si elegimos la ‘opción B’, la de interior, observamos que está como toda la vida, con la salvedad de las rotondas que crecieron como champiñones para evitar entrar en las poblaciones que antes atravesaba. En ambos casos, y esto es algo que todos sabemos, no estoy descubriendo nada a nadie, la situación es la misma, aun a pesar de la autopista seguimos utilizando la misma carretera de siempre y en las mismas condiciones de siempre.

 

Y es muy llamativo que un municipio como Mazarrón, que aspira a potenciar el turismo, ofrezca como vía interurbana costera el mismo camino de cabras que recorrían nuestros abuelos con el carro. Eso sí, actualizado y asfaltado para que no protestemos mucho ante lo que en razón de ser no es sino un tratamiento denigrante porque, tal y como ya se dijo cuando se estaba haciendo la autopista, no se tuvo en cuenta para nada la población, ni sus intereses turísticos o económicos, ni sus posibilidades de desarrollo urbano ni industrial, ni comercial, ni nada. Y esto es porque todo se reduce a que el pasajero que se iba a bajar del avión en Corvera se iría directo a Vera, sin pensamientos siquiera de que pudiera hacer escala en alguno de los municipios costeros intermedios.

 

Así que, si me dicen que el coste de la autopista Cartagena-Vera ha bajado un cuarenta por ciento, bienvenido sea, pero no creo que esté siendo un derrotista si no termino de alegrarme. Es lamentable que los mazarroneros hayamos sido castigados de esta forma durante tanto tiempo pagando por el tramo de Cartagena-Mazarrón la mitad del importe por cruzarla entera cuando la distancia recorrida apenas suponía un tercio del total del trazado. Y lo que más me pesa es que esas corporaciones tan progres que han pasado por el ayuntamiento y que tanto alardearon de ser unos adelantados a su tiempo, no fueran capaces ni de hacer siquiera una quita en ese coste que, repito, hemos tenido que sufrir los mazarroneros. Menos mal, y por ahí nos salvamos, que el pleno de la corporación aprobó recientemente y por unanimidad la propuesta socialista de eliminar el coste total de esta vía para los mazarroneros.

 

Se entiende que, por el interés del comercio local y otros muchos aspectos que sería largo de tratar aquí, la autopista Cartagena – Vera debería ser gratuita, y punto. Y hay que añadir que a esta infraestructura también le faltan algunos accesos directos a puntos tan importantes como el propio Puerto de Mazarrón, al que no deriva ninguna salida del trazado. Así que, una autopista sin coste y un aeropuerto en la Región de Murcia realmente internacional supondría un importante incentivo para el desarrollo económico tanto de Mazarrón como de los municipios costeros a los que la autopista marginó. Un objetivo claro por el que pelear para que la localidad se posicione de alguna forma en el mapa y que, además, evitaría el andar tricotando para ver si podemos traer turistas (aquí o a los pueblos de la Región más alejados), después de la apertura del aeropuerto. No tendríamos que andar pensando en cómo vendrán, si se establecen líneas de autobús sufragadas por la administración regional, etc., etc. 

 

Como ven, el asunto va más allá de una simple reducción en el cuarenta por ciento de la tarifa de la autopista y alcanza más allá de lo que ‘a priori’ nos puede parecer.

 

EDITORIAL «LA VOZ DE MAZARRÓN»