Con Andalucía como primera etapa del nuevo ciclo electoral que se abre este otoño y que llegará hasta 2020, Albert Rivera se dispone a desarrollar una nueva estrategia política, que pasa por intentar desalojar del poder a los actuales gobiernos autonómicos y municipales. Buscar fórmulas para sumar y derrocar a los actuales presidentes o alcaldes populares y socialistas, siempre y cuando, claro está, su partido obtenga un resultado óptimo.

La historia política de Ciudadanos a nivel nacional comenzó a escribirse en Andalucía hace cuatro años. Sin estructura y sin experiencia lograron nueve diputados. Ahora, Rivera y su equipo esperan aplicar su nueva estrategia echando del poder a Susana Díaz, con quien han mantenido un pacto de gobierno la pasada legislatura. En esta comunidad Cs mantiene una rivalidad máxima con el PP por ser segunda fuerza política, por lo que la prioridad será quedar por encima de los populares y sumar después con ellos mayoría.

«Ciudadanos va a pilotar ese cambio en Andalucía y a nivel nacional apoyaremos ese cambio. Si depende de Ciudadanos, aquí va a haber un cambio de gobierno», es el mensaje que Rivera ordena a los suyos.

La nueva doctrina que impera es «liderar un gobierno de cambio». En consecuencia, el objetivo es echar al PSOE en Andalucía, pero también al PP en Madrid o Castilla y León. En todos estos casos, el partido se presentará en la campaña como el único capaz de liderar ese «cambio», nueva palabra fetiche en Cs.

Hace cuatro años la meta era tratar de condicionar a PP y PSOE, de quienes se asumía que quedarían por encima de Cs en las elecciones. Ahora, sin embargo, el objetivo es superarles. «No se trata de dar apoyo para arrancarles cosas, como hasta ahora, sino de intentar hacerlas nosotros», dicen en el partido.

El lema que va camino de acuñarse es «el cambio que viene». Una idea que ya utilizó Podemos, que bautizó a los ayuntamientos ganados en las elecciones municipales de 2015 como «gobiernos del cambio». Y una idea que, en cualquier caso, quieren que funcione a la perfección en Andalucía, una comunidad que no ha conocido otro gobierno autonómico que el del PSOE.

Campañas constructivas

Fruto de esta estrategia es la declaración de intenciones de esta semana de Juan Marín, el candidato naranja en Andalucía: «Los votos de Ciudadanos no van a servir para que Susana Díaz sea presidenta». En Cs reconocen que «los ciudadanos votan y dibujan un panorama que después hay que gestionar», pero afirman que no repetirán «el rol ejercido hasta ahora».

Para «pelear arriba» y tener opciones de sumar para derrocar los gobiernos de PP y PSOE, Ciudadanos apuesta por campañas constructivas. «La gente necesita propuestas y esperanza. Creemos que ahora lo más movilizador es demostrar que tienes un proyecto para este país», resume un dirigente del núcleo duro de Rivera. «En el día a día hay roces y polémicas lógicas. La cuestión es no quedarte encallado sólo en esas polémicas», añade sobre su rivalidad con el PP en la lucha por el electorado de centro derecha.

Rivera e Inés Arrimadas tendrán un protagonismo capital en la campaña andaluza. Casi como si ellos mismos fueran los candidatos. Arrimadas es andaluza y esas raíces serán explotadas para sumar votos.

 

 

FUENTE: ELMUNDO