Cualquier mazarronero o visitante habrá podido oler en estos días, sobre todo desde la semana pasada, un olor nauseabundo que se propagaba por el efecto del viento por buena parte del municipio, un fuerte olor a estiércol que coincidió con el inicio de la temporada alta turística. ¿De dónde viene el olor a estiércol en Mazarrón?

El hedor que se respira desde hace días procede del estiércol que las macro explotaciones agrícolas usan para abonar los terrenos entre Mazarrón y Puerto, provenientes de los lodos de purines de granjas porcinas, que al parecer se utilizan habitualmente como abono en grandes fincas de cultivo intensivo. No es la primera vez que olores de este tipo inundan la turística localidad costera y sus envidiables playas, sobre todo en días de mucho viento que a veces coincide con el abonado de las zonas de cultivo, hasta ahora era algo que había ocurrido de forma esporádica.                                                                                                                                                 

Desde hace varios días los vecinos de las urbanizaciones están conviviendo con un desagradable olor ambiental. El motivo es el movimiento de tierras y estiércol de las explotaciones agrícolas entre Mazarrón y sus playas (Puerto y urbanizaciones periféricas). Así lo exponemos en Murcia Transparente, a través de su medio digital, respondiendo a las quejas de los vecinos y veraneantes por el olor a cuadra que hay por toda la comarca. 

No han sido los únicos que se han hecho esta pregunta durante estos infernales días, cuando el ‘aroma’ a estiércol comenzó a expandirse por todo el Puerto y urbanizaciones del litoral. El hedor se respiraba prácticamente en todas partes, aunque en función de la dirección del viento y la cercanía con los terrenos en explotación se hace más o menos llevadero. «Es imposible abrir las ventanas, entra dentro de casa», se quejaba una vecina de la urbanización del Alamillo, donde el olor a purines ha llegado con intensidad. Esta circunstancia ha hecho que muchos veraneantes piensen que procede de alguna explotación porcina del extrarradio de la población y no de una plantación agrícola, como hemos podido comprobar. Pocas zonas de Mazarrón se han librado de este ‘ambientador natural’, quizás Bolnuevo, a cinco kilómetros de casco urbano y a unos tres del Puerto, donde los vecinos aseguran que, de momento, hasta ayer no había sido tan fuerte.

 En zonas como El Alcolar, Alamillo, Rihuete y Mar del Plata, la noche del lunes pasado fue cuando más se notó el mal olor, pero los días siguientes y ayer era aún «más insoportable», según comentaron algunos residentes de estas urbanizaciones. También en el centro del Puerto, Playasol y Bahía se ha hecho dueño del ambiente este hedor y cuando sopla el viento aumenta considerablemente. Este asunto ha centrado muchas de las conversaciones de quienes se sentaban en las terrazas de bares o restaurantes y, en algunos casos, ha obligado a que desayunaran o comieran en el interior de los locales. «Es tan intenso que te entra por la boca y te quita hasta el apetito», decía la clienta de un establecimiento de hostelería del Paseo Marítimo.

Mientras se continúe echando y removiendo estiércol junto a zonas turísticas, los habitantes y visitantes del lugar, tendrán que seguir soportando estos malos olores. No es la primera vez que ocurre, suele ser habitual. Otros años el abono de fincas del entorno de la localidad ha causado el mismo problema y suscitado las mismas quejas. Al ser cuestionado por los posibles orígenes de este mal olor, el Ayuntamiento debe tomar cartas en el asunto y reconocer que durante los últimos días se han recibido numerosas quejas y preguntas por parte de los ciudadanos sobre lo que estaba ocurriendo. “La población general no sabe lo que está ocurriendo, y ni siquiera sabe que no lo sabe”.                                                

El Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil y la Concejalía de Medio Ambiente, imaginamos tendrán conocimiento de que el fétido y desagradable olor no se debe a nada especial y, sí a esa circunstancia que denunciamos, que entra dentro de lo habitual, porque en esta época del año se suele acumular para el abono de la tierra de cultivo. No obstante, deben informar a los vecinos si tiene algún efecto nocivo para la salud, sobre todo por su tranquilidad. Aunque no hay nada aún muy claro, los responsables municipales y de las Consejerías de Agricultura y Medio Ambiente deben abordar el problema y que los inspectores de turno vean y estudien el conflictivo asunto (in situ), por si pudiera haber alguna anomalía administrativa o ilegalidad que se pasa por alto.

Al cierre de la edición de este artículo, había remitido bastante el nivel de intensidad del olor.                                                  

POST SCRIPTRUM: El nuevo individualismo, el debilitamiento de los vínculos humanos y el languidecimiento de la solidaridad, están grabados en una de las caras de la moneda cuyo reverso lleva el sello de la “globalización definitiva”.                                                                                                 

COLECTIVO “EN CLAVE TRANSPARENTE”