El choque de los partidos de Santiago Abascal y Albert Rivera complica los gobiernos de centro-derecha en la Comunidad de Madrid y en la Región de Murcia

 

El enfrentamiento entre Ciudadanos (Cs) y Vox pasó ayer del reproche al insulto. Las discrepancias entre ambos partidos se acentúan en cada negociación, pero la formación de Santiago Abascal rebasó el límite de lo políticamente correcto al quedarse sin argumentos. En su perfil oficial de Twitter, Vox descalificó personalmente, sin reparo alguno, a Albert Rivera.El secretario de Organización de Cs, Fran Hervías, acusó a Vox en esta red social de «alinearse» con el PSOE y con Podemos en la Comunidad de Madrid y en la Región de Murcia por su negativa a apoyar la investidura de los candidatos populares si no hay una firma de un acuerdo programático a tres. Vox recogió la crítica del dirigente liberal y la transformó en improperio: «El colmo de la jeta. Dile al acojonado y sinvergüenza de tu jefe que se deje de cordones sanitarios, de lamerle el culo a Macron, y que os permita sentaros en una mesa y llegar a acuerdos como gente normal. Y si no, pactad con el PSOE, que es lo que queréis».

Este capítulo, el más grave de todos, es el último de un tira y afloja entre Cs y Vox en las negociaciones de cara a las investiduras regionales. El PP se hizo eco del tuit de Vox y le reclamó «trabajar» en vez de «insultar» para que no gobierne la izquierda, mientras Cs ventiló el ataque a Rivera con un «qué nivel, Maribel» y un videoclip de la canción «Loco Vox» desde su cuenta oficial. Vox reaccionó a última hora de la tarde por la polémica generada, pero no para pedir disculpas. Primero señalaron al «community manager de verano», de quien sí censuraron su «lenguaje», aunque después dejaron clara su posición: «No podemos garantizar que si Cs se empeña en dar los gobiernos al PSOE, esto no vuelva a suceder».

Las negociaciones

Con el foco puesto ahora en Madrid y en Murcia, los liberales buscan reeditar la vía andaluza, mientras Vox intenta condicionar sus políticas con una firma conjunta entre los tres partidos. El PP, en medio, intenta acercar posturas.

El secretario general de los populares, Teodoro García Egea, manifestó ayer en una entrevista en Telecinco que no es problema suyo si Cs no quiere sentarse con los de Abascal. «Yo sí quiero sentarme con Vox y estoy a disposición de todo aquel que quiera mejorar mi región y mi país», añadió el número dos del PP, que insistió en esta idea: «Es el momento de acordar posturas comunes».

Por ello, García Egea aseguró que «nadie entiende» lo que está ocurriendo en Murcia y Madrid: «Que Vox vote en el mismo bloque que Podemos y PSOE». Con palabras similares se expresó Javier Maroto, vicesecretario de Organización del PP, que lanzó en RNE una advertencia a Vox: si no reconsidera su postura en Murcia y Madrid –situándoles también en el bloque de PSOE y Podemos–, «tendrán los días contados porque sus votantes no quieren gobiernos de izquierdas».

Tensión con Cs

En Cs ni se plantean sentarse a negociar con Vox. El escenario en Madrid y Murcia es prácticamente el mismo, con una salvedad. Cs aprobó en su Ejecutiva fijar al PP como «socio preferente» y vetar a nacionalistas y populistas —entre los que incluyen a Podemos y a Vox—. Atendiendo a estos parámetros, Cs podría buscar un acuerdo con el PSOE en Murcia, donde juntos tienen mayoría absoluta, pero fuentes de la dirección lo descartan tras el acuerdo con el PP y apuestan antes por una repetición electoral.

Aun así, el candidato de Cs en la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, avisó de que el peligro de una repetición electoral, en el caso de su región, está en «la pinza PSOE y Vox». Fuentes de Vox denunciaron ayer los «vetos» de Cs y explicaron que la líder regional, Rocío Monasterio, «no puede apoyar la investidura de una presidenta (Isabel Díaz Ayuso) que va a gobernar en coalición con un partido que no les reconoce ni siquiera como interlocutor». Sin la firma a tres de un acuerdo de gobierno, Vox Madrid ve «imposible asegurar que se cumplan las medidas que exige» y considera que dar su apoyo sería «regalar los votos».

Por otro lado, el diputado por Murcia Miguel Garaulet, negociador de Cs, reclamó a Vox su abstención para que Fernando López Miras sea hoy presidente y garantizó que no hablarán con nadie mientras el pacto con el PP siga vigente. Pese a sus malas relaciones con Cs, desde Vox Murcia reconocieron ayer que estaban trabajando «a contrarreloj» para llegar a acuerdos de investidura con populares y liberales para que la Región tenga gobierno cuanto antes y no salga perjudicada por el bloqueo. Sin embargo, según recogió Ep, Vox advirtió de que si se repiten elecciones, no será por culpa de PP sino por la postura «intransigente» de Rivera.

 

 

FUENTE: ABC