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En el décimo aniversario del asesinato de Mari Luz, su padre, Juan José Cortes y otras víctimas, como los Quer o Antonio del Castillo, luchan para que el congreso no tumbe la pena.
- La campaña para que la prisión permanente se mantenga, iniciada por la esposa del parricida de Moraña y a la que se han sumado, ha recabado 335.000 firmas en sólo una semana.
«Por respeto a los familiares de las víctimas, por respeto a los ciudadanos y por respeto a la gente que ha fallecido inocente e injustamente a manos de criminales sin consideración ninguna, se debería mantener la prisión permanente revisable». A Juan José Cortés, quien hace estas declaraciones a EL MUNDO, se le ha mencionado habitualmente como «el padre» de la prisión permanente revisable. Nada más producirse el asesinato de su hija Mari Luz -el 13 de enero de 2008, justo se cumplen 10 años-, la familia inició una campaña de recogida de firmas por toda España para solicitar la cadena perpetua -sin matices- para pederastas asesinos.
La caravana recorrió 43 ciudades y a la iniciativa se sumaron después otras víctimas, como Antonio del Castillo, padre de Marta del Castillo. «Nosotros comenzamos a pensar por qué nunca se lograba la cadena perpetua», explica Antonio del Castillo. «Y mi hermano, que es guardia civil, me dijo: ‘En Italia y Alemania hay cadena perpetua pero revisable, que quiere decir que a los tantos años se revisa la condena, porque la cadena perpetua está prohibida por la Constitución‘. Y lo enfocamos así».
La iniciativa logró recabar 2,5 millones de firmas, que Juan José Cortés entregó en el Congreso en septiembre de 2008. José Luis Rodríguez Zapatero, que gobernaba entonces, endureció las penas pero no contempló instaurar una condena permanente. «Luego ya el PP se brindó a apoyarme en la cadena perpetua revisable y yo entré a asesorarlos. Con Soraya Sáenz de Santamaría le encontramos un encaje en la Constitución y finalmente vio la luz en 2015», recuerda Cortés.
El 25 de marzo de 2015, cuando el Congreso, sólo con los votos del PP -que tenía mayoría absoluta-, aprobó la inclusión en el Código Penal de la medida -con el nombre de prisión permanente revisable y para delitos de especial gravedad-, Juan José Cortés y Antonio del Castillo aplaudían en la tribuna de invitados junto a la madre de Sandra Palo y otras víctimas.
Hoy el fin de la pena que impulsaron parece imparable después de que en octubre la oposición en bloque -con el argumento de que es inconstitucional- aprobara su derogación. Por ello Cortés, Del Castillo y otras víctimas de casos de enorme repercusión, como la familia de Diana Quer o Ruth Ortiz -ex mujer de José Bretón-, han unido fuerzas de nuevo para intentar detener la vuelta atrás. Y lo han hecho impulsando una petición que Rocío Viéitez inició en Change.org en julio pasado. Viéitez es la ex mujer de David Oubel, el único sentenciado en España a la condena máxima, conocido como el parricida de la radial de Moraña y condenado en julio de 2017 por el asesinato de sus dos hijas, de nueve y cuatro años.
Cuando el pasado 5 de enero, EL MUNDO recogía su iniciativa, Rocío había recabado 7.800 firmas. Una semana más tarde, después de que Juan Carlos Quer -padre de Diana Quer-, Antonio del Castillo, Juan José Cortés y otras víctimas se adhirieran a la campaña y pidieran apoyos en sus redes sociales, alcanzaba las 340.000, a un ritmo de casi 45.000 cada día. «Yo colgué un vídeo en mi Facebook y tiene ciento y pico mil visualizaciones. Se van a conseguir enseguida las 500.000 firmas», vaticina Juan José Cortés. «A ver si somos capaces de parar esto, porque sería un paso atrás en la democracia. Creo que por el antojo de unos cuantos políticos que no tienen ni idea de lo que se cuece en la calle, de lo que quiere la gente, una ley que ha costado tanto trabajo conseguir no pueden tirarla por tierra de la noche a la mañana».
«Por supuesto, estoy a favor de la prisión permanente revisable, para nada me gustaría que deroguen esta medida. Principalmente para asesinos de menores. Si se tiene que cambiar la Constitución, que se cambie», dice a EL MUNDO Ruth Ortiz. «No hay años de cárcel en una vida suficientes para pagar el daño de quitarle la vida a alguien y menos a niños indefensos. Además, en el caso de mujeres víctimas de violencia de género, ¿quién nos asegura la protección cuando los asesinos salgan de la cárcel?, ¿quién? Sin dudarlo: Prisión Permanente Revisable».
«No es petición sólo de una familia o unas cuantas familias a las que le ha pasado», dice Antonio del Castillo para rebatir el argumento de que las víctimas, por estar cegadas por el dolor, no deberían intervenir en el establecimiento de las condenas. En 2009, en paralelo a la campaña de Juan José Cortés, él inició otra recogida de firmas para que la «cadena perpetua revisable» fuera sometida a un referéndum, convencido que el apoyo popular es mayoritario. Logró 1.800.000 apoyos. «La prisión permanente revisable no va a conseguir que no se asesine pero va a evitar que asesinos que salen a la calle a los pocos años reincidan y permitirá que tengan seguimiento psicológico y de un juez», añade Del Castillo.
Rocío Viéitez, por su parte -«si no te toca de cerca somos muy buenos todos», decía la semana pasada a este diario-, quiere transmitir su gratitud a «todas esas personas, conocidas y desconocidas, que han difundido y firmado» su solicitud. «Estoy sorprendida por esa respuesta en sólo siete días y supongo que es un reflejo de que la sociedad está harta de violencia, condenas que no se cumplen y no ser escuchados y apuestan por una justicia justa», dice.
Viéitez está pendiente de los pasos que se den e el Congreso, donde la derogación se encuentra en trámite de enmiendas en la Comisión de Justicia y donde está previsto que se impulse definitivamente en el próximo periodo de sesiones, que comienza en febrero. «Si la comisión se reúne en febrero, mi idea es presentar el número de firmas obtenidas hasta esa fecha pero no voy a cerrar la solicitud en la plataforma. Intentaré reunirme con algunos políticos para dialogar con ellos, pero siempre con mi modo de hacer las cosas, de forma clara, directa y discreta».
FUENTE: ELMUNDO