JORGE SÁINZ/ANTONIO RODRÍGUEZ

 

Ciudadanos mantiene la mano tendida. El partido de Inés Arrimadasseguirá negociando los Presupuestos Generales del Estado (PGE) con el Gobierno a pesar de la tramitación del indulto a los 12 líderes del proceso separatista catalán condenados. La formación naranja no abandonará al diálogo y quiere que Pedro Sánchez se retrate eligiendo socios.

Nosotros vamos a seguir ofreciendo una alternativa sensata hasta el final”, dicen fuentes de Ciudadanos a Vozpópuli. “A nosotros nos interesa el final de la película”, insisten antes de advertir de que forzarán al jefe del Ejecutivo a elegir entre los 10 diputados naranjas o los representantes del separatismo: «Ya hemos dicho que hay dos opciones incompatibles para la foto final«. 

El Gobierno de coalición ha colmado de gestos al independentismo catalán en las últimas semanas. No es solo el indulto, sino que Sánchez ha desempolvado la reforma de los delitos de sedición y rebelión que estaba en punto muerto. En paralelo, el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, ha iniciado conversaciones con Bildu para sumarles a los PGE. Y se han producido acontecimientos aún sin justificar como la cancelación de la presencia del rey Felipe VI en un acto en Barcelona.

El anuncio del ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ha caído como un bombazo en el seno de Ciudadanos. Algunos de sus dirigentes no han podido morderse la lengua en las redes sociales, como fue el caso de Luis Garicano, quien acusó al Ejecutivo de «mercadear» los votos del PGE con estos indultos.

Sin embargo, el entorno de Arrimadas es consciente de que el acercamiento a Sánchez, que comenzó durante el estado de alarma, está sujeto a vaivenes. En Ciudadanos, la confianza en la palabra de Sánchez está siempre en cuarentena y en varias ocasiones ya han dicho que no se fían.

La presidenta de Ciudadanos se agarra de momento a que la tramitación de los indultos es algo que contempla la ley. “No hay una propuesta del Gobierno sobre el indulto y ésta tardará unos meses”, aseguran estas fuentes. “Cuando haya hechos, habrá reacciones”, subrayan.

Por tanto, ante un horizonte que nadie sabe predecir, Ciudadanos y el Gobierno mantienen los cauces de diálogo abiertos. Y las dos partes llevan semanas negociando los Presupuestos. Ambos han preservado la privacidad de estas conversaciones, pero fuentes conocedoras de las mismas aseguran que la sintonía es buena. Una parte del PSOE y del Gobierno empujan para que ese diálogo cristalice en un acuerdo.

 

El empeño de Iglesias

Sánchez, sin embargo, no ha cerrado la vía al separatismo, que su socio Iglesias defiende por tierra, mar y aire. El líder de Podemos se ha empeñado en cegar la vía de Ciudadanos. La colección de cesiones al separatismo indica que la vía Frankenstein está abierta, pero se enfrenta a varios obstáculos.

La compatibilidad de ERC o Bildu con Ciudadanos, que Sánchez entiende viable, es rechazada de plano por los afectados. “Rufián no iniciará una negociación en serio si Ciudadanos sigue en la ecuación. Y Ciudadanos difícilmente podrá mantenerse si hay hechos tangibles como una propuesta de indulto por parte del Ministerio de Justica”, explican varias fuentes a este diario.

El otro elemento que dificulta el acuerdo con el separatismo es el futuro de Quim Torra. La inminente resolución del Tribunal Supremo apunta a una ratificación de la condena a un año de inhabilitación por desobediencia. Y se teme que la sentencia derive de nuevo en violencia y algaradas en las calles. La caída de Torra abre un periodo de incertidumbre en la gobernabilidad de Cataluña, donde sigue la pugna entre el espacio de Carles Puigdemont y ERC.

A ERC siempre le tiemblan las piernas cuando llegan estos momentos”, admiten desde el Gobierno. “Y es entonces cuando se descuelgan de las negociaciones por temor a la reacción del entorno independentista”, vaticinan estas fuentes.