HEMEROTECA 


Este joven lanzado a la política como un misil, es un misil norcoreano, dicho con el mayor respeto y un intento de ladino sarcasmo para no tensionar excesivamente la crisis política murciana entre partidos que de momento no se pisan la manguera, pero que prontamente ha aprendido a utilizar con descaro el apoyo logístico de algunos medios abnegados de la prensa regional. Este joven elegido a dedo por un ex presidente regional que anda entre juzgados, forma parte de la élite de los flechas de Valcárcel, aquellos flechas que vestían camisa azul y cantaban Montañas Nevadas, adolescentes llenos de encanto a los que trataban de domesticar, sin éxito. Ellos estaban en la galaxia del Guerrero del Antifaz y el Loco Carioco. También el reportero Triburete que me abrió los ojos para elegir el camino del periodismo rebelde, aunque su figura tuviera rasgos de Mario Moreno “Cantiflas”.

LÓPEZ MIRAS es el actual presidente regional del partido popular, un presidente que ha heredado una comunidad autónoma en declive, a punto de despeñarse y el chaval lo sabía, pero se puso firmes y se tiró en paracaidas no hace todavía un año. Dentro de la herencia le dejaron un partido descabezado, desprestigiado, opaco, oculto, sediento, escorado, cargado de corruptos que esperan ser juzgados y a pesar de ello, votado por mayoría. Es decir, que además, recibió un pueblo engañado, desorientado, difuso y aficionado a los espectáculos como nos enseñó Ramón Luis, el divino amiguete de Rajoy y de Aznar, los dos a la vez, lo que es una genialidad.                                                               

El caso es que desde hace tres semanas o quizás menos hubo un intento fallido de liquidar al alcalde Ballesta aprovechando que Roque Ortíz pasaba por Valladolid ¿Un golpe de Estado y para qué coño si el alcalde de Murcia es un valor seguro en la sociedad murciana? Apuntaron primero a Roque. Dos por uno, evidente. Entonces empezó a funcionar mi cerebrito. Cá, compañero. Piensa mal y acertarás. Pues sí, coño, pienso. El secreto está en el disparate de LÓPEZ MIRAS, el genio al que se le apareció PAS y Ramón Luis, cuando afirmó rotundo «Si Roque estuviera en mi Gobierno lo echaría a la calle, no te jode». Quietos los motores , la pregunta del millón ¿Y por qué no lo haces con Pilar Barreiro, la tienes a mano? Nooooo, presidente, noooo. Roque, Roque, Roque es lo que hay que echar a los leones y si el alcalde se cabrea, también. Aunque las contratas de limpieza de algunos hospitales y no pocos institutos por empresas de nuevo cuño, parece más cosa de Consejeros/as o Directores/as Generales.                                       

Algún sabio asesor le apunta al presi.» Todos a la calle, y nos quedamos limpios ante la oponión publica que esté despierta». Luego vendrían los articulistas de lujo de los medios subvencionados dando detalles refrescantes, los frescos, reforzando el ataque y terminar FER coronado como un centurión romano. Otros creemos que será un segundo Aníbal.                     

Sigue Pilar Barreiro, la intocable, la inmarchitable, la amiga de Soraya y la ministra de Defensa, con su ejército de informadores. No interesa. Roque. La suerte está echada y además no entusiasma a nuestra militancia. El Alcalde Ballesta toma una decisión inteligente, quedarse dentro, no como Calero que se fue dejando el camino libre a los agentes aznarianos. Dentro o se nos va al partido de Garre. El malo de Alberto que intentó meter la mano en el horno crematorio valcarciano y que aspira a un cambio. O Murcia o los partidos todos.

El ruido de tormenta, los golpistas murcianos van a por todo. Vuelven sus armas hacia un viejo conocido, Manolo López Bernal, el ex fiscal superior, ese rojo intratable. Leña con él. Lleva lo de la desaladora de Escombreras, un polvorín lleno de mierda. Y lo de PAS. Cuidado. Peligro. Juan BERNAL, atroz explicando como hundieron a la región. No olvidar que lo del Mar Menor, tiene una máximo responsable. Pero la fiscalía no lo tiene en cuenta, no se acuerda. Le refrescamos la memoria. MISTER EQUIS, señor MANZANERA. 

 

Colectivo Opinión Pública