El clamor ciudadano de este domingo en el centro de la capital andaluza contra los recortes, el enchufismo y la degradación generalizada del sistema público de salud de Andalucía ha vuelto a poner en el primer plano de la actualidad una realidad que los profesionales del sector llevan años denunciando, desde que el gobierno andaluz de Susana Díaz decidiera ejecutar con puntual y ejemplar obediencia recortes en una de sus principales ‘Joyas de la Corona’, a la que el ejecutivo autonómico destina uno de cada tres euros de su presupuestos. Pero este discurso oficial ya no cala con tanta facilidad entre la ciudadanía, como se ha podido comprobar en la multitudinaria manifestación de Sevilla.
La presidenta andaluza ha asegurado haber tomado “nota” de la protesta de este domingo en Sevilla, que contó entre 18.000 y 50.000 participantes según las distintas fuentes, contra la política sanitaria de su gobierno, pero ha criticado a los que, según ella, “intentan manipular para hacer negocio con la sanidad”. A Díaz le choca que “la derecha y la izquierda no útil se den la mano en la sanidad” para lo que considera un intento de “hacer negocio”. En una entrevista en Canal Sur Televisión, Díaz ha vuelto a recordar que la sanidad pública andaluza recibe unos 10.000 millones de euros de sus presupuestos anuales, un tercio del total de las cuentas autonómicas.
Pese a ello, la presidenta andaluza admite que “falta dinero” para cubrir las necesidades reales del sistema sanitario público de la comunidad, pero critica a los que se manifiestan con el único cometido, según ella, de “defender la sanidad para hacer negocio”. Paradójicamente, estas mismas acusaciones son las que la Asociación Justicia por la Sanidad, impulsada por el médico granadino Jesús Candel, conocido como Spiriman, dirige al gobierno andaluz, al que acusa de promover la externalización para facilitar el negocio de unos pocos a costa de la degradación de un servicio que quieren que siga siendo ejemplar pero ya no lo es.