Pedro Sánchez y Quim Torra mantuvieron ayer, en el Palacio de Pedralbes, una “cumbre” a la que también fueron citados Calvo y Batet por parte del Gobierno y Aragonés y Artadi por parte del Govern. Moncloa, por tanto, cedió a las exigencias de la Generalitat, que buscaba un “encuentro bilateral” entre ambos ejecutivos. Un “peaje” que, desde Presidencia, calculan que “compensó” pagar.

Según explican al Confidencial Digital altos cargos del Ejecutivo, en Moncloa empezaron a abrirse a la posibilidad de ampliar a miembros de ambos gobiernos la cumbre entre Pedro Sánchez y Quim Torra al constatar que, de no ceder en esa exigencia, el encuentro entre ambos presidentes podía verse comprometido.

En el gabinete de Presidencia se conocían las disputas entre PDeCAT y ERC para que existiera una “cuota equilibrada” de representantes de ambas formaciones en esa reunión, y se quiso jugar la baza de “dar bola a Esquerra”, abriéndose a una reunión privada entre Carmen Calvo y el vicepresidente Aragonés e, incluso, a la participación de la consejera de Justicia, Esther Capellas.

Todos estos movimientos retrasaron el anuncio, por parte del Gobierno y de la Generalitat, de la hora y el formato de la cumbre: una reunión entre presidentes y otra con los representantes de ambos ejecutivos convocados. Desde el equipo de Sánchez aceptaron esta solución intermedia para salvar así un encuentro que debía producirse, sí o sí, por todo lo que se jugaba el presidente y todo el Ejecutivo de cara al futuro.

“Reunión clave de la legislatura”

Las fuentes consultadas por ECD admiten que, desde Moncloa, se dio la “máxima importancia” a esta cumbre, al considerarla la “reunión clave de esta legislatura”.

En ese sentido, añaden, “Sánchez ha visto una oportunidad para lograr apoyos estables hasta, por lo menos, finales de 2019. Y no ha querido desaprovecharla”.

Por ese motivo, el presidente del Gobierno ha llegado a Barcelona con “ofertas concretas”, tanto “políticas como económicas”, para lograr que tanto PDeCAT como ERC, que ya votaron a favor del techo de gasto ayer, respalden en las próximas semanas los Presupuestos Generales del Estado del año que viene.

Si el Ejecutivo consigue ese reto, Pedro Sánchez se garantizará poder agotar legislatura. Un objetivo que hace apenas unos días parecía imposible y que ahora, admiten desde Moncloa, “está más cerca”, aunque “seguimos estando en sus manos”.

Un 155 apocalíptico

Además de anunciar una mayor inversión en Cataluña e iniciar un “marco de diálogo” sobre el futuro de la región, Sánchez también aprovechó la cumbre para advertir a Quim Torra de las consecuencias que podía tener, para él mismo y su Govern, romper con el Ejecutivo central.

En ese sentido, las fuentes consultadas explican que “ellos son conscientes de que la alternativa que se le viene encima si deja caer este Gobierno es un 155 bestial”. Un mensaje que el propio Sánchez transmitió a Torra.

El jefe del Ejecutivo, además, insistió en que la Generalitat se jugaba, en función de las decisiones que tomaran en el futuro PDeCAT y ERC, que un nuevo gobierno central, con PP, Ciudadanos y Vox, deje al Govern “desprovisto de todo”, con todos los actuales cargos y ambos partidos, “desalojados de las instituciones por un largo periodo”.

Todo ello porque, si las fuerzas soberanistas fuerzan elecciones, “el nuevo Gobierno de Madrid puede venir a Cataluña a intervenirla y a traer a políticos de Madrid para que la administren durante mucho tiempo”.

La pelota, en el tejado de Torra

Con esa advertencia apocalíptica, y también con una serie de compromisos adquiridos con la Generalitat, “Sánchez ha dejado la pelota en el tejado de Torra”, tal y como se había propuesto con esta cumbre entre ambos ejecutivos.

El presidente catalán deberá decidir ahora si quiere conservar su puesto o, de lo contrario, hace caer al Gobierno central y vuelve a la desobediencia.

Dos escenarios que, por lo “extremos” que son, pueden hacer que las fuerzas independentistas abandonen definitivamente la “unilateralidad” y decidan mantener intactos sus apoyos al actual Gobierno central.

Sánchez se explicará el 28

Tal es la importancia que el Gobierno ha dado a esta cumbre, que buena parte del discurso que ofrezca Pedro Sánchez ante los medios después del Consejo de Ministros del próximo viernes 28 va a versar sobre las consecuencias de este encuentro.

Según explican desde Moncloa, el jefe del Ejecutivo se reserva, para ese día, “algún anuncio especial”, pero aprovechará la ocasión para explicar, largo y tendido, cuál ha sido la posición de su Gobierno sobre Cataluña en los últimos seis meses.

Las fuentes consultadas explican que Sánchez reivindicará su estrategia de “diálogo” con la Generalitat, haya logrado o no un respaldo de los independentistas y su compromiso de no volver a la desobediencia: “Tanto en un caso como el otro, él defenderá lo que ha hecho. Si ha dado resultados, mejor, pero si PDeCAT y ERC se enrocan, les señalará a ellos como culpables”.

Hay ministros en contra

La estrategia del presidente del Gobierno y de su gabinete es conocida por todo el Consejo de Ministros, aunque no existe un apoyo unánime a esta hoja de ruta.

Según ha podido confirmar ECD, integrantes del Ejecutivo, con carteras relevantes, no entienden la insistencia de Sánchez en reunirse con Torra y, además, aceptar todas las exigencias de la Generalitat para montar una “cumbre” entre gobiernos.

Algún ministro, incluso, va a “apurar hasta el final” su llegada a Barcelona, y no viajará a la Ciudad Condal hasta primera hora de este viernes.
 
 

FUENTE: ELCONFIDENCIALDIGITAL