Ya tenemos abiertos los murcianos, extremeños, valencianos, castellano manchegos, cántabros, asturianos y los residentes en La Perdiguera y un largo etcétera, LA AUTOVIA DE LA AUTOINDEPEDENCIA LEGAL, en el mismo momento que Puigdemont, Junqueras, Trapero, Pablo Iglesias, Rufián, Alberto Garzón, las mafias de la derecha convergente y el abad de Monserrat declaren unilateralmente la Independencia de la República Popular de Cataluña. Los vascos no deben ponerse a la cola, porque ellos son un pueblo de primera, el resto somos escorias que manejamos una policía y unos guardias civiles que cumplen órdenes del Poder Judicial para evitar cometer miles, cientos de miles de delitos y deben ponerse de rodillas ante la multitud y pedir perdón, ofreciendo las dos mejillas y el trasero. Así debe ser una policía de tintes democráticos que respetan el parto de una Democracia Popular o en unas naciones regidas por principios anarquistas, cuyos principios han llegado a España al ataque y siguiendo las normas pacíficas e inmutables de países tan libres y ejemplares, en donde las fuerzas del orden público confraternizan con la ciudadanía y se siscan en el Estado del Derecho y la Constitución. Y si no es suficiente, se organiza como está mandado, un referéndum modélico aunque después resulte un pucherazo con el aplauso de los medios de comunicación de Venezuela, Grecia, Bélgica, Turquía, Kosovo, Francia y sobre todo Rusia, donde sus policías no reparten palos a discreción a SUS CIENTOS DE MILES DE SEPARATISTAS sino claveles, capullos de rosas, violetas, manjares como hostias de blancos colores de paz, todos ellos a punto de imitar la estrategia de La Moncloa que ha caído la pobre mía en todas las trampas que les han tendido los intelectuales de los constitucionalistas hispanos catalanes, sus socios, que en el año 1934, en los años de la inmarchitable República, la emprendieron a cañonazos contra los indefensos separatistas, con muertos y heridos. La matanza represiva de aquellos años no fue contestada ni condenada por los socialistas, ni los republicanos, liberales, tampoco la derechona de Gil Robles, ni tan siquiera los retorcidos carlistas y sus monjes soldados. La prensa internacional no se quejó, miró para otro lado. Perra vida la de la leyenda negra que acosa a España, en donde cada ciudadanos o es un inquisidor, un fraile o un cruel verdugo. Nada que ver con el espíritu legendario, por ejemplo del Reino Unido con sus piratas y sus guerras de exterminio. O la excelente Alemania de espíritu conciliador. O los Estados Unidos descargadores de bombas nucleares o las monarquías árabes fuentes de ingresos del terrorismo internacional, en donde la vida en libertad es una delicia para el sexo femenino. O no se hable de Venezuela, donde se reparten abrazos los partidos en la Asamblea Nacional bajo la atenta mirada del buen padrecito Maduro, maestro de grandes figuras mundiales del populismo fascista de la grandeza de Pablo Iglesias que rechaza frontalmente que se metan políticos en prisiones inmundas. El mentor del pucherazo catalán y del histerismo callejero y proponente de que la policía se cruce de brazos cuando los delitos los cometan los suyos, pero no un pobre diablo que roba en un supermercado o un españolito que huye de Hacienda como si fuera un infierno.
BIEN EL REY PERO NECESITAMOS EN LA MONCLOA UN PRESIDENTE CON LOS PANTALONES BIEN PUESTOS, NO ESE SEÑOR CON CARA DE ACOBARDADO Y MIEDO. QUE SE VAYA Y PONGAN A UN TIO EN LA PRESIDENCIA.-