El 28 de abril hay elecciones generales. Se elegirán a los 350 diputados del Congreso, pero también a 208 senadores. Lo tradicional es que nadie prestase mucha atención a lo que pasase con la Cámara alta, pero eso ha cambiado. El Senado ha pasado de parecer un cementerio de elefantes políticos a decidir asuntos claves en las últimas legislaturas: influye en los presupuestos y tiene el poder de activar el artículo 155.
La pregunta es quién va a controlarlo ahora. Según nuestro análisis de las encuestas, el resultado más probable es que el PSOE alcance la mayoría. Los socialistas rondarían los 146 senadores, sobre un total de 266, doce más de los imprescindibles. Ese margen da una ventaja clara a los socialistas, aunque no les asegura de momento la victoria. A continuación, analizamos diferentes escenarios y explicamos en detalle la metodología de nuestra estimación.
Cómo se eligen los senadores
El Senado está formado por 266 senadores. Hay 58 que designan las comunidades autónomas y 208 que se eligen por sufragio. Los designados salen de cada cámara autonómica: ahora mismo el PP tiene 19 de esos senadores, el PSOE 18, Unidos Podemos 7, Ciudadanos 6 y el resto se reparten entre los partidos periféricos y Vox, que entró en la cámara tras las elecciones andaluzas. Los 208 restantes son los que se elegirán por votación el 28 de abril. Cada provincia peninsular escogerá cuatro senadores, Ceuta y Melilla escogerán dos cada una, las islas mayores —Mallorca, Gran Canaria y Tenerife— repartirán tres y las siete islas menores, uno.
Otra diferencia del voto al Senado es que cada persona puede marcar varios nombres. En las provincias peninsulares cada persona tiene tres votos. Y eso, que podría parecer trivial, introduce un gran sesgo mayoritario en la composición del Senado. Como mucha gente acaba dando todos sus votos a candidatos de un mismo partido, el reparto casi siempre acaba siendo un 3-1. El partido más votado se lleva tres senadores y el segundo uno. El resto de fuerzas, nada. En 2016, de las 47 provincias peninsulares, todas excepto Gipuzkoa se decantaron por un reparto 3-1.
Algo parecido ocurre en las tres islas mayores, que reparten tres senadores y permiten marcar dos nombres: suelen decantarse 2-1. En Ceuta, Melilla, donde se marcan tantos nombres como senadores se reparten, el partido más votado suele llevárselos todos, igual que ocurre en el resto de islas que eligen un solo un senador cada una.
Cómo predecir el Senado
Nuestra estimación del Senado se apoya en las encuestas del Congreso. Lo que hacemos, en esencia, es utilizar los resultados de 2016 para relacionar el voto nacional y los votos al Senado en cada provincia, asumiendo que todas las personas votan por candidatos de un solo partido. Los detalles de la metodología pueden leerse al final. Es un modelo sencillo, pero que en el pasado ha funcionado: si en 2016 hubiésemos acertado con exactitud el voto al Congreso a nivel nacional, nuestra predicción de senadores solo se hubiese desviado del reparto real en dos senadores.
Por supuesto, sabemos que las encuestas no suelen ser tan precisas y que a menudo el resultado electoral se desvía en varios puntos de lo pronosticado por los sondeos. Por eso es necesario explorar escenarios posibles. En el siguiente gráfico simulamos cinco casos distintos, haciendo variar los apoyos de la izquierda y la derecha. El escenario central asume que el resultado electoral es exactamente lo que dicen ahora las encuestas del Congreso. En esa situación el PSOE controlaría el Senado con 146 senadores, como dijimos al principio.
¿Pero qué pasa si las encuestas se desvían? El PSOE tiene bastante ventaja, pero no la suficiente para que demos por seguro su control del Senado. Imaginemos que las encuestas vuelven a infraestimar el voto de la derecha, como pasó en Andalucía, y que la suma de PP, Ciudadanos y Vox mejora las encuestas en 2,5 puntos. En ese caso lo probable es que el PSOE no alcanzase la mayoría en solitario, aunque podría apoyarse en Podemos y Compromís. Si el resultado es todavía mejor para la derecha, que es poco probable pero no imposible, el Senado se quedaría sin una mayoría clara.
La otra clave para configurar el Senado serán los votos del PP. El sistema electoral de la cámara premia enormemente ser primero en una circunscripción: supone llevarte tres senadores casi seguro. El PSOE y el PP están peleando muchas provincias, que ahora mismo apuntan a una victoria socialista, pero si los populares resisten mejor de lo esperado frente a Vox, a nivel nacional o al menos en las provincias menos pobladas, de golpe pueden girarse muchos senadores.
En el gráfico hemos simulado cinco escenarios con diferentes resultados para el PP. El PSOE mantendría el control del Senado aunque el PP subiese 2 o 3 puntos en las encuestas, que ahora le dan alrededor del 20% de votos. Pero si los populares frenan sus fugas hacía Vox y consiguen elevarse hasta el 25% de votos, los dos grandes partidos empatarían prácticamente: el PSOE rondaría los 115 senadores y el PP los 107. El Senado quedaría dividido y sin una mayoría clara.
Nuestra previsión del Senado irá cambiando en las próximas semanas, porque las encuestas pueden moverse y porque los partidos podrían intentar estrategias de coordinación de voto renunciando a presentarse en todas las provincias. Pero, además, hay que recordar que el Senado cambiará dos veces este año. La primera vez será el día 28 de abril, cuando se renueven los 208 senadores electos. La segunda será después de las elecciones autonómicas de mayo: ese día se renuevan una docena de parlamentos autonómicos, que cambiarán después los senadores que les corresponde designar. Esto significa que, al menos en teoría, el Senado podría cambiar de manos dos veces este año, primero en abril y otra vez después de mayo.
FUENTE: ELPAIS