Un extenso informe con datos personales sobre un empresario marbellí, una mujer polaca que se sintió estafada, una denuncia que acabó investigada en los tribunales malagueños… estos son algunos de los ingredientes que dan forma a la llamada Pieza 8 del caso Villarejo, hasta ahora la más desconocida de la macroinvestigación que se sigue en la Audiencia Nacional sobre las actividades del polémico mando.
Los hechos arrancan en el año 2015, cuando Villarejo todavía estaba en activo en la Policía. La presunta víctima en este caso es un empresario de 54 años nacido y afincado en Marbella que se llama Felipe Gómez Zotano. No fue del todo consciente de que había sido objeto de un espionaje hasta que saltó el caso Villarejo, motivo por el que se personó en la Fiscalía Anticorrupción para denunciar los hechos, según informan a Vozpópulifuentes de la investigación.
Casi dos años después de aquella operación Tándem, apenas ha trascendido nada de esta trama, eclipsada por otras revelaciones más urgentes sobre el polémico comisario como sus trabajos para el BBVA o el robo de documentación al extesorero del PP Luis Bárcenas. En este caso, la empresa de Villarejo Cenyt también hizo un informe patrimonial sobre este empresario al que ha tenido acceso este periódico.
133 folios de «Informe Prejudicial»
Como era habitual en los trabajos del clan Villarejo, se combinan datos sobre sus negocios y sociedades extraídos de fuentes abiertas y registros públicos, pero también información de índole privada y personal. Se abordan sus relaciones sentimentales, sus parejas, los nacimientos de sus hijos, sus coches de lujo, direcciones… así hasta completar 133 folios bajo el título de “Informe prejudicial”. Es un informe fechado en septiembre de 2015.
Paralelamente, el clan Villarejo acudió una vez más a las fuentes de información confidenciales de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional. Así consta en un informe de Asuntos Internos remitido al juez que instruye el caso, Manuel García Castellón. El 18 de agosto de 2015 salió un correo de la CGI remitido a uno de los colaboradores de Villarejo conteniendo un “informe de actividad” de Felipe Gómez Zotano.
Uno de los ejes centrales de todo el caso Villarejo es el presunto uso de datos confidenciales de ficheros policiales por parte del excomisario para garantizar el éxito de sus investigaciones privadas para clientes, generalmente adinerados. Siempre al margen de su actividad como funcionario, nunca bajo control judicial. El modus operandi del clan Villarejo se completó como en otras ocasiones llevando a los tribunales a la persona objeto de su investigación.
La mujer polaca
La querella contra Gómez Zotano se presentó el 28 de julio de 2015 en representación de una mujer de nacionalidad polaca llamada Marzena K.N., residente en España desde 2006 y con casa en la localidad de Benahavis. Acusaba a Zotano de haberse aprovechado de que su desconocimiento en materia jurídica y así valerse de su “posición de confianza y superioridad”. En concreto, la querella le acusaba de estafa agravada, falsedad en documento privado y apropiación indebida.
Ambos se conocían -siempre según la querella- porque él era su casero y la persona que le hacía el papeleo. Pasado un tiempo, él le empezó a pedir dinero prestado que nunca le devolvió. Se llegó a apoderar de un millón de euros, denunció ella. Entre las operaciones que detalla la querella, se incluye la firma de un contrato para venderle la casa en el que no figuraba la sociedad propietaria del domicilio, sino una mercantil con sede en Gibraltar sin relación alguna con el inmueble.
El Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella admitió a trámite la querella y el empresario tuvo que acudir como imputado al Juzgado el 11 de noviembre de aquel año 2015. En su declaración judicial a la que ha tenido acceso este periódico explicó que la mujer polaca le manifestó su deseo de comprarle la casa. Pactaron en un precio de 2,3 millones y llegó a pagarle un millón de euros en varios plazos. No quería que su familia en Polonia se enterase, según dijo el empresario al juez.
La querella acabó archivada
Gómez Zotano admitió que su inquilina envió parte de ese millón (300.000 euros) a una mercantil suya con sede en Gibraltar. Se hizo un documento sobre una opción de compra venta de otra mercantil, propiedad de la sociedad dueña de la casa. Pese a estos pagos, faltaba por abonar el 1,3 millones restantes para adquirir la casa y venció el plazo de un año que habían pactado para la opción de compra.
Finalmente, y tras escuchar a varios testigos, el Juzgado decidió el 12 de junio de 2016 archivar las actuaciones contra Zotano con el visto bueno de la Fiscalía “al no entender debidamente justificada la perpetración del ilícito objeto de querella”. La ciudadana polaca recurrió ante la Audiencia Provincial de Málaga, que el 20 de enero de 2017 confirmó el archivo.
“De las diligencias practicadas no resultan indicios acreditativos del empleo de maquinación o artificio alguno empleado por el querellado, que tuviera como finalidad provocar un desplazamiento patrimonial en perjuicio de la querellante”, zanjaba la resolución de la Sección Segunda a la que ha tenido acceso este periódico. Así terminó otro de los trabajos de la factoría Villarejo, ahora en el foco de la Audiencia Nacional bajo el discreto nombre de Pieza 8.