El líder socialista no amenaza en balde y las grietas que muestra el Gobierno de coalición y las malas perspectivas electorales de Ciudadanos para el 10-N podrían favorecerle
La advertencia lanzada el pasado domingo por el secretario general del PSRM-PSOE, Diego Conesa, de que presentaría una moción de censura contra el presidente regional, Fernando López Miras, si no adoptaba medidas urgentes para solucionar la catástrofe natural del Mar Menor, no respondía a un mero calentón por las sobrecogedoras imágenes del día anterior de las playas cubiertas por miles y miles de peces muertos.
«El presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia ha reconocido de manera implícita que no está capacitado para gestionar esta terrible catástrofe medioambiental, por lo que nos vemos obligados a tomar medidas de extrema urgencia», anunciaba en la nota de prensa difundida por su partido.
Conesa no es amigo de hacer brindis al sol y su amenaza no era en vano. En primer lugar, por la gravedad que ha alcanzado la degradación del Mar Menor. Si el líder socialista quería dar una respuesta proporcionada a la entidad del problema, no bastaba con exigir dimisiones, que nunca se producen, había que ir más allá: comprometerse a urdir una moción de censura para echar al presidente si en dos meses no adoptaba medidas urgentes, entre ellas la presentación de la ley de protección integral del Mar Menor. «El órdago debía ser acorde a la gravedad de la situación».
El plazo de tiempo que marcó Conesa es trascendental en la operación. Si quisiera podría presentar mañana mismo en la Asamblea Regional la moción de censura, ya que solo necesita la firma de al menos siete diputados -el 15% del total- para registrarla en la Cámara, proponer un candidato y justificar la iniciativa, y seguramente la admitirían a trámite. Pero no conseguiría su propósito. Los socialistas cuentan con el grupo mayoritario en el hemiciclo, con 17 diputados, pero están aún muy lejos de los 23 votos que marcan la mayoría absoluta. Sin embargo, dentro de sesenta días, en el PSOE piensan que la situación política puede ser muy distinta.
El cerco de la oposición, y también de la sociedad, sobre el Gobierno regional a causa del estado del Mar Menor, a tenor de lo visto y oído en los últimos días, no es fácil que afloje en las próximas semanas. El líder socialista volvió a recordar a López Miras, en el pleno monográfico sobre la laguna celebrado este viernes en el Parlamento autónomo, que el tiempo se le agota: «Tiene dos meses, trabaje o retírese; la Región no puede perder más tiempo». Tras el pleno, Conesa se mostró satisfecho de que López Miras hubiera asumido varias de las propuestas del PSOE, pero insistía en la moción de censura, aunque abría un poco la mano en cuanto al tiempo. «El contador está puesto a 31 diciembre, si para entonces no hay soluciones, tendremos que actuar nosotros, y Ciudadanos tendrá que elegir», comenta.
En dicha sesión parlamentaria, también se oyeron duros reproches hacia el presidente y el PP de su socio en el Gobierno regional, Ciudadanos, cuyo portavoz parlamentario, Juan José Molina, les negó toda credibilidad para afrontar el problema y les exigió depurar responsabilidades por su inacción.
La evolución de la formación naranja es crucial en los cálculos del PSOE, porque si la agonía del Mar Menor sería el detonante de la moción de censura, Ciudadanos aportaría el músculo necesario para que salga adelante, o lo que es lo mismo, los seis diputados que les faltan a los socialistas para alcanzar la mayoría absoluta.
Cambio de rumbo
Las grietas que han aflorado dentro del Gobierno de coalición juegan a favor de Conesa. La sorprendente carta abierta de la vicepresidenta del Ejecutivo, Isabel Franco, al presidente enmendándole la plana por el Mar Menor y las referidas duras críticas del portavoz naranja en la Asamblea demuestran que la convivencia entre los dos partidos que comparten el Consejo de Gobierno no es fácil.
La situación interna dentro de Ciudadanos tampoco es plácida. Además de las disensiones entre los miembros de la cúpula directiva, existe un sector nada desdeñable, ahora postergado, que no vio en su día con buenos ojos el pacto con el PP y que ahora apostaría por un cambio de rumbo.
Cambio que podría producirse a partir de las elecciones generales del 10 de noviembre. Un serio varapalo electoral de Ciudadanos en dichos comicios, tal y como predicen algunas encuestas, podría hacer recapacitar a Albert Rivera sobre la estrategia nacional de pactos de su partido. De hecho, el presidente de la formación naranja ya ha levantado el veto que le impuso a Pedro Sánchez al comienzo de la pasada legislatura y no se cierra en banda a negociar pactos de Estado con él.
Socio o cómplice
Desde el PSOE subrayan, además, que la formación naranja debe tener presente la última encuesta del Cemop, en la que eran más numerosos (47,9% frente al 42,4%, que se decantaba por la actual alianza PP-Cs) los electores murcianos que habrían preferido un gobierno de coalición PSOE-Cs, porcentaje que entre los votantes naranjas se elevaba al 53,5%
Si en los próximos dos meses las relaciones entre los coaligados en el Gobierno regional siguen degradándose y Cs llega a la conclusión, en contra de lo que sostiene ahora su portavoz parlamentario, de que es imposible ser socio y no ser también cómplice, y si Rivera volviera a hacer buenas migas con Sánchez, estarían dándose las circunstancias especiales con las que cuentan algunos dirigentes del PSRM para propiciar la moción de censura anunciada por su líder.
Fuente: La Verdad