La triste realidad es esta. Este 21 de noviembre de 2017 se cumplen 17 años del vil asesinato, a manos de la banda terrorista ETA, del ex ministro socialista de Sanidad Ernest Lluch–Un concejal de la CUP justifica el asesinato de Ernest Lluch porque era del PSOE–.
A Lluch le mataron de dos tiros en Barcelona los etarras. Fue en la misma ciudad donde, 17 años después, el cómplice, sino algo más, de aquellos asesinos que acabaron con la vida del dirigente socialista, Arnaldo Otegi, histórico dirigente de la rama política de ETA, se fotografió con decenas de barceloneses y catalanes en la última Diada–‘Hazte un selfie con Otegi’: así recibieron los independentistas al batasuno cual futbolista o estrella de rock–.
Lluch fue siempre un referente del constitucionalismo y feroz opositor al nacionalismo de cualquier tipo. Su asesinato debería haber supuesto un antes y después en Barcelona, como debió suceder con la barbarie etarra en el Hipercor–El terrorista Otegi se siente ofendido porque la patronal vasca no le invita a un homenaje a los empresarios asesinados por ETA–.
Nada de eso. Hemos ido a peor, y la prueba flagrante es que Otegi fue recibido con vítores y aplausos por los independentistas, que le ponen alfombra roja en sus sucesivas visitas a Cataluña–Girauta coge por la solapa al felón de ERC: «Habéis convertido a Otegi en el símbolo de la Diada, a un terrorista»–.
El político abertzale es siempre bien recibido en la TV3 golpista de la cual el papanatas de Vicent Sanchis, su director, intenta convencer a la sociedad que es un ejemplo y modelo a seguir de periodismo. Porque aquella mentira que se repite unas mil veces en ocasiones acaba hasta siendo verdad–Jiménez Losantos entierra a los golpistas: «El plan del etarra Otegi y del comunista Pablenin, de ‘Cochomocho’ y de La Rahola es la destrucción de España»–.
Sin embargo, este 21 de noviembre de 2017, muchos en Twitter han recuperado ese aniversario de la muerte de Lluch para que otros olvidadizos recuperen la cordura y sepan en qué han convertido Barcelona los golpistas, comandados por Puigdemont, Junqueras, Forcadell, Colau y cía en connivencia con el mencionado Otegi. Para que no se olvide.