“Villalobos se calla cuando Villalobos quiera” esta frase fue oída en un pleno de Castilleja de la Cuesta donde el señor Rodríguez Villalobos ejerce como concejal del Partido Socialista. Pero Villalobos es mucho más que un simple concejal de un pueblo del Aljarafe sevillano y de ahí viene su chulería. Fernando Rodríguez Villalobos lleva más de diez años como Presidente de la Diputación de Sevilla y es una de las personas más poderosas del PSOE andaluz.
Cuando Pedro Sánchez anunció su pacto de gobierno con Ciudadanos Villalobos salió rápidamente a dar una rueda de prensa que fue muy bien cubierta por decenas de medios de comunicación locales que ven en la Diputación una de sus principales fuentes de ingresos publicitarios.
En la rueda de prensa Villalobos criticó abiertamente el acuerdo firmado en el que se pretendía suprimir las diputaciones provinciales y pasar sus competencias a los ayuntamientos y a las comunidades autónomas reduciendo así la factura en cargos políticos en varios miles de millones de euros al año. Más tarde, el fue uno de los que urdió el “derrocamiento” de Sánchez como Secretario General del PSOE, junto con la líder del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, muy recordada por autoproclarmarse “máxima autoridad del partido”.
Lo cierto es que las diputaciones se han convertido en un auténtico cementerio de elefantes en la que los políticos de turno pasan sus últimos días con grandes sueldos a cargo de las arcas públicas. Sin ir más lejos Villalobos contó con más de veinte alcaldes o ex alcaldes socialistas para conformar a dedo los altos cargos de la Diputación tras volver a ser elegido presidente en 2015.
Esta casi veintena de enchufados ocupan dos tipo de cargos en el gobierno de Villalobos: el de coordinadores territoriales o el de asesores en las diferentes áreas, todos ellos con un sueldo de 40.758 euros. En el caso del primer puesto, el presidente ha contado con alcaldes actuales: Felicidad Fernández, de Almadén de la Plata (área de Cultura y Ciudadanía); Antonio Manuel González, de Badolatosa (área de Cohesión Territorial); José Losada, de Cañada Rosal (área de Cohesión Territorial); Mª del Carmen Herrera, de Castilleja de la Cuesta (área de Concertación); Isabel Herrera, de Gelves (área de Cultura y Ciudadanía); Manuel Sánchez, de Martín de la Jara (área de Servicios Públicos Supramunicipales); y Álvaro Lara, de El Ronquillo (área de Cohesión Social).
Además estos nombramientos crearon un gran debate en la provincia. Según las resoluciones publicadas en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) los puestos tienen una “dedicación plena” algo que no parece ser compatible con la tarea de dirigir un Ayuntamiento.
Esta situación es extensible a todas las Diputaciones de todas las provincias de España. Cuando Pedro Sánchez aceptó acabar con las Diputaciones dio un paso valiente y demostró tener visión de futuro y querer una España mejor aunque fuese a costa de eliminar poltronas dentro de su propio partido. Y cuando Villalobos dio la rueda de prensa criticando abiertamente a su secretario general abrió la veda y comenzó la serie de maniobras internas que acabarían con el derrocamiento de Sánchez previa puñalada política de Díaz y sus lacayos.
FUENTE: DIGITALSEVILLA