Podemos y Ciudadanos encaran la negociación para la reforma de ley electoral con el denominado método Sainte-Laguë encima de la mesa, con el que se propone sustituir la actual regla D’Hondt, menos proporcional. Los efectos de su aplicación sobre el reparto de escaños son visibles si se toman los resultados del 26-J, siendo el principal perjudicado el PP, que fue primera fuerza y de 137 bajaría a 123, y el más beneficiado Ciudadanos, cuarta fuerza, que aumentaría su grupo parlamentario hasta los 43 diputados. El PSOE apenas variaría un escaño, de 85 a 84, y Unidos Podemos ganaría seis, hasta situarse en 77.

Los cambios propuestos no generarían cambios sustanciales entre los bloques, pero sí se resentiría la minoría del PP, que solo sumaría 166 escaños con Cs, tres menos que con el sistema electoral actual. No lograría por tanto llegar a la mayoría pactando con PNV y CC, como se hizo para sacar adelante los primeros Presupuestos de la legislatura. Los nacionalistas vascos, además, bajarían de cinco a cuatro escaños. El concurso del PSOE, como en la investidura de Mariano Rajoy, o de Unidos Podemos, aun mediante una abstención, sería preciso si el Ejecutivo no quisiese recurrir a ERC o PDeCAT para aprobar las cuentas.

Entre las formaciones de ámbito autonómico, además de los nacionalistas vascos, que perderían un escaño, la otra formación afectada sería el PdeCAT, que pasaría de tener ocho representantes a siete. ERC, EH Bildu y CC se quedarían con la misma representación. Las fuerzas que actualmente son las más beneficiadas por la regla D’Hondt, esto es, las que quedan en primer lugar en las respectivas circunscripciones, serían las más castigadas consecuentemente con el método más proporcional. Todo ello manteniendo las actuales circunscripciones provinciales y teniendo en cuenta que se trata solo de proyecciones en base a resultados pasados pues, como subrayan los expertos electorales, la decisión del voto suele variar en los electores dependiendo del sistema que se utilice, más o menos proporcional.

La aplicación del método Sainte-Laguë podría complementarse, según las conversaciones informales que desde finales del pasado año mantienen Podemos y Ciudadanos, con otra de serie de cambios. Todos dentro del marco de la reforma de la Loreg, sin necesidad de un cambio constitucional. Uno de los principales es el de aumentar el número de diputados actuales hasta los 400, y también se baraja reducir el número mínimo de representantes electos por circunscripción de dos a uno.

Estas modificaciones acarrean ventajas e inconvenientes tanto para los partidos como para los expertos en sistemas electorales favorables al dotar la ley de una mayor proporcionalidad. El primer inconveniente que coinciden en remarcar tanto unos como otros sobre el aumento de 50 escaños es el presupuestario. En caso de llevarse a cabo, desde Podemos priorizan que se mantenga la misma dotación presupuestaria, lo que conllevaría una reducción de los sueldos.

Desde la plataforma Por un voto Igual, cuyos representantes intervinieron en la subcomisión del Congreso para la reforma electoral, apuntan respecto a la reducción de la representación mínima en las circunscripciones más pequeñas que “potencia el voto mayoritario”, pues cuanto más se limita más se inclinaría el electorado por el voto útil o se desmovilizan los electores cercanos a opciones minoritarias. Para el portavoz de la plataforma, Miguel Colomo, sería mejor para incrementar la proporcionalidad un parlamento de 400 diputados, pero debido a la desafección política de la ciudadanía y al aumento del gasto que supondría, se inclinan por mantenerlo en 350.

Las fuerzas más beneficiadas por la ley D’Hondt, las que quedan en primer lugar en las circunscripciones, serían las más castigadas

Todo lo que sea dar pasos hacia la reforma, “aunque sean pequeños”, argumenta Colomo, es positivo. Con todo, ha propuesto otra serie de cambios que van más allá del reparto de escaños, como es el de bajar la barrera electoral para obtener representación, que está situada en el 3%. De este modo, hay formaciones de ámbito estatal, como PACMA, que aun recibiendo más votos que el PNV se quedan sin ningún escaño, según ejemplifica. Asimismo, han presentado un informe a los diputados que trabajan en la reforma electoral con una propuesta específica para el caso español, que, entre otras cuestiones, defiende la eliminación del requisito de obtener un mínimo de firmas para que una formación pueda presentarse a las elecciones.

El PSOE será un actor clave para poder sacar adelante una reforma de la Loreg, que Podemos y Cs pretenden no retrasar más allá del presente año. Sin embargo, los socialistas, junto al PP, ya bloquearon los grandes consensos en los trabajos de la subcomisión del Congreso, provocando que hayan tenido que ser prorrogados otros seis meses. Aunque la reforma se circunscribe al perímetro que marca la Constitución, por lo que bastaría una mayoría absoluta de 176 escaños, fuentes del grupo confederal reconocen que para la reforma el PSOE es «condición suficiente y necesaria».

De aplicarse un método Sainte-Laguë puro, sin incremento de diputados, el nuevo sistema apenas tendría efectos en sus resultados, mientras que con 400 hasta los favorecería, según explica Miguel Colomo. “Ahora estamos en una situación especial en la que puede interesar [la reforma] al PSOE, primero porque es una reclamación mayoritaria de la ciudadanía, y segundo porque podría obtener una mejor representación”. Por otra parte, según recuerda Colomo, el PP está gobernando con un acuerdo de investidura firmado con Ciudadanos en el que se incluye la mejora de la proporcionalidad del sistema electoral. El jueves arranca la mesa de negociación a dos, de la nueva política, antes de redoblar la presión sobre la vieja política.

 

 

 

 

 

 

FUENTE: ELCONFIDENCIAL