Hace dos años Santa Mónica se convirtió en la primera ciudad del mundo en comenzar a operar patinetes eléctricos. En la actualidad sus 92.300 habitantes cuentan con una base de 2.000 patinetes. Es la cuna de un negocio floreciente.
«Si comparamos la cifra de Santa Mónica con el número de ciudadanos de Madrid la realidad es que hay mucho mercado. En la capital el Ayuntamiento va a dar permiso para operar 10.000 patinetes eléctricos cuando la realidad es que con los más de tres millones de ciudadanos que hay se necesitan entre 30.000 y 40.000 patinetes para cubrir la demanda. La idea es que haya un monopatín cada 50 ó 100 metros. Ahora sólo operan cuatro empresas, en modo piloto, con unos 20 vehículos cada una», explica Oriana Circelli, fundadora y CEO de Koko, empresa de patinetes eléctricos que ya opera en Zaragoza y opta a un permiso en Madrid.
Un medio de transporte que se le ha ganado la mano a las bicicletas eléctricas, y no lo ha hecho por ser más cómodos y manejables o por su menor tamaño. La clave está en su rentabilidad para las empresas que ya ofrecen estos servicios en diferentes ciudades del mundo. Si una empresa desea entrar en el negocio del transporte sostenible, el patinete es la mejor opción. Su precio ha descendido paulatinamente y es ahí donde está la clave de todo el modelo.
El 30% de los patinetes eléctricos agotan su batería a las tres de la tarde. Los vehículos están disponibles desde las siete de la mañana
«Por unos 350 euros se puede comprar un patinete eléctrico con una autonomía de 30 kilómetros y una velocidad de 25Km/h. Hace poco más de un año el precio de estos vehículos sobrepasaba en muchos casos los 1.000 euros. Son más económicos que las bicicletas eléctricas», explica Circelli.
Las empresas que ofrecen este transporte marcan un precio por minuto de 15 céntimos, más un euro adicional por el desbloqueo del patinete. Están pensados para recorrer distancias de entre 2 y 4 kilómetros y deben contar con un seguro. En el caso de Madrid, una de las ciudades más restrictivas con este tipo de transporte, el seguro civil deberá cubrir hasta un millón de euros en daños para conductor, peatón o cualquier persona involucrada en un incidente.
«El coste que las empresas de patinetes colaborativos debemos asumir por los seguros no es tampoco un problema. Son vehículos con una baja tasa de incidentes, lo que abarata mucho el coste», desvela Circelli.
Madrid permitirá próximamente la circulación de 10.000 patinetes eléctricos y comenzará a dar licencias cono en el caso de los VTC dentro de uno o dos años
Amortización en dos meses
Todo esto supone que los patinetes eléctricos tenga un periodo de amortización de aproximadamente dos meses. «El tiempo medio de amortización es de unos dos meses, aunque esto también depende de la marca y modelo del patinete que se opere. Nosotros, en Koko, tardamos un poco más de dos meses porque no cobramos el euro por el desbloqueo del patinete que sí cobran la mayoría de las empresas. En esos dos meses de amortización se incluyen los costes de recarga y las reparaciones o incidencias mecánicas que sufran. De momento no hay que pagar nada por los permisos o licencias para operarlos», asegura Circelli.
La gran demanda es otro de los factores atractivos de este negocio. El 30% de la flota de Koko en Zaragoza, donde la compañía opera desde septiembre, agota su batería a las tres de la tarde. Los vehículos están disponibles desde las siete de la mañana.
Estos son algunos de los motivos, según Circelli, de que haya tantas empresas interesadas en entrar en el sector del patinete eléctrico en las ciudades. «Es un boom porque hay una necesidad clara de movilidad. Es un transporte que ha llegado para quedarse. En Madrid, por poner un ejemplo, el Ayuntamiento dará permiso para operar 10.000 patinetes eléctricos y dentro de uno o dos años comenzará a dar licencias, como en el caso de los taxis o los VTC», apunta Circelli.
FUENTE: VOZPOPULI