El viernes, Albacete, y el sábado, Murcia. Ésas serán las dos primeras etapas de la particular vuelta a España de Pablo Casado. El presidente del Partido Popularrecorrerá durante este mes todo el país para anunciar los candidatos populares a las elecciones municipales, autonómicas y europeas. En cada parada desvelará uno o varios nombres, en lo que supone su mayor responsabilidad desde que fue nombrado en el cargo, en julio, ya que del acierto en las candidaturas dependerá, en gran parte, el futuro a medio plazo del PP. Sobre todo ahora que en Andalucía se ha constatado que la trifurcación de la derecha ha llegado para quedarse.
Fuentes de Génova aseguran que el resultado de las elecciones andaluzas ha propiciado que Casado se incline ahora por candidatos con perfil más «duro», para intentar contener al partido de Santiago Abascal. «La irrupción de Vox hace que sea mejor poner candidatos más ideológicos, de respuesta dura», apuntan las fuentes. Aunque no en todas las autonomías ni en todas las ciudades, pero sí en las principales.
La dirección del PP cree que el discurso de Casado sobre inmigración, Gibraltar y recentralización de competencias fue la clave para «contener la inercia alcista» de Ciudadanos y Vox, que habrían sacado aún más diputados de no haberse multiplicado el líder del PP su presencia en las ocho provincias andaluzas.
Tras desvelar los candidatos castellano-manchegos y murcianos en las dos primeras etapas llanas, Pablo Casado irá desvelando la artillería pesada, con candidatos «que van a sorprender» en grandes ciudades como Barcelona o Valencia. Como en la ronda ciclista, Madrid se quiere reservar, en principio, para la traca final. No sólo por ser el anuncio más esperado, sino porque, en caso de que se produjesen relevos, no sería deseable una cohabitación demasiado larga entre los dirigentes que salen y los que entran.
Madrid, la clave
El Ayuntamiento de la capital y la Comunidad de Madrid son las dos joyas de la corona. En esta nueva estrategia para frenar a Vox gana muchos enteros el portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. En Génova reconocen que Vox tiene muchas papeletas para entrar con fuerza en el consistorio madrileño, con lo cual es mejor que el PP le dispute el espacio conservador con un discurso. Eso sí, sin caer en «el populismo» ni en «la radicalidad» de Vox, agregan.
Martínez-Almeida y otro de los candidatables, Adolfo Suárez Illana (presidente de la nueva fundación del PP, Concordia y Libertad), repartirán hoy ejemplares de la Constitución entre los madrileños, con motivo del 40 aniversario de la Carta Magna. El hijo del primer presidente de la etapa democrática actual tiene «un buen perfil» para los votantes que sacaron las banderas a los balcones y es muy cercano a Casado, según los populares. Pero en el partido son muchos los que dudan de sus opciones en el nuevo escenario del bloque conservador. Javier Maroto, que también está situado en las quinielas para Madrid y que es muy crítico con Vox, pierde posibilidades, añaden.
Para la Comunidad de Madrid se habla de Isabel García Tejerina, ex ministra de Agricultura. Otros nombres como el de la ex ministra de Trabajo Fátima Báñez o la presidenta del Congreso, Ana Pastor, han sonado, pero en Génova los niegan, hoy por hoy. El actual presidente, Ángel Garrido, reiteró ayer que aspira a ser ungido.
Entretanto, en el Partido Popular de Madrid cunden los nervios. «Es desagradable estar así, en esta espera tan tensa», reconoce un dirigente madrileño del partido.
Si bien Casado quiere candidatos que frenen la sangría de votos a Vox en los comicios de mayo, antes de la precampaña electoral su estrategia tenderá a la contemporización. «Ahora calma y luego confrontar de verdad», resume una dirigente de Génova. El PP quiere esperar a que pase la efervescencia postelectoral de Vox antes de empezar a hacer «pedagogía» de la «radicalidad» de algunas de sus medidas.
«Ahora mismo, nadie sabe qué hacer con ellos, ésa es la realidad», reconoce la misma dirigente. La tregua que ha impuesto Génova busca «no alimentar» al partido de Santiago Abascal, al que el Partido Popular ya planea engullir, pero a muy largo plazo. Desde el poder, y con guante de seda.
Antes, en el presente inmediato, Casado quiere apuntalar el «cambio» en Andalucía, sea con o sin los votos de Vox. ¿Estaría dispuesto a negociar, o le gustaría que se negociase con Vox consejerías? Esto es lo que le preguntaron en RNE, ayer. «Se tiene que hablar en primer lugar con Ciudadanos. Y luego Vox tendrá que decidir si tiene una posición pasiva -es decir, abstenerse y facilitar el acuerdo- o activa», respondió Casado.
Faes entró al debate sobre la irrupción de Vox en Andalucía, ayer. La fundación que preside José María Aznar cree que «el cambio tranquilo» es el ganador de los comicios andaluces, y por ello no ve motivos para que PP, Cs y Vox no se pongan de acuerdo, dentro «del terreno de juego de la Constitución». «Que desde sus pactos patológicos los socialistas apelen a nuevos cordones sanitarios -no digamos nada de los llamamientos de Podemos a combatir las urnas en las calles- es una pura impostación y un insulto a la inteligencia de los ciudadanos», opina Faes.
La fundación de Aznar lanza un mensaje muy claro a Cs: «No es coherente felicitarse por la desaparición del bipartidismo y, al mismo tiempo, rechazar su principal consecuencia política, que es aceptar la necesidad de esos acuerdos».