Otra decepción más. Esta vez a cuenta de Inés Arrimadas. Hasta no hace mucho me encontraba entre quienes creían que Arrimadas tenía una cierta consistencia política y que iba a ser capaz de hacer de Ciudadanos un partido con influencia en la vida pública, capaz de entenderse a derecha e izquierda. En definitiva, pensaba que Inés Arrimadas no iba a cometer los errores de Albert Rivera, y efectivamente ha cometido otros.
Rivera quiso convertirse en el jefe de la derecha y Arrimadas a lo que parece ha querido que su partido girara alrededor de los intereses del PSOE convirtiéndose en compañera de viaje del sanchismo. Lo cierto es que los errores de Albert Riveray Arrimadas han colocado a su partido al borde de la extinción y han hurtado a nuestro país de un partido de centro, en mi opinión, necesario. El que sean los partidos independentistas y antisistema, los que ejercen de socios del Gobierno, no es lo mejor para los intereses generales.
Desde luego prefiero que nuestro sistema político dé cabida a partidos como Bildu, Ezquerra, Junts per Cataluña, Compromis, etc, por más que pretendan acabar con nuestro actual sistema político, arremetiendo contra la Constitución e instando a regresar a la Edad Media y a los reinos de taifa. Dar cabida a este tipo de partidos es un síntoma de la buena salud de nuestra democracia.
Pero una cosa es que estos partidos antisistema e independentistas se sienten en el Parlamento y otra que marquen el paso al partido gobernante, en este caso el PSOE, de ahí la importancia de un partido centrista capaz de hacer de bisagra como muchos deseábamos que fuera Ciudadanos. Pero ni Albert Rivera supo estar a la altura de Ciudadanos ni tampoco lo sabe estar Inés Arrimadas.
Arrimadas que, con la inestimable ayuda de La Moncloa, estaba perpetrando un acto de deslealtad absoluta presentando una moción de censura en Murcia contra sus socios de gobierno.
“Esa operación pilotada por Inés Arrimadas ha llevado, está llevando, a Ciudadanos al borde de la extinción”
Naturalmente que presentar una moción de censura es legítimo, pero habría sido más honrado que previamente los miembros del Partido Naranja hubieran dimitido de todos sus cargos habida cuenta de esos aparentemente insalvables desacuerdos con el PP de Murcia, y a partir de ahí haber tomado las decisiones que consideren necesarias. Esa operación pilotada por Inés Arrimadas ha llevado, está llevando, a Ciudadanos al borde de la extinción y sin embargo la líder del partido no ha sido capaz de asumir su responsabilidad sino que continúa al frente como si no pasara nada.
Por si fuera poco y con total desfachatez desde filas socialistas, empezando por el presidente, acusan a Pablo Casado de “pagar” a tránsfugas por intentar impedir que saliera adelante la moción de censura. Yo no sé si es que son unos cínicos o es que están convencidos de que son capaces de hacer creer a los ciudadanos que es de día cuando es de noche.
No diré que me sorprende porque ya no me sorprende casi nada pero si lamento que Inés Arrimadas no esté a la altura de los muchos ciudadanos que confiaban en ella y en su partido. Con la moción de censura de Murcia, Inés Arrimadas se ha retratado y en el retrato sale francamente desfavorecida.