El pasado 29 de octubre, en la manifestación convocada en Barcelona, Paco Frutos dio voz a la izquierda antiindependentista; gracias, Paco.

Diré quién soy. Fui, en 1979, concejal en Barcelona, miembro del equipo de gobierno de Pascual Maragall. También, diputat en el Parlament catalán, miembro de su Comisión de Derechos Humanos.

Gracias, Paco, por recordar que las instituciones catalanas democráticas no fueron producto de apaño como dicen el vocero de la mentira populista o el barato independentismo.

Pero mi historia viene de antiguo. Fui guerrillero, pasaba la muga con las planchas del prohibido Mundo Obrero a mis espaldas, fui responsable del PCE de Murcia en la clandestinidad, fui detenido, fui torturado, como atestiguan mis vértebras, cumplí seis años de cárcel, grité amnistía, perdoné a mi torturador. No me hablen de libertades quienes solo las han disfrutado.

No importa, me llaman fascista. Pero el fascismo mata, el franquismo mataba, que lo sepan esos miserables que al mentir, insultan la memoria de nuestros muertos y muertas. Gracias, Paco, por recordar a catalanes y catalanas la voz del estimado PSUC, partido nacional que no nacionalista, la voz de la izquierda comprometida con su clase.

Fui secretario general del PCE en Madrid, hasta que mi salud me lo permitió, miembro de su Comité Central. Partido de militancia y no grupúsculo, como el que hoy usurpa la sigla, convertido en un sindicato amarillo de intereses personales.

No dude nadie, gracias Paco por recordarlo, que el nacionalismo grande o pequeño es una traición a la clase obrera. Fui secretario de la Construcción de las Comisiones Obreras de Cataluña; y algunos pijos me llaman burgués y fascista, mientras asisten a huelgas pagadas por patrones y gobiernos.

Necesitamos que se recuerden las voces, la historia y la verdad porque necesitamos que nuestros nietos no compren las revoluciones en las redes sociales o las pistas cubiertas, necesitamos que se recuerden las huelgas de semanas, las cajas de resistencia, los salarios no cobrados. Hoy se hacen huchas para los responsables del “tres per cent”, no para ningún trabajador en huelga

Gracias Paco por recordar que la democracia no se conquistaba huyendo ni comiendo butifarras en las plazas, sino conquistando las plazas.

Nos lo explicó a ambos Manuel Vázquez Montalbán: nuestro propósito es la palabra libre en la ciudad libre. Gracias Paco por recordarnos que no debemos permitir que, en nombre de la libertad, se niegue la posibilidad de un proyecto solidario para España.

Gracias, Paco, por recordar la bandera de la izquierda que no le baila el agua al independentismo, sino que es capaz de crear un proyecto autónomo.

Me llamo Justiniano Martínez. Y yo sí fui preso político.

 

 

 

 

FUENTE: ELPAIS