Pedro Sánchez, presidente en funciones y candidato más votado en las generales del 28 de abril, hizo valer ayer sus 123 escaños, casi el doble que el PP (66), para ser propuesto por Felipe VI para la investidura. Pese a ello, el líder del PSOE aún está lejos de tener blindada una mayoría suficiente para ser reelegido. Ni siquiera Podemos, su socio preferente, le da plenas garantías.
Pablo Iglesias, de hecho, volvió ayer a insistir en su exigencia de entrar en el Gobierno de Pedro Sánchez a cambio del apoyo de Unidas Podemos en el debate de investidura. Un respaldo que, sin embargo, en el PSOE no dan por seguro, debido a la “debilidad” del liderazgo de Iglesias.
Así lo reconocen al Confidencial Digital dirigentes nacionales del Partido Socialista, que no ven nada claro un voto en bloque de los 42 diputados de la bancada morada: “No tiene control sobre el partido y las confluencias, y eso es muy peligroso en una votación tan ajustada como la de la investidura”.
Por ese motivo, desde Ferraz se insiste a Sánchez en que, en las conversaciones que tenga con Pablo Iglesias para alcanzar un acuerdo, le haga la siguiente reflexión: “Antes de pedirme un ministerio, ¿puedes confirmarme el número de votos que Unidas Podemos aportará en la investidura?”.
Preocupa la influencia de Ada Colau
Uno de los principales focos de preocupación, dentro del PSOE, es la postura que adoptarán los siete diputados en En Comú Podem: “En Ferraz, se nos hace difícil pensar que personas como Gerardo Pisarello y Jaume Asens, que han coqueteado con el independentismo, no vayan a poner problemas.
Estos dos diputados, de hecho, son de la máxima confianza de la todavía alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que ha protagonizado, en los últimos años, una relación de amor-odio con los socialistas. La ruptura del pacto de gobierno con el PSC en la anterior legislatura, y las presiones de Jaume Collboni para que elija entre ERC y un pacto con ellos y Valls hacen que Colau sea impredecible.
Por otro lado, altos cargos del PSOE recuerdan que hace tres años, en plenas negociaciones de Pedro Sánchez con Podemos y Ciudadanos para evitar una nueva convocatoria electoral, “Colau se metió en medio y convenció a Iglesias de votar en contra”.
Las maniobras de la alcaldesa esos días fueron “decisivas” en la postura que adoptó finalmente Pablo Iglesias, votando en contra de la investidura de Sánchez. Ahora, Colau pude repetir la jugada, haciendo valer su independencia frente a Unidos Podemos, y forzando a sus diputados a votar por su cuenta.
El precedente de En Marea
La amenaza de un voto de las confluencias diferente al de Podemos no es nueva. Y, de hecho, en el PSOE recuerdan que existe un precedente muy próximo en el tiempo: el protagonizado por los diputados de En Marea en la votación de las enmiendas a la totalidad al proyecto de Presupuestos de 2019.
En los días previos a la votación, Pablo Iglesias dio orden al Grupo Parlamentario de votar en contra de las enmiendas presentadas por los independentistas y respaldar a Pedro Sánchez. No obstante, la dirección regional de En Marea dio, desde Galicia, una contra-orden: los diputados gallegos debían situarse en contra del Gobierno.
Finalmente, y a pesar de las gestiones de Iglesias para impedirlo, la diputada Alexandra Fernández se saltó la disciplina de voto de Unidas Podemos. Un antecedente que no olvidan ni en Ferraz ni en Moncloa.
La buena noticia, sin embargo, es que Podemos rompió antes de las generales con En Marea y que, en el nuevo Congreso, tienen acta de diputados Yolanda Díaz y Antón Gómez-Reino, que se mantuvieron fieles al mandato de Iglesias en el debate de Presupuestos.
La mayoría, en el aire
Pese a ello, y aunque los diputados gallegos de Unidas Podemos respetasen la disciplina de voto, “la mayoría sería imposible” si los siete parlamentarios situados por Ada Colau en el Congreso se saltan las órdenes de Pablo Iglesias: “De pasar eso, no nos valdría ni su abstención, ya que habría más ‘noes’ que ‘síes’”.
Por ese motivo, la tesis de Moncloa es clara: “Solo se puede negociar con Iglesias si él ofrece primero garantías. Hasta entonces, la apuesta va a seguir siendo la formación de un gobierno monocolor”.