El independentismo perdería la mayoría absoluta en el Parlament en unas elecciones autonómicas. Según una encuesta de Sigma Dos para EL MUNDO, el 21 de diciembre podría poner punto y final de manera abrupta a cinco años de proceso soberanista. De celebrarse ahora esos comicios, ERC, el PDeCAT y la CUP sumarían como mucho 65 diputados, tres menos de los 68 que marcan la frontera de la gobernabilidad y siete menos de los que tienen hoy.

Las elecciones están rodeadas de incógnitas que deben ir resolviéndose en los próximos días. La principal: si los partidos soberanistas deciden concurrir, lo cual constituiría un reconocimiento implícito de que no dan por proclamada la independencia de Cataluña. La CUP ya ha dicho que no se presentará.

En cualquier caso, el resultado de la encuesta es muy significativo. Realizada entre el 23 y el 26 de octubre -es decir, se cerró el día antes de que el Parlament afirmara que Cataluña es «un Estado independiente y soberano»-, y con una muestra de 1.000 entrevistas en toda la comunidad, anuncia un vuelco en la política catalana y abre multitud de nuevos escenarios.

Esquerra Republicana ganaría por primera vez en solitario unas elecciones, con el 26,4% de los votos y entre 41 y 43 escaños. El resultado sería histórico para el partido de Oriol Junqueras, pero el descalabro del PDeCAT y la CUP impediría que los independentistas reeditaran su mayoría absoluta en el Parlament.

La formación heredera de Convergència Democràtica de Catalunya se quedaría en un 9,8% de voto. Según ese baremo, serían el quinto partido de la Cámara, aunque, por la ley electoral -que beneficia a los partidos nacionalistas- podría ser cuarto en número de diputados.

Queda por dilucidar también si los partidos independentistas intentan algún tipo de frente común. En las elecciones de 2015, que bautizaron como «plebiscitarias», Artur Mas consiguió convencer a ERC de conformar Junts pel Sí, contra la voluntad inicial de Junqueras. En aquella convocatoria, la coalición sumó 62 diputados. Según la encuesta de Sigma Dos, ahora se quedarían sensiblemente por debajo, y obtendrían entre 54 y 58.

La caída de la CUP, determinante

La caída de la CUP también sería determinante para la pérdida de la mayoría absoluta de los independentistas. Los antisistema, la gran sorpresa de las últimas elecciones, perderían más de dos puntos (del 8,2% de 2015 al 6,3% de ahora) y tres escaños. Con los siete diputados que les otorga el sondeo, los electores penalizarían a la formación que logró descabalgar a Mas de la Presidencia y que ha marcado la estrategia del Govern en los dos años de legislatura.

Los independentistas tienen hasta ahora mayoría absoluta de escaños en el Parlament porque se benefician de la sobrerrepresentación de las provincias de Girona y Lleida. Pero en las elecciones de 2015 ya se quedaron por debajo de su principal objetivo: el 50% de los votos.

Según el sondeo, ahora están aún más lejos. Si en 2015 Junts pel Sí y la CUP sumaron el 47,7% de los votos, ahora se quedarían en el 42,5%. De hecho, en un sorpasso histórico, el bloque de los partidos constitucionalistas (Ciudadanos, PSC y PP) crecerían hasta lograr superarlos: en las próximas elecciones, pueden obtener el 43,4% de los apoyos. Los independentistas pierden más de cinco puntos, y las formaciones que han apoyado la aplicación del artículo 155 para contrarrestar la proclamación de la secesión suben 4,4.

Eso explica que la ganancia en escaños de ese bloque sea considerable: las elecciones podrían suponer una decena de diputados más para ellos. Ciudadanos consolidaría su segunda plaza en el Parlament y sumaría entre uno y tres diputados a los 35 que ya tiene. El partido que encabeza Inés Arrimadas se acercaría mucho al 20% de los votos, y le separarían de ERC menos de siete puntos.

Subida espectacular del PSC

La subida más espectacular es la del PSC. Su líder, Miquel Iceta, ha estado muy activo en las últimas semanas, tratando de buscar una salida a la crisis catalana y finalmente avalando la aplicación del artículo 155 ante la imposibilidad de que Puigdemont convocara elecciones. Los socialistas catalanes se recuperarían del peor resultado de su historia, el de 2015, con una subida de entre cuatro y seis diputados: podrían obtener hasta 22 asientos en la Cámara catalana. Su porcentaje de voto crecería hasta el 15,1%.

El PP de Xavier García Albiol -la ejecutiva le propuso ayer para repetir como candidato- sería la formación que menos se movería. Aunque crecería en porcentaje de voto (del 8,5% de 2015 al 8,7% de ahora), podría perder un diputado, quedarse con los 11 actuales o ganar uno.

La encuesta otorga un papel determinante a los comunes. El entorno de Ada Colau ha formado una confluencia con ICV y sectores de Podemos, bajo el nombre  de Catalunya en Comú. Ese espacio, representado en las últimas elecciones por las siglas de Catalunya Sí que es Pot, logró 11 diputados. Ahora obtendría una leve subida (del 8,9% al 11% de los votos) que le otorgaría dos escaños más, y la llave para otorgar el Govern a uno de los dos bloques, si es que el eje divisorio de la política catalana continúa siendo su posicionamiento en torno a la independencia.

Los comunes, que han nadado entre dos aguas durante los últimos meses, piden un referéndum de autodeterminación pactado pero se oponen a la independencia unilateral que se proclamó el viernes: la alcaldesa de Barcelona tildó a los secesionistas de «kamikazes».

Ahora, Colau y los suyos podrían volver además a explorar la vía del tripartito de izquierdas, que ya gobernó Cataluña entre 2003 y 2010 con dos presidentes socialistas, Pasqual Maragall y José Montilla. La suma de ERC, PSC y comunes alcanzaría con holgura la mayoría absoluta con una horquilla de entre 74 y 78 diputados. Lo lógico, según la correlación de fuerzas, es que esta vez el president fuera de Esquerra.

 

 

 

FUENTE: ELMUNDO