Personas cercanas al ex líder de Ciudadanos aseguran a Confidencial Digital que las informaciones sobre una posible fusión PP-Ciudadanos no pasan, de momento, de ser un “globo sonda” agitado desde Génova.

“Rivera no está en eso. Está encantado en su despacho y tiene su opinión, como todo el mundo, pero está bastante más fuera de lo que se dice», aseguran.

Después de los malos resultados obtenidos en las elecciones en Cataluña, en las que Cs perdió hasta 30 escaños, algunas voces críticas auguraron al partido un futuro incierto. Inés Arrimadas trasladó a la Ejecutiva el pasado lunes la idea de reflotar el proyecto y no contempla ninguna fusión que suponga diluir el proyecto.

Es más, considera que la fusión es una idea extendida por las filas populares como “cortina de humo” para tapar su mal resultado el 14-F.

En cambio, en Ciudadanos, que viene de derrumbarse en Cataluña con una debacle de proporciones aún mayores que las de las generales de noviembre de 2019 que provocaron la dimisión de Rivera, numerosos dirigentes territoriales acarician la posibilidad de un regreso de Rivera.

Fuentes internas del partido reconocen a ECD que son precisamente estos cargos, incluso algunos diputados en el Congreso, los que están «moviendo junto al PP la operación», viendo cómo se desmorona el proyecto. Culpan a Carlos Cuadrado y José María Espejo, los hombres fuertes de Arrimadas, de la deriva actual de la formación.

El ex líder naranja ha guardado silencio después del batacazo que se dio Ciudadanos en las elecciones catalanas. Su actual presidenta ha responsabilizado a la herencia recibida, es decir, a Albert Rivera, del hundimiento. Unas palabras que han molestado profundamente al entorno más próximo a Rivera.

 

 

FUENTE: ELCONFIDENCIALDIGITAL