A nivel global, junio de 2018 se ha convertido en el tercer junio más cálido del periodo 1951-1980.
Un robusto y permanente anticiclón situado en el Atlántico ha provocado calor y sequía en gran parte del noroeste del continente europeo, mientras países como Islandia, Portugal, España o Italia han estado al otro lado de la línea con tiempo más fresco
Aunque ha tardado, la primera ola de calor de este atípico verano ya se está notando en muchas zonas de España. Mientras, muchos otros países del norte del continente no habituados a sufrir los rigores térmicos más propios del sur de Europa, llevan semanas experimentando temperaturas muy por encima de lo normal.
Anomalías de temperatura en Europa en junio y julio
A nivel global, junio de 2018 se ha convertido en el tercer junio más cálido del periodo 1951-1980, con una anomalía positiva de temperatura de 0.77ºC. Junio 2018 empata por lo tanto con junio 1998 como el tercer junio más cálido, solo por delante de los de 2015 y 2016 (+0.80 y +0.79oC).
En cuanto a julio, aunque aún no se han publicado los datos oficiales, se pueda ser también uno de los más cálidos registrados a nivel global.
Muchas de las anomalías meteorológicas que se están produciendo en Europa van ligadas a cambios en la estructura de la corriente de chorro que impulsa borrascas, frentes o masas de aire habitualmente de oeste a este.
Durante gran parte de los meses de junio y julio, la corriente de chorro formada por estos vientos del oeste ha estado bastante más al norte de su posición habitual.
Un robusto y permanente anticiclón situado en el Atlántico ha provocado calor y sequía en gran parte de la fachada noroeste del continente europeo. Mientras, países como Islandia, Portugal, España o Italia han estado al otro lado de la línea con tiempo más fresco, nuboso y tormentoso.
Tendencia a un planeta más cálido
Un equipo de investigación de la universidad de Oxford en el Reino Unido, ha relacionado las anomalías térmicas registradas este verano en Europa directamente con el cambio climático.
La comparación de dos de las olas de calor más extremas registradas en el Reino Unido, la de 1976 y esta del 2018 muestra patrones muy diferentes. La de 1976 fue intensa, pero solo afectó a ciertas regiones del planeta como el oeste de Europa. La de 2018 sin embargo se extiende claramente por muchas otras zonas del planeta aparte del noroeste de Europa mostrando la tendencia de un planeta en global más cálido. A mayor número de zonas sobrecalentadas mayor es también la probabilidad de que se produzcan olas de calor.
Olas de calor hoy que podrían ser simplemente «verano» en el futuro
Las olas de calor de antes y las de ahora no tienen nada que ver. Se extienden por zonas mucho más amplias, son más intensas y también suelen durar más. Y mientras unos viven inmersos en la ola de calor, otros, como es el caso de España durante la primera mitad de este verano, pueden llegar a disfrutar del aire más fresco que de manera anómala transporta una corriente de chorro fuera de su posición habitual.
Según un análisis de Mario Picazo, meteorólogo de Eltiempo.es lo que viven algunas zonas de Europa este verano estaría estrechamente relacionado con calentamiento global y todo apunta a que esta situación se repita cada vez con más frecuencia.
«Lo que hoy llamamos ola de calor¨ en un futuro no muy lejano lo llamaremos simplemente ¨verano¨, si no empezamos a buscar soluciones al problema de las crecientes concentraciones de gases tipo efecto invernadero», concluye.